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9/10/22

Pablo Guidotti: “La unificación cambiaria resolvería la falta de reservas”

Pablo Guidotti, exdirector del BCRA y profesor de la Licenciatura en Economía, fue entrevistado por Infobae sobre el rumbo de la economía argentina.

Por Daniel Sticco


"Por ahora el Presupuesto ratifica los objetivos fiscales contenidos en el programa vigente con el FMI, pero ese programa estuvo mal diseñado desde el principio y ha llevado que el riesgo país hoy supere los 2.700 puntos básicos"


Los indicadores de actividad comienzan a mostrar signos de fatiga para sostener el ritmo de recuperación, tras la depresión que provocaron las medidas de aislamiento preventivo de la crisis sanitaria.

Entre las principales causas se destacan los efectos negativos que provoca la escasez de divisas para poder satisfacer la demanda de las empresas para el pago de insumos importados; el deterioro del tipo de cambio real, porque desalienta las exportaciones; y el freno al consumo que provoca la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos de la población con la aceleración del ritmo de inflación.

El nuevo equipo de económico ha logrado con medidas cortoplacistas detener la caída de las reservas del Banco Central, y cree posible que en 2023 se pueda desacelerar bruscamente la inflación y mejorar el saldo de la balanza comercial, según precisa en las pautas del Presupuesto.

Al respecto, Infobae entrevistó a Pablo Guidotti, ex secretario de Hacienda y viceministro de Economía de la Nación entre agosto de 1996 y diciembre de 1999, y actual profesor Plenario de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella, quién dijo: “Las proyecciones macroeconómicas sobre las cuales se basa el Presupuesto 2023 no son creíbles y en un contexto en el cuál todavía no se ha explicitado un marco de política económica coherente”.

— ¿Qué lectura hizo del Presupuesto 2023?

— Es difícil hacer una lectura del Presupuesto si las proyecciones macroeconómicas sobre las cuales se basa no son creíbles y en un contexto en el cuál todavía no se ha explicitado un marco de política económica coherente. Por ahora el Presupuesto ratifica los objetivos fiscales contenidos en el programa vigente con el FMI, pero ese programa estuvo mal diseñado desde el principio y ha llevado que el riesgo país hoy supere los 2.700 puntos básicos, que haya ocurrido una crisis en el mercado doméstico de deuda pública, y que la inflación esté en el 100% anual con una brecha cambiaria insostenible también entorno al 100%. La Argentina necesita modificar el objetivo fiscal y tiene que apuntar a un superávit primario de 2% del PBI en el año próximo, no de un déficit de 1,9% del PBI como está planteado. En el contexto global existe muchos países que están haciendo ordenamientos fiscales importantes en situaciones donde, como sucede en la Argentina, la deuda pública es alta y no tienen acceso al mercado internacional de capitales.



"Hoy las expectativas son que la inflación sea más alta en 2023 que en 2022, y superior al 100% anual".


— ¿De las pautas y supuestos asumidos por Economía ve señales concretas que muestren el camino hacia la desaceleración de la inflación del 95% a fines de 2022 a 60% al cierre de 2023?

— Plantear que la inflación bajará al 60% por arte de magia no es creíble. Hoy las expectativas son que la inflación sea más alta en 2023 que en 2022, y superior al 100% anual. Más aún, con el marco actual de política económica que acentúa el uso discrecional de tipos de cambios múltiples, que aumenta las restricciones a las importaciones (y recordemos que la mayor parte corresponde a insumos para la producción) y que mantiene una alta brecha cambiaria, lo más probable es que la economía entre en recesión por lo que incluso las pautas de crecimiento resultan poco realistas. Finalmente, tampoco creo que las proyecciones de balance comercial sean razonables, dado que en un contexto de cepo cambiario dicho balance tiende a deteriorarse como está ocurriendo en los últimos meses.

— Según sus estudios ¿El ritmo de la inflación se explica exclusivamente por el exceso de gasto público y la forma que usa la Administración Central para financiarlo?

— Cuando un país tiene el nivel de inflación que tiene la Argentina, la principal causa es monetaria. Hoy no existe discusión en la profesión sobre esto. En economías donde la inflación es baja (aunque sea más alta que la deseada por los bancos centrales) existen también otros factores que afectan los precios. Durante este año, por ejemplo, los problemas en las cadenas de suministro a nivel global y el aumento del precio de la energía por la guerra en Ucrania, son factores que han influido en la inflación observada en los EE.UU. y en Europa. En la Argentina, la causa de la inflación es el déficit fiscal financiado con emisión monetaria. No solo vía Adelantos Transitorios del Banco Central sino, por ejemplo, vía la emisión generada por la compra de bonos por parte del BCRA y la emisión de pasivos remunerados del BCRA vía Leliqs y pases pasivos.



