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El Cronista
13/06/19

Empleo y expectativas: ¿ya pasó lo peor?

Por Darío Judzik

El director de Formación Ejecutiva en Políticas Públicas (FEPP) e investigador asociado al CEPE de la Escuela de Gobierno UTDT realizó un análisis de la última Encuesta de Indicadores Laborales. "La lectura de la EIL describe un panorama negativo en el último semestre, pero también nos muestra que las expectativas negativas parecen haber tocado fondo en enero de 2019", apunta.

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Las empresas no esperan que haya una robusta demanda de bienes y servicios en los próximos meses. El aspecto esperanzador es que, posiblemente, lo peor ya pasó. Este es el resumen de las expectativas de empleo que refleja la Encuesta de Indicadores Laborales (EIL) del Ministerio de Producción y Trabajo, que presenta información sobre empresas de 10 o más trabajadores en los 12 mayores aglomerados urbanos del país y es un termómetro del sector privado en cuanto a la demanda potencial de fuerza laboral.

Es notorio que, desde fin de 2018, las expectativas de reducción de planta superan las de aumento. Algo similar solo se había visto en la recesión de 2009 y, en menor medida, en febrero de 2014. Los .mimáis spirits se encuentran deprimidos: la estimación sobre el nivel de negocios inmediato en el último tramo de 2018 y primeros meses del año por parte de las empresas es baja. La encuesta capta percepciones subjetivas, estados de ánimo comerciales, y no es necesariamente una medición fáctica.

De la diferencia entre ambas proporciones surge una medida de la disposición neta a aumentar la dotación de personal, es decir, la proporción de empresas que esperan aumentar la plantilla menos la proporción de las que tienen la expectativa de reducirla. El mínimo histórico de la serie se da en enero de 2019, cuando 5,6% de las empresas encuestadas manifestaron la expectativa de aumentar su dotación de empleo, mientras que el 7,8% respondió que esperaba reducir personal. La diferencia (-2,3 pp) es una observación lejana a la media histórica (5,2 pp), o incluso también si se toma la media de 4,0 pp desde diciembre de 2015.

Se observaron mejoras en las observaciones de febrero y marzo. El dato de abril muestra una ligera reducción de la expectativa neta respecto de marzo pero con reducción de ambos extremos, es decir, de marzo a abril cayó la expectativa de cambio de dotación de personal en ambos sentidos, aumentando la proporción de firmas que se manifiesta a la espera manteniendo statu quo.

La mejora de expectativas netas en el primer cuatrimestre podría adelantar una mejora en la evolución del empleo en el segundo semestre de este año. A fines de 2018, al empeorar las expectativas netas de empleo, luego la medición del nivel de empleo de la EIL registraba valores mensuales de caída interanual. Quizás, por el mismo mecanismo, esta leve mejora de expectativas en marzo de 2019, con mayor stand by en abril, implique un punto de inflexión en primer lugar hacia un camino de freno en la caída del empleo.

La EIL también registra un pico en la proporción de bajas que se deben a despidos sin causa en febrero de 2019. Los sectores que más redujeron el nivel de empleo son construcción y comercio y restauración, seguidos de cerca por las industrias manufactureras. En cambio, los sectores de servicios mantienen el nivel de empleo de manera consistente en el mismo período.

La lectura de la EIL describe un panorama negativo en el último semestre, pero también nos muestra que las expectativas negativas parecen haber tocado fondo en enero de 2019 y exhiben un comienzo de mejora al final del primer trimestre. Esperemos que esta promesa de morigeración de la caída del nivel de empleo se materialice pronto.


Director de Formación Ejecutiva e investigador asociado al CEPE, Escuela de Gobierno, UTDT .