Di Tella en los medios
iEco
27/11/8

Ocho de cada diez directivos cursaron programas de posgrado

<SPAN class=ArAz12><STRONG>JUE 27/11/08 </STRONG></SPAN><SPAN class=Ar-Mar12><STRONG>12:57</STRONG> | </SPAN>Según una investigación de Deloitte e iEco, la mitad de los CEO y sus reportes directos cursaron un MBA. El resto optó por otro tipo de maestrías o programas directivos y sólo un 14% no continuó sus estudios universitarios después del grado.

Por Gabriela Samela y Andrés López |
No sólo en la práctica se hacen los líderes de negocios. Si dos décadas atrás la carrera universitaria de la mayoría de los directivos de empresa se detenía en el título de grado, hoy el 86% de la alta gerencia en nuestro país completó un programa de posgrado, en el 62% de los casos, de entre 2 y 3 años de duración.

Los datos surgen del estudio "La alta gerencia y los posgrados en Argentina" realizado por la división de Human Capital de Deloitte en conjunto con iEco. La muestra abarcó a 79 ejecutivos de empresa (35% en la máxima posición y el resto directores con reporte directo al CEO) de múltiples compañías.

La encuesta mostró que es muy baja la proporción de directivos que no tiene ningún posgrado realizado (14%), y la proporción baja aún más cuando se trata de gerentes generales (sólo el 27% de ese 14).

Varios factores influyen en esta tendencia. "Hoy no hay empresas que puedan garantizar a nadie un contrato de por vida, ni los jóvenes actuales lo pretenden. Antes la regla básica era la lealtad, pero ese es un camino de dos vías que la historia demuestra que se rompió. En su reemplazo, hay un compromiso con lo que cada uno hace, con el desarrollo de la propia carrera de la mejor manera", analiza Horacio Cortese, director de la Maestría en Dirección de Recursos Humanos de la Universidad de Ciencias Empresarialse y Sociales (UCES).

Sin embargo, tanto Cortese como los especialistas opinan que todavía la experiencia es un factor crítico para ascender en la carrera laboral. "En el mundo de los negocios, hay mucho conocimiento tácito que no lo da la universidad sino la vida organizacional: ritos y ceremonias que no están escritos en ningún lado", puntualiza el académico.

Además, como señala Paula Molinari, directora de la consultora Whalecom y a cargo de un programa de RR.HH. en la Universidad Torcuato Di Tella ( UTDT ), "el posgrado te puede proveer una visión sistémica de los negocios. Pero no todos los egresados de posgrados son buenísimos. Es un valor agregado".

El reinado del MBA

En el país de los posgrados, el MBA es rey: un 44% de los encuestados completó una Maestría en Administración de Negocios. Luego le siguen otras maestrías (Finanzas, la más elegida entre ellas), otros programas de posgrado (no maestrías) y carreras de especialización (15%).

"El perfil de un máster en Dirección de Empresas es de una edad promedio de treinta y pico", indica Andrés Hatum, profesor del área de Comportamiento Humano del IAE y autor junto con Rodolfo Rivarola de La carrera profesional. "El MBA otorga competencias generalistas para la dirección de empresas. La gente que ya está en la alta dirección es más afín a programas directivos", agrega.

"Nuestras estadísticas muestran que los profesionales estudian y se capacitan hasta los 45 años. Por eso no hay posgrados para gente de mayor edad", dice por su parte Aquilino López Diez, decano de la Facultad de Ciencias de la Administración de la Universidad del Salvador, quien anticipa una tendencia creciente en la oferta de especializaciones para los próximos 10 años.

El promedio de duración de los posgrados hechos por la alta gerencia es de entre 2 y 3 años, lo que equivale a la obtención de un título oficial de maestría en nuestro país. Casi inexistente, en cambio, es un ejecutivo de alta dirección que haya hecho un doctorado. Casi, pero no totalmente.

"Elegí una formación no tradicional para el mundo corporativo: opté por el doctorado en Ciencias Económicas de la UBA porque quería seguir profundizando a nivel científico y académico, complementando el mundo laboral. No quería hacer más de lo mismo", cuenta Alejandro Melamed, director de Recursos Humanos de Coca -Cola. Aunque hacer el doctorado fue "difícil y complejo", le permitió "visualizar horizontes que no se imaginan en el mundo del trabajo", concluye el ejecutivo.

Las tradicionales

La mitad de los directivos consultados son contadores públicos. Considerando que el promedio de edad de la muestra es de 43 años, es válido el análisis de Sandra Ayala, gerente de Human Capital de Deloitte, que coordinó el estudio: "Contador es una carrera más tradicional que Administración (que es más nueva y no tan acreditada por generaciones anteriores).

Además, tengo la idea de que hasta el día de hoy las empresas valoran mucho a aquellos que tienen muy buen manejo de los número y utilizan el pensamiento lógico-matemático para sus negocios".

Otras dos carreras tradicionales aparecen en los primeros puestos: Ingeniería y Abogacía.
Un dato interesante es que a nivel grado, la mayor parte de la alta gerencia actual optó por la universidad pública (71%), pero el dato se invierte al pasar al nivel posgrado (el 94% lo hizo en una privada).

"Que la mayoría haya hecho su carrera de grado en una institución pública y el posgrado en una privada tal vez tenga que ver con el prestigio de algunas públicas, como la UBA", señala López Diez.

Otros factores que a su juicio influyen es que "cuando se empieza una carrera, se está en las primeras etapas de la vida profesional y en esa instancia el sueldo es bastante bajo como para dedicarle un 20 o 30 % al pago de una cuota", dice el decano. También a esa edad "muchas veces se elige el lugar donde estudiaron los padres".

Molinari opina que "a nivel posgrado, la universidad pública no tiene prestigio" y que éste se asienta en "el grupo de gente que asiste, el grupo de profesores y una currícula que se destaque. De hecho, los posgrados de negocios salieron de las universidades privadas".

Zona de influencias

Consultados sobre el grado de influencia que tuvo el posgrado sobre el desarrollo de su propia carrera profesional, el 71% opinó que fue mucho o bastante. Pero esa importancia relativa es asignada por el 87% de los encuestados cuando se refieren al peso del posgrado en los próximos 10 años de carrera. Del 23% que opinó que tenía poca influencia ahora, el 92% estima que esa importancia será mucha o bastante.

"Creo que en diez años la influencia del posgrado en la carrera profesional será mayor a la actual porque el mercado gerencial requiere cada vez mayor preparación y estar permanentemente actualizado", opina José Pagés, director de Marketing del Banco Itaú, que estudió Economía en la UBA e hizo su MBA en Kellog.

Los especialistas coinciden en que el impacto de una maestría en la carrera no puede ser inmediato. "Generalmente se hace el posgrado en una posición de analista, pero recién se empieza a aplicar a la práctica en posiciones jerárquicas", señala Cortese.

Hatum concuerda con esto y enfatiza, además, el peso que tienen la institución y el tipo de programa que se cursa. "La gente necesita salir del asiento y de tomar nota: la teoría sin la vivencia se queda a mitad de camino", asegura.
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