Fuente: Clarín - Crédito: Télam

En La Tarde de CNN , Ezequiel Spector, profesor investigador de la Escuela de Derecho de la UTDT, conversó acerca de las cuatro formas de la anomia que identificó en un artículo del diario Clarín a propósito del crimen de Fernando Báez Sosa en Villa Gesell.

La anomia se define como la ausencia de ley o su desprecio, y Spector consideró que ésta tiene un protagonismo crucial en Argentina. La primera forma, la juvenil, expresa cómo se le manda un mensaje inconsistente a los jóvenes entre 18 y 25 años. “Por un lado, la sociedad los trata como niños y, por el otro, la ley no distingue entre jóvenes adultos y adultos”, afirmó. Al infantilizarlos, “se les hace pensar que no son responsables por ciertos actos y, al momento de cometer delitos, se encuentran con que la ley los juzga como cualquier otro adulto”. El abogado indica que esto se observa en el periodismo, que alude a los agresores como “pibes”, “chicos” o “jóvenes rugbiers”.

Esta confusión en el trato social y legal sobre los jóvenes se ve acompañada por la flaqueza de la ley en el país: “Hay una idea instalada de que durante la noche la ley rige con menor fuerza que de día”, precisó. Esto es lo que Spector llama anomia nocturna: la protección del velo de la noche a la hora de cometer delitos.

Respecto a si el rugby como deporte se relaciona con el crimen, el profesor dice tener una posición intermedia: “Si bien yo creo que jugar al rugby no te hace una persona agresiva, creo que cabe preguntarse si este deporte de alto impacto debería incluir una filosofía de autolimitación fuera de la cancha”. Esta doctrina hace referencia a la filosofía característica de las artes marciales, en que se instaura la idea de que el uso de las prácticas sólo está permitido dentro del cuadrilátero. “Es hora de que las asociaciones de rugby se empiecen a preguntar si no deberían incluir este tipo de doctrinas”, afirmó.

Aún así, la fuerza física individual obtenida por el deporte no es el punto principal para Spector, sino que lo importante es la actitud agresiva que se desarrolla por practicar ciertos deportes. Esto representa la cuarta anomia, la moral, que implica la violación de la ley que recoge estándares éticos mínimos y profundamente arraigados. “No se puede llevar a una comprensión acabada de este hecho si uno no incluye la idea de moral o ética que es mucho más que violar la ley”, afirmó.

El foco no parecería ser lo legal en sí, sino la humanidad: “Hubo un total desprecio por la vida humana, por principios morales y no hace falta tener una ley para darse cuenta de eso”.