Di Tella en los medios
Clarín
15/06/11

La delicada tarea de enseñar democracia

Por Claudia Romero. Directora del área de Educación de la Universidad Torcuato Di Tella

El programa de estudio de Política y Ciudadanía pone en pie de igualdad los escraches, los piquetes y las pintadas callejeras con el voto secreto, al definirlos sin distinción como formas de participación política equivalentes. En un acto de simplificación, equipara los escraches con las flores que los hippies colocaban en la boca de los fusiles que los apuntaban. Iguala así la violencia y la agresión con las acciones pacifistas.

Las escuelas tienen la misión de construir ciudadanía. Es importante que enseñen qué es la participación ciudadana en democracia y también cuáles son los obstáculos, los abusos, los desvíos. No se trata de ocultar la realidad sino de mostrarla para reconocer las formas legítimas y las que no lo son, las prácticas democráticas y las antidemocráticas. No hay que negar los escraches, hay que identificarlos como prácticas anticiudadanas cuando hay democracia.

Porque en contextos donde impera el estado de derecho no pueden legitimarse vías de acción directa, de justicia por propia mano, de toma del espacio público.
Tradicionalmente, la educación para la ciudadanía ha tomado dos caminos: la participación directa de los alumnos en acciones o movimientos políticos, o la instrucción cívica a través de una asignatura escolar. Pero como señala François Dubet, el potencial de esos caminos es muy limitado.

Es la vida escolar misma, las relaciones que allí se producen, las discusiones y los argumentos que durante los años de escolaridad se construyen entre generaciones y voces diversas, el territorio más fructífero para la formación de una ciudadanía auténtica y rica.

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