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21/05/22

Camila Perochena: “Miro cómo Cristina usa el pasado y eso permite entender cómo piensa la política”

Camila Perochena, profesora de las Licenciaturas en Historia y en Ciencias Sociales, fue entrevistada sobre su nuevo libro, "Cristina y la Historia".


Camila Perochena. Una tesis sobre los usos de la Historia para hacer política. (Foto Luz Carou).

El uso político de la historia, o cómo la vicepresidenta Cristina Kirchner impregna sus discursos y apariciones públicas de ejemplos e interpretaciones del pasado. En eso se centra el libro Cristina y la Historia, de Camila Perochena, publicado por editorial Crítica.

La autora analiza “el kirchnerismo y sus batallas por el pasado”, como reza la bajada del libro. Lo hace a partir de cada una de las disertaciones de la ex presidenta. Perochena toma desde el discurso de Cristina en Tribunales, en uno de los juicios que enfrenta en la Justicia Federal, hasta la relación de su movimiento con el peronismo.

“He elegido la historia antes de que ellos me declaren absuelta. A mí me absolvió la Historia y me va a absolver la historia. Y a ustedes, seguramente, los va a condenar la Historia.”, aseguró la dos veces presidenta a los jueces que la interrogaron el 2 de diciembre de 2019. Fue después de una declaración indagatoria de más de tres horas en una causa en la que está acusada de asociación ilícita y administración fraudulenta.


-Usted menciona en el libro, como uno de los ejemplos más fuertes, el discurso de Cristina Fernández en los tribunales de Comodoro Py. ¿Cómo interpreta esa manera de mostrarse ante el tribunal y el público?

-Yo creo que a ella ese escenario le sirvió para cuestionar la legitimidad del Poder Judicial, que fue uno de sus opositores más importantes a lo largo de sus dos presidencias. Poner en cuestión la legitimidad de los jueces por antidemocráticos, porque no llegaron allí luego de una elección. La legitimidad que ella antepone ante cualquier juicio parte de dos lugares: uno es la Historia y el otro es el pueblo. En ese sentido hay un despliegue y un uso del pasado: “a mí me absolvió la Historia” dijo, mirando las elecciones que acababan de tener lugar y sus dos gestiones presidenciales. “La legitimidad la obtengo de ahí”, argumenta.

-Resulta llamativo que Cristina descrea de la Justicia cuando la acusada es ella, pero celebre las decisiones judiciales cuando procesan o condenan a sus adversarios políticos.

-Esa es la ambigüedad de su idea del lawfare, un procedimiento que -argumenta- es sólo contra ella. Pero cuando la Justicia va en contra de algunos de sus opositores, eso no es lawfare. Incluso cuando es sobreseída en alguna causa, entonces sí tiene que ver con los resultados de la investigación judicial.

-¿De qué forma usa ella la Historia como argumento en sus discursos, no lo han hecho todos los presidentes?

-Si, pero lo llamativo es no sólo la frecuencia con que lo hace sino cómo se retrotrae a 200 años de historia, y no sólo a la historia reciente. Lo que yo trato de demostrar es que ella toma diferentes momentos, entre comillas hace una “reescritura del pasado”. Retoma del revisionismo histórico de los años 30, lo que era una interpretación que ahora pasa a ser historia oficial.

-¿Qué momentos, por ejemplo?

-En primer lugar, el momento revolucionario de 1810, donde no hay una reescritura de la escritura mitrista, pero después ella intenta decir algo diferente respecto de la época de Rosas, una etapa polémica en la historia argentina, donde ella está pensando en reivindicar el rol de Rosas.



Cristina y la Historia. El libro de Camila Perochena.


-¿Y qué pasa con la figura de Evita, como aparece en sus discursos y qué dimensión le otorga?

-Claramente dentro de la tradición peronista Evita ocupa un lugar central. Hay una identificación muy fuerte de Cristina con el personaje de Eva Perón en la Historia. Hace un paralelismo, recuerda el renunciamiento de Evita a la vicepresidencia cuando se lanza a la candidatura 2011, por ejemplo. Eso se ve también en los monumentos, como el que se construyó en la avenida 9 de Julio, por ejemplo. En esa obra, que muestra dos caras de Eva, hay una que está mirando al sur, a los sectores populares, y hay también una Eva enojada, combativa, que es la que está mirando al norte y al barrio más pudiente.

-También respecto del conflicto de Malvinas usted sostiene que hace un uso del tema en sus discursos, pero desde el conocimiento de que se trata de un asunto incómodo.

-Si, yo ahí lo que digo es que para cualquier presidente lo de Malvinas es un desafío. Porque se puede tener un discurso más centrado en la soberanía nacional y en eso reivindicarla como una gesta patriótica, más allá de que la llevó a cabo una dictadura, o se puede -como han hecho otros- cuestionar la guerra porque se torturaron soldados, porque algunos militares eran los mismos militares de la represión. Entonces es como que hay un discurso progresista y uno nacionalista. Néstor, por ejemplo, tenía una visión mucho más patriótica, donde defendía a todos los caídos. Pero en el caso de Cristina hace referencia a la ilegitimidad de la guerra de Malvinas pero no quiere que sea un discurso desnacionalizador. ¿Entonces cómo hace? Va hacia atrás, va a 1833 donde muestra las raíces históricas de las confrontaciones entre ingleses y argentinos. Entonces ahí se diluyen, un poco, las incomodidades a la memoria que plantea la cuestión de Malvinas.

-¿Por qué sostiene que, en ese uso de la Historia, hay un pasado polarizador?

-Porque yo miro el pasado y la forma en que usa ese pasado. Eso te permite entender cómo Cristina piensa la política, ahí hay una concepción agonista o populista donde ella cree que la radicalización del conflicto es una forma de conseguir avances. Y en la profundización del conflicto, nosotros y ellos, pueblo y oligarquía. La reconciliación es vista como una concesión y el conflicto es la forma de avanzar en los valores que el kirchnerismo defiende, e incluso la forma de avanzar en la historia.

-¿Y cuáles son los héroes favoritos de la historia para Cristina?

-Manuel Belgrano y Evita, por supuesto. De Manuel Belgrano ella habla mucho, y hasta se podría decir que también con él se siente identificada. Un abogado que deja una carrera y sacrifica todo por el pueblo.