"Es mejor prohibir que el BCRA emita deuda, como lo disponía la Carta Orgánica de 1992, y que todas las operaciones de mercado abierto del BCRA se realicen con títulos emitidos por el Tesoro"


— ¿Ve factible en un año electoral que el Gobierno pueda avanzar hacia una política de mayor austeridad del gasto?

— La Argentina necesita ir a un superávit primario de 2% del PBI y eso debe hacerse vía reducción de gasto público. En realidad, debe reducirse aún más el gasto para también permitir reducir la presión tributaria récord que tiene hoy Argentina. La Argentina aumentó el gasto público 20 puntos del PBI durante los gobiernos kirchneristas. Deberían bajar 10 puntos del PBI. Dudo que este gobierno lo haga.

— En el escenario presente, y con la perspectiva del panorama internacional ¿Cree que hay margen para que aumente la presión tributaria?

— Para que la Argentina pueda crecer y reducir la pobreza, se deben bajar los impuestos distorsivos. Hay que eliminar impuestos como las retenciones, reducir los impuestos al trabajo y eliminar Bienes Personales. Para ello, hay que racionalizar el gasto público, reducir el clientelismo, privatizar las empresas públicas deficitarias, y reformar el sistema previsional.

— La aceleración de la inflación llevó al aumento de la tasa de interés de referencia y con ello al crecimiento más fuerte de la emisión de Leliq y Pases ¿Cómo cree que esa dinámica impactará sobre las expectativas de inflación y sobre las finanzas públicas que sean canjeados por instrumentos de deuda del Tesoro a mediano y largo plazo?

— La dinámica de la deuda doméstica, incluyendo la emitida por el BCRA, es preocupante, especialmente si vamos a un contexto de tasas de interés reales positivas. En el mediano plazo, es mejor prohibir que el BCRA emita deuda, como lo disponía la Carta Orgánica de 1992, y que todas las operaciones de mercado abierto del BCRA se realicen con títulos emitidos por el Tesoro, como lo hacen la Fed y los principales bancos centrales del mundo.



"Si unificaran y ajustaran las cuentas fiscales, la inflación disminuiría a futuro, aunque pueda ser mayor en el corto plazo"


— El viceministro de Economía, Gabriel Rubinstein dijo que, para pensar en unificar los tipos de cambio, primero hay que “lograr un robusto superávit fiscal y la recuperación de las reservas en el BCRA” ¿Qué piensa? ¿Ve que se avanza con firmeza en esa dirección?

— Creo que el objetivo de unificar el tipo de cambio es correcto, y es esencial avanzar con la consolidación fiscal. De todos modos, creo que la unificación cambiaria resolvería la falta de reservas por lo que no es necesario contar con reservas antes de la unificación. La discusión sobre devaluación que existe hoy es absurda. El BCRA está devaluando a un ritmo de 100% anual y ha anunciado que quiere evitar una mayor apreciación real por lo que se compromete a aumentar su ritmo de devaluación si la inflación aumenta como todos esperan. Si unificaran y ajustaran las cuentas fiscales, la inflación disminuiría a futuro, aunque pueda ser mayor en el corto plazo. Hoy veo mucha confusión en el Gobierno y en los políticos sobre estos temas, que ya han sido resueltos hace mucho en la profesión. Es patético que el FMI no contribuya a mejorar el marco de política económica y juegue un rol totalmente pasivo con tal de refinanciar su préstamo.

— ¿Qué cabe esperar para el resto del año en inflación y actividad?

— Como dije anteriormente, espero que se frene la actividad económica en los próximos meses y que la inflación supere el 100% anual, un escenario definido como estanflación.

— ¿Y para el año próximo?

— Si no hay cambios en la política económica, el escenario de alta inflación y recesión es probable que continúe. Lo único distinto es que, en algún momento, la expectativa de cambio de gobierno a fines de 2023 empezará a introducir algo de optimismo en los agentes económicos.

—¿Una reflexión final?

— El próximo gobierno enfrentará una situación económica muy compleja que requerirá reformas importantes desde el comienzo. No hay lugar para el gradualismo. Por suerte espero que, en 2024, el próximo gobierno cuente con las mayorías necesarias en el Congreso como para adoptar las medidas que se requieren.