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7/02/23

Roberto Gargarella: "En el momento de mayor poder del kirchnerismo la Justicia resistió"

El profesor de la Carrera de Abogacía y de la Maestría y Especialización en Derecho Penal fue entrevistado por Jorge Fontevecchia en el programa "Modo Fontevecchia".

Por Jorge Fontevecchia

Roberto Gargarella

Roberto Gargarella | CAPTURA DE YOUTUBE.

El sociólogo Roberto Gargarella calificó de "desprolijo" el modo en el que se ejerce el derecho penal en Argentina. "Se sabe que los que entran en prisión y luego pueden salir, salen mucho peor, las penas no tienen efecto disuasorio", aseveró en Modo Fontevecchia, por Net TV y Radio Perfil (FM 101.9).

¿Qué opinión le merece la conmoción que produjo en la opinión pública la sentencia a los asesinatos de Báez Sosa?

A todos nos conmocionó, nos sentimos identificados con las víctimas y los allegados, es inevitable. 

Tenemos que seguir pensando como sociedad. Algo que se viene empujando social y mediáticamente es esta idea de que el modo de hacer justicia es a través de penas más altas, es una locura. 

En Colombia, por ejemplo, frente a los peores crímenes que hubo, las penas tienen distintos objetivos: justicia y paz, entre ellos. Las penas son un un instrumento para conseguir eso. Si requiere más o menos penas, se verá. La justicia no exige más penas. Eso es algo que en Argentina nos involucramos fuertemente a partir del Juicio a las Juntas. 

Siguiendo este planteo: ¿Es lógico que un joven que mató en una pelea reciba más condena que un represor?

Esos problemas son propios del nuestro derecho penal, que es muy desprolijo y que está juntado con retazos. 

La pregunta es más de fondo: qué busca el Estado con el castigo y, sobre todo, con el castigo duro. Cualquiera de las respuestas son malas, ya sea disuadir a los demás de repetir el acto o darle su merecido al que cometió el crimen. 

Se sabe que los que entran en prisión y luego pueden salir, salen mucho peor. Es que lo estás separando de sus afectos, lo rodeás de criminales y los sometés a maltrato, es obvio que va a ser un animal. Es una construcción del Estado. Las penas no tienen efecto disuasorio. 

Leí un prólogo tuyo del libro, “Igualdad, suerte y justicia” de Queralt Lange, ¿hay algo que se pueda aplicar de esa tesis doctoral a esto?

Hay que ver cómo pensar reglas con independencia de las circunstancias y de las geografías concretas del momento. Justamente, la manera de hacer justicia está sometida a los enojos del momento. 


El poder vetusto de las instituciones

Una de las particularidades que tiene el Poder Judicial respecto de los otros dos poderes, es que puede ser reformado por el resto de los poderes. ¿Eso lo hace más débil?

Si pensamos en la historia argentina, tiene que ver con cómo está el poder político en ese momento. 

Hablando de reformas, en el momento de mayor poder del kirchnerismo la Justicia resistió. Demostró que los recursos no le faltan, si bien no está la cosa fácil, tampoco es que carece de poder.

Dicho esto, por supuesto que todos los poderes que tenemos necesitan reformas porque hay veces que estamos ante instituciones que perdieron sentido hace muchos años. Y no es una crítica sólo a la Argentina. 

El modo en que pensamos el sistema representativo no funciona en ninguna parte porque hay una incapacidad estructural para lograr lo que en algún momento se pensó que se podía lograr. A esto lo llamo el sueño de la representación plena: no vivimos en grupos homogéneos. sino en una sociedad multicultural,

Por todo esto, no nos debería extrañar que las instituciones están funcionando pésimo, es un mal que radicalizamos hoy porque no cambiamos en 200 años.