JAMES BENNING: CONFERENCIAS Y CICLO DE CINE

Invitado por el Programa de Cine 2018 del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella, y en colaboración con el Centro Cultural Recoleta, el cineasta estadounidense James Benning brindó una conferencia previa a la proyección de su film Easy Rider (2012).

La actividad se realizó de manera gratuita el viernes 17 de agosto a las 19h en el Centro Cultural Recoleta (Junín 1930) y dió comienzo a un ciclo de tres películas del director. 

El ciclo se completó con la proyección de small roads (viernes 24 de agosto a las 21h) y Ruhr (viernes 31 de agosto a las 21h), presentadas por Matías Capelli y Diana Fernández Irusta, respectivamente.

Ciclo James Benning

El Programa de Cine del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella nos tiene acostumbrados a tener grandes invitados. Este año, no es la excepción: con el apoyo del Centro Cultural Recoleta, nos visitó el cineasta James Benning.

En la obra de Benning encontramos las características que representan a los grandes artistas que pasan por El Recoleta: está en constante experimentación, las motivaciones e inspiraciones de su trabajo surgen de la realidad que lo rodean, su modo de pensar el cine es aplicable a cualquier disciplina artística y sus películas logran atravesar la barrera de la pantalla para que el espectador pueda vivir una experiencia sensorial. Su cine nos transporta a las rutas desérticas o a las montañas de los Estados Unidos y nos hace registrar, por ejemplo, el tiempo que no nos tomamos en apreciar un atardecer o un paisaje. Paradójicamente pareciera que uno de los fuertes de su cine está en el tiempo que nos mantenemos en una sala viendo y escuchando situaciones de la vida cotidiana, pero que están naturalizadas y nos pasan inadvertidas. Su producción se ubica, muchas veces, en el límite entre las artes visuales y las audiovisuales, pero sus películas representan un concepto de cine puro, ya que si no son vistas en una sala de cine, carecen de sentido y son imposibles de apreciar.

En el marco de su visita al Recoleta, proyectamos tres películas de su etapa digital: Ruhr (2009), primera realizada en este formato, y a su vez su primer trabajo fuera de Estados Unidos en su extensa filmografía; Small Roads (2011) que consiste en 47 planos de pequeñas rutas perdidas en los Estados Unidos y por último, Easy Rider (2012), película nunca antes exhibida en la Argentina y que probablemente sea una de las “remakes” (o resignificaciones) más peculiares en la historia del cine. En este film, Benning visita todas las locaciones utilizadas por Denis Hopper para filmar su Easy Rider de 1969 y las retrata sin sus personajes. Cada uno de los planos tiene la misma duración que los del film original y utiliza algunos diálogos de esta versión. Antes de la proyección, Benning brindó una charla en la que expondrá el proceso creativo de esta relectura de la película de Hopper, que rescata la contracultura de los años 60 en Estados Unidos.

Bienvenidos, ¡les deseamos un buen viaje por las rutas de Benning!

-Maui Alena (Departamento de Contenidos, Mediación y Nuevas Audiencias, Centro Cultural Recoleta)


James Benning en el Programa de Cine

Hacer cine, para James Benning, es una especie de performance. Se planteó, de hecho, uno de sus primeros films como tal: ¿qué pasa si voy todas las semanas durante un año a filmar desde la misma orilla de un río? La misma idea está presente en su obsesión con la mítica obra de land art de Robert Smithson, The Spiral Jetty, que introdujo en 1970 una equívoca presencia humana en la naturaleza, al construir un “espigón” o “muelle” en forma de espiral, con cinco mil toneladas de piedras, en una orilla del Great Salt Lake, en el desierto de Utah. Benning viajó repetidamente para filmar la obra, durante años: la primera vez fue en 1992, cuando en realidad creyó haberla filmado: durante muchos años, el muelle permaneció sumergido e invisible bajo las aguas del lago, ¡y Benning registró sin saberlo un sitio equivocado! En 2007, cuando las aguas habían vuelto a bajar, Benning volvió una y otra vez al Spiral Jetty, para hacer uno de sus últimos films en 16mm, Casting a Glance. La obra de Smithson muda según las estaciones: las piedras negras de basalto se tornan blancas en la medida que la sal del lago las cubre, y vuelven al negro en la temporada de lluvias. El hecho mismo de que el espigón hubiera “desaparecido” bajo el agua durante dos décadas puede ser concebido como parte de la obra. En su reciente largometraje, measuring change (“midiendo el cambio”), presentado en el marco del seminario, Benning elige filmar The Spiral Jetty en alta definición digital y en sólo dos planos: dos prolongados, hipnóticos planos. Se podría pensar que lo que el cineasta registra no es solamente la obra de Smithson sino una especie de performance, la del propio cineasta solitario, recorriendo las rutas del país e instalando su cámara una y otra vez en los rincones más inhóspitos, como hace en buena parte de su obra. El viajero que llega hasta el medio del desierto para ver The Spiral Jetty también afecta la obra con su presencia; y, por supuesto, resulta transformado por su experiencia de la obra.

Y esa performance implícita en las imágenes es la que nos despierta el deseo de hacer algo equivalente. No hacer películas como las de Benning, imposibles de imitar, sino hacer cine como lo hace Benning, si se entiende la diferencia: exponiendo su propio cuerpo, poniendo en juego todo lo que uno ha experimentado, sintetizando problemas complejos con elegancia, haciendo del cine una máquina de pensar y generar experiencias en el espectador. Eso fue lo que nos pasó a todos ante la gigantesca muestra de libertad creativa que representan proyectos recientes como el de los “52 Films” del año pasado (uno por semana), o el de “31 amigos”, en el que hizo 31 obras para 31 amigos, o la sorprendente exposición de los materiales con que está construyendo su actual multi-proyecto de instalación y cine, en pleno proceso. ¡Hasta improvisó un nuevo film casi en el acto, a partir de unos fotogramas extraídos de una película protagonizada por una participante del programa!

Benning confesó, en medio del seminario, que “dar clases”, para él, también era una especie de performance, de la que los “alumnos” –rápidamente se dio cuenta de que no hay alumnos sino, simplemente, artistas, en el Programa de Cine- tienen que extraer sus propias conclusiones, seguir su propio camino.

En ese mismo sentido, para mí, James Benning ha sido hace años una fuente de inspiración, aunque las películas que yo hago no se parezcan en nada a las suyas. Mi idea al invitar a Benning para dar nuestro primer seminario internacional era precisamente poder compartir con los participantes del Programa de cine esa fuente de inspiración. Pensé que ya conocía algo la obra de Benning y su pensamiento. No imaginé que el seminario resultaría, también para mí, un nuevo motivo de iluminación y provocación. Eso fueron, desde el principio hasta el final, los cinco días de James Benning en Buenos Aires.

Es una gran satisfacción ahora poder sumar al seminario una serie de presentaciones en el Centro Cultural Recoleta y, de ese modo, hacer que se multiplique la inspiración.

-Andrés Di Tella (Programa de Cine UTDT)

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