Di Tella en los medios
Genoma
8/04/11

"El agro se beneficiaría si lo dejaran tranquilo"

Lucas Llach es economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. Los principales temas de la entrevista que le dio a Genoma: desafíos de la economía, inflación, inversión, crecimiento económico, desarrollo, demanda, commodities, oficialismo y oposición

"El principal desafío de la economía es la inflación, y cómo se la enfrentará genera incertidumbre. Una incertidumbre que no termina con las elecciones. Es verdad que si gana un partido de la oposición está más clara la política que se adoptaría. Pero si el Gobierno es reelegido no sabemos lo que hará", afirmó Lucas Llach, economista y profesor de la Universidad Torcuato Di Tella. Especializado en historia económica, es también creador del blog La Ciencia Maldita: "Los blogs brindan la posibilidad de opinar y discutir a quienes les interesa determinados temas. En el debate económico tenemos el de los académicos, que no es muy flexible y no reacciona con rapidez; por otro lado, el de los medios de comunicación, que no permite demasiadas argumentaciones técnicas. En los blogs se cuenta con las ventajas de la inmediatez y la discusión técnica. En Estados Unidos varios economistas tienen su blog, el uso es más frecuente que en la Argentina. En lo personal, es un espacio de recreación".

Genoma: ¿Cuáles son los principales desafíos de la economía en el año electoral?
Lucas Llach: El principal es la inflación. En 2011 la economía crecerá, las estimaciones son de un 6%, sin embargo, genera incertidumbre la continuidad de una alta inflación, con un dólar que se mantiene sin modificaciones. Otros temas son los subsidios, la inversión, la pobreza. En subsidios, el peso en el presupuesto es cada vez mayor, y podemos preguntarnos si la situación es sostenible, si es el mejor uso que se le puede dar a los dineros públicos. En cuanto a la pobreza, hubo una disminución, aunque no en la medida en que cayó en otros países con un nivel de crecimiento similar al de la Argentina. Pero el principal problema de la macroeconomía es la inflación, y en un año en el cual la atención se concentrará en las elecciones, se pospone la búsqueda de soluciones. Tanto el Gobierno como la oposición tienen que ir pensando cómo enfrentar estos temas, no son fáciles de resolver.

G: ¿Cómo deberían encararse, una vez pasadas las elecciones?
LLl: Una cosa es lo que debería hacerse y otra lo que suponemos que se hará. Bajar la inflación es prioritario, afecta la competitividad, y si se plantea devaluar para ganar competitividad, aumenta la inflación. En 2001 teníamos un problema de competitividad, se devaluó, pero el contexto llevó a que no hubiera un gran impacto sobre los precios; ahora sería diferente, una devaluación incrementaría la inflación. Un Gobierno comienza a considerar la alternativa de un plan de estabilización cuando la economía muestra signos de desaceleración. Mi impresión es que en 2012 se deben tomar medidas. Lo que no tengo claro es si este Gobierno, en caso de ser reelecto, tiene los recursos para elaborar una respuesta. Porque vemos que si sube el precio de un producto, tratan de controlarlo, o cuando aumentan los precios internacionales de los commodities, se imponen retenciones. Son medidas que pueden funcionar durante un tiempo pero no es la manera de resolver los problemas. La manera es la de otros países que establecen metas de inflación, cuentan con bancos centrales independientes, y eso no me parece que las actuales autoridades lo estén considerando.

G: Pero una posibilidad es que el oficialismo sea reelegido…
LLl: Allí es difícil imaginar cómo un Gobierno que trata de impedir que las consultoras privadas informen la inflación sea el que la combata. Surge el interrogante sobre si el oficialismo, en caso de reelección, está preparado para enfrentar los desafíos. La misma pregunta se puede hacer para la oposición, porque no es sencillo: el dólar, la inflación, las tarifas, están relacionados entre sí y se necesita bastante habilidad para manejarlos. En la búsqueda de una solución se presentan dilemas que no son fáciles de resolver. Ni siquiera a un Gobierno decidido a hacerlo le resultaría simple.

G: ¿Cómo lo resolvería la oposición?
LLl: Es verdad que si gana una fuerza opositora está más claro el rumbo, las políticas serían parecidas a las de nuestros vecinos, al menos es lo que dicen los candidatos. Normalizar el Indec, lo cual es inevitable para abordar la inflación, resulta costoso para el actual Gobierno porque sería reconocer que los números dados por el organismo no son reales. En cambio la oposición lo haría. Pensar en metas de inflación es más complicado en caso de una reelección, no para la oposición. Creo que Cristina Kirchner eligió el camino de no enfrentar la inflación. Sin embargo, si empieza a ser un costo político, o se llegara a un escenario de alta inflación con una economía creciendo menos, es posible que cambie de opinión. Pero esto ocurriría después de que los problemas se agravaran, no lo haría por propia voluntad, por considerar las dificultades a futuro. Por otra parte, no sé si alguien en el Gobierno está pensando en los desafíos a futuro.

G: Uno de los desafíos que mencionó fue el de la inversión, ¿cómo cree que evolucionará?
LLl: Los empresarios en un período de buenas ventas pueden adquirir una máquina más, sumar otro turno; es el tipo de inversión que hemos tenido con frecuencia en la Argentina. No se arriesga demasiado, en un buen año se amplía un poco la capacidad. Es más difícil que se instale, por ejemplo, una nueva planta. Cuando hay incertidumbre es improbable obtener grandes inversiones, del país y del exterior. Las inversiones extranjeras llegan a países con un panorama estable a cinco, diez años. Ésa no es la situación de la Argentina, y no ayuda para atraer capitales de largo plazo. La inversión extranjera aporta nuevos métodos de producción, significa mayor capacitación para los trabajadores, nuevos sectores productivos, tiene un efecto sobre la economía y la sociedad. Entonces el principal obstáculo en el largo plazo es la incertidumbre; al despejarla se desatan las energías del sector privado que sabe aprovechar oportunidades, hacer negocios. Hoy tenemos pocos empresarios que arriesguen recursos a largo plazo, que apuesten por el país de acá a 20 años.

G: ¿Le encuentra aspectos positivos al Gobierno?
LLl: En lo económico el desendeudarse fue positivo. También la asignación por hijo, medida similar a la de otros países de América Latina y el aumento de la cobertura para las jubilaciones. Son tres aspectos favorables.

G: En su blog mencionó que "el crecimiento económico es fundamental pero no alcanza. Nos queda mucho por hacer para que este país sea un lugar mejor para vivir". En ese sentido, ¿cómo se puede pasar del crecimiento al desarrollo?
LLl: Tenemos que pensar en mejor educación, vivienda, salud, transporte, calidad de vida. Las políticas públicas deben considerar la tasa de crecimiento y el nivel de bienestar de la población. La asignación por hijo tiene un efecto sobre la calidad de vida, pero queda por hacer en materia de educación, salud, vivienda, todo esto termina afectando las posibilidades de crecer en el país a 10 ó 30 años. Pensar qué tipo de sociedad estamos construyendo, la educación que tendrán las próximas generaciones, cuáles son los sectores que estimulamos, las inversiones que recibimos. No se hace lo necesario para transformar el crecimiento de unos años en uno de largo plazo. El Estado debe estar en la formación de recursos humanos, en la calidad de la educación. Porque no sabemos cuánto tiempo dura el boom de los commodities; tal vez la situación cambie. Con educación la gente se puede adaptar y dedicarse a distintos trabajos. Pasaron años de crecimiento, pero las villas aumentan de tamaño en vez de disminuir. Ahí faltan políticas públicas, inteligencia en el uso de los recursos del Estado para que sectores de la población accedan a una mejor calidad de vida. Lo cual tendría como resultado que el país fuera más productivo.

G: ¿Qué sectores de la economía impulsaría?
LLl: Hay que partir de lo que tenemos y la Argentina es un gran productor de alimentos, existe margen para agregarles valor. Un caso es la industria vitivinícola, se reconvirtió, logró vender en los mercados del exterior con calidad y marca. Son muchos los productos en los que el país podría destacarse. En servicios, el software, el cual podemos exportar. En Estados Unidos vemos lo que se mueve alrededor de Internet, eso genera empleo, salarios altos, capacitación. Y la Argentina tiene ventajas en este terreno, puede ganar un importante espacio en Hispanoamérica.

G: ¿Cómo afectaría al sector agropecuario si llegara a mantenerse la política oficial?
LLl: Escucho a varios dirigentes decir que se necesita una política agropecuaria y no creo que sea así. Existen demasiadas medidas respecto al agro, como las retenciones o las restricciones a las exportaciones. El agro se beneficiaría si lo dejaran producir y exportar con tranquilidad. El que le sacaran las ataduras y las regulaciones que traen incertidumbre, sería un avance. La continuidad de este Gobierno implicaría seguir con políticas erráticas para el sector. Luego se pueden discutir retenciones, cambios, en ese sentido se presentaron propuestas para tomarlas a cuenta del impuesto a las ganancias. Se puede debatir y llegar a una solución razonable y estable.

G: ¿Cómo cree que continuarán la demanda y los precios de los commodities?
LLl: El nivel de precios es más alto que en el pasado, pero esto no quiere decir que suba indefinidamente. Con el consumo de países como la India y China, la demanda y los precios son mayores. Pero no sabemos si esto puede cambiar.


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