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Ámbito Financiero
30/11/22

“Outsideness”: hacia una reformulación del cánon

Por Ana Martínez Quijano

La muestra colectiva “Outsideness”, que organiza el Departamento de Arte, reúne obras de artistas e intelectuales argentinos como Fernanda Laguna, Mónica Heller, Nicolás Casullo, Daniel Santoro y Nicolás Gullota.

Outsideness. Una casa modesta que parece albergar los últimos individuos de una especie y una civilización.

Outsideness. Una casa modesta que parece albergar los últimos individuos de una especie y una civilización.


La Torcuato Di Tella presenta “Outsideness”, una exhibición fundada a partir de la complejidad teórica del seminario internacional, “Fallas y Fronteras: Terceras Jornadas de Arte y Estética”, cuyo objetivo fue “alentar el diálogo entre el arte, la ciencia y el pensamiento, para recalibrar la mirada sobre el presente y reclamar un futuro colectivo posible”.

La muestra, a cargo del curador Alejo Ponce de León, la artistas y curadora Laura Ojeda Bär y el director del Departamento de Arte y también artista, Carlos Huffmann, es ambiciosa: se remonta a la década del 60 y abarca tiempos diferentes, cuestiona además los conceptos que hoy definen el arte y cuáles son sus límites. En el recorrido se advierte la franqueza para hablar del universo actual y el desasosiego que causan sus valores cambiantes.

Pero la muestra comienza con humor. En el ingreso a la sala de exposiciones se exhibe la cápsula Van Gard, un breve espacio apto para mostrar obras de pequeño formato, cuyas líneas guardan estrecha relación con el diseño industrial argentino de mediados del siglo veinte. Los creadores son, Huffmann, del concepto, y Sebastián Gordín, de la realización de este objeto cargado de reminiscencias industriales. Pero la cápsula Van Gard sorprende por el contenido: en su interior hay una pintura de Milo Lockett, un expresivo rostro que, con estupor, parece preguntarse: “¿Qué estoy haciendo yo aquí?”. Consultada sobre Lockett la curadora Ojeda Bär, reconoce que es un éxito del mercado y, si bien no exhibe prejuicios, tampoco avala su estética.

Es evidente que esta cámara cumple su función y quedará emplazada en la sala de modo permanente.
Mientras los curadores mencionan las crisis de la democracia, el pensamiento contemporáneo y la grave situación ecológica del planeta, en las paredes se proyectan imágenes glamorosas con una sobredosis de luces y colores que capturan la mirada y, explican ópticamente la adicción del público a las pantallas. Luego, en abierto contraste, los curadores proyectan textos que documentan la intensidad de sus ideas. “’Outsideness’ funciona como hipervínculo y portal a otra Buenos Aires, una línea de tiempo que se bifurca.

Una escena primaria de esta exposición es una conversación sobre la apropiación y la hipotética existencia de un libro titulado ’Las reglas del arte’”. Y al pegar la vuelta, el espectador descubre el núcleo de la exhibición.

Una casa que parece albergar los últimos individuos de una especie y los restos de una civilización que se extingue. Con este espíritu, los curadores jerarquizaron las obras de arte como auténticas reliquias.
Así, con extrema sencillez presentan un mobiliario modesto, una antigua TV y la diversidad de obras de arte de Mónica Heller, Paula Castro, Dalle, Juan Matías Killian, Laura Códega, Stable Diffusion, Flo Meije, Cervio Martini, Gustavo Bruzzone, Daniel Santoro, Nicolás Casullo, Mario Scorzelli, Trudie, Juane Odriozola, Carrie Tattoo, Game Disease, Cinthia Paraíso, Waifu, entre otros. Allí están dos bronces de Máximo Pedraza, un dibujo que Juliana Iriart realizó cuando trabajaba en una estación de servicio, un poster de Raquel Forner y una Máscara de Florencia Rodríguez Giles; las apropiaciones de estilo de los cuadros de Molina Campos de Tobías Dirty, un póster imaginario de una foto de Bruno Dubner y la firma de Picasso de Fabio Kacero; sobre una mesita están unas fotos enmarcadas de Walter Arancibya, una escultura de Líbero Badii y diversos objetos de Fernanda Laguna. Una de las pinturas de la década del 80 de Guillermo Kuitca aparece impresa sobre una tela y agrandada a través de inteligencia artificial, junto a los colgantes de látex de Nicolás Gullotta y los tejidos de Andrei Fernández y de Thañí, un colectivo de tejedoras wichi; el diseño de Whatisreal, una marca argentina de ropa y el dibujo de un autor desconocido comprado en Mercado Libre. La sensibilidad del presente la expresa Mariana de Matteis con un bello dibujo de la casa que los espectadores pueden llevarse.

“Outsideness” no elude la tragedia de la humanidad en el presente, pero cuando describe el gesto de preservar el arte, menciona la palabra “ternura”, término que hasta hoy permanece ajeno al repertorio utilizado por la crítica de arte. Entre los textos hay uno que dice: “Lo que no es ficción es la crisis: los mecanismos de producción y validación artística se estremecen en resonancia con la biósfera, el hábitat, la economía y la organizatividad política terrestre. El resultado de esas negociaciones deja traslucir una reflexión sobre el patético destino material de las imágenes que parece ser, al mismo tiempo, su origen patético”.

¿Cuál es entonces el arte del presente y cuáles son las claves que convalidan su sentido e identidad, al menos, en el contexto de una universidad de arte? Frente a las obras que alberga la casa, se proyectan palabras que demuestran aprobación: “Inteligente, político, conceptual, impactante, comprometido, paradójico, absurdo, irónico, conmovedor, inquietante, hermoso, deforme, provocativo?” Al culminar esta lista se cuestiona cuáles serían las consecuencias si se sumara la palabra “tierno”.