Di Tella en los medios
El Cronista
30/05/19

Pablo Guidotti: “Las Leliq conspiran contra una más rápida disminución de la inflación”

Por María Iglesia

Para el economista y profesor plenario de la Universidad Torcuato Di Tella, que pasó por la función pública entre 1996 y 1999, “los argentinos no necesariamente van a correr de manera desesperada a dolarizarse”. “Está más entendido que la Argentina no puede seguir viviendo con un déficit fiscal alto”, apuntó.


“No es bueno que el stock de Leliq suba. Prefiero los bancos centrales que hacen operaciones del mercado abierto con títulos emitidos por el Tesoro”. Así lo definió Pablo Guidotti, ex secretario de Hacienda y viceministro de Economía (de agosto de 1996 a diciembre de 1999) y actual profesor Plenario de la Escuela de Gobierno de la Universidad Torcuato Di Tella. En diálogo con El Cronista en su oficina de la  UTDT , habló sobre la política monetaria, inflación, dolarización, acuerdo con el FMI y la necesidad de implementar reformas estructurales.

-¿Por qué aún no se puede bajar la inflación?
-En materia monetaria se cometieron errores. Por ejemplo, que se seguía emitiendo para financiar al déficit, era menos, pero se continuaba. Cosas bastante básicas en contra de la inflación. Todo el tema de las Lebacs también generaba una pérdida de ancla. Ahora está mejor, pero creo que todas maneras sigue habiendo algo de problemas con las Leliq.

-¿Ve un riesgo con las Leliq?
-Sí, no es bueno que su stock suba. Prefiero los bancos centrales que hacen operaciones del mercado abierto con títulos emitidos por el Tesoro. Los bancos centrales no generan recursos entonces cuando emiten deuda y pagan tasas de interés muy alta generan la expectativa de que si hay un problema muy grande para refinanciar esas deudas, se emite dinero. Me gustaba mucho más la carta orgánica del ´92 que le prohibía al Banco Central emitir pasivos remunerados. Iría en esa dirección, ya que se presentó un proyecto al Congreso. Es cierto que el problema de las Leliq es más manejable para el BCRA porque son títulos que sólo tienen los bancos, pero aun así son una fuente que conspira contra la disminución más rápida de la inflación.

-¿Qué opina de la posibilidad de intervenir en el mercado de cambios?
-Me sorprendió la decisión porque le introdujo un elemento de mayor discrecionalidad a la política monetaria. Los movimientos de los bancos centrales hacia políticas más discrecionales en general terminan jugándole en contra. Pero es verdad que en el corto plazo el mercado leyó que había posibilidad de intervenir, y entonces el tipo de cambio se mantuvo tranquilo, aunque aún no hubo un test. Pero también podría ser porque otras cosas andan mejor, en particular porque la política fiscal se está cumpliendo, se están dando los desembolsos del FMI, el saldo de cuenta corriente se está archivando. El Banco Central no explicitó qