Aunque los encuestadores aún no pueden predecir si Hugo Chávez será re-elegido por cuarta vez consecutiva o si Henrique Capriles, el joven candidato de la Mesa de Unidad Democrática, será capaz de arrebatarle legítimamente la Presidencia, las encuestas marcan una clara tendencia y es que el gobierno no ha logrado recuperar los votos perdidos en el referéndum constitucional de 2007 mientras que la oposición ha experimentado un crecimiento lento pero sostenido.

Frente a este panorama, presentamos aquí algunas razones que nos ayudan a entender por qué habrá que esperar hasta bien entrada la noche del domingo para saber quién gana: 

* En estos 14 años de gobierno y gracias al aumento de los precios del petróleo, Chávez tuvo políticas acertadas hacia numerosos ciudadanos excluidos históricamente de la vida política y económica venezolana. Incluso Capriles le ha reconocido al gobierno de Chávez el haber puesto la inclusión social como una prioridad absoluta. Por ello, ha dejado bien claro que, si gobierna, continuará y mejorará las misiones. Capriles más que despreciar las misiones, acusa al gobierno de haberlas abandonado por su ineficiente gestión. 

* Si los candidatos coinciden en continuar con las misiones, los ciudadanos coinciden en que el problema más importante es la violencia urbana. El 70% respondió recientemente que la inseguridad es su mayor preocupación y no sin razón ya que las cifras del Observatorio Venezolano de Violencia muestran que en 2011 se registraron más de 19.000 homicidios. Chávez había intentado ignorar estas cifras pero finalmente, en junio pasado, reconoció dos problemas importantes: la inseguridad y la ineficacia de sus políticas sociales en responder a la violencia urbana. 

* Utilizando mucho de los estilos y métodos del chavismo, Capriles mostró una imagen de consenso y un aprendizaje político respecto de los errores cometidos anteriormente desde la oposición. Por esto podemos pensar que estarían dadas las condiciones para un recambio. Sin embargo Chávez mantiene un electorado cautivo que si bien puede ser crítico, desconfía más de lo nuevo por venir. Además, cuesta asentir que quien cuenta con todos los recursos del Estado pueda perder las elecciones presidenciales. Algunos recuerdan con ilusión que en el referéndum del 2007 para reformar la Constitución el presidente Chávez enfrentó su primera derrota electoral. 

* Es necesario puntualizar que las encuestas registran un 20% de electores que todavía están indecisos. No obstante muchos analistas creen que los indecisos saben pero no contestan. Quizás esto esté relacionando con el temor que sembró la Lista Tascón que hizo pública el nombre de las personas que en 2004 habían firmado la planilla para poder activar el referéndum revocatorio en contra del gobierno. 

* Más allá de estas conjeturas, lo importante es que estas elecciones refuerzan la democracia venezolana. Luego de 14 años de desvíos autoritarios chavistas, a Venezuela le esperan elecciones democráticas con una oposición que bien puede convertirse en gobierno. Este hecho ya de por sí merece festejarse. Sin embargo, debe prevalecer cierta cautela. Los candidatos tienen que reconocer los resultados de las elecciones y quien quiera que quede en las puertas del Palacio de Miraflores debe aprender a trabajar desde la oposición. 

* Tanta ansiedad por las encuestas relega una preocupación mayor: la futura gobernabilidad en un país fraccionado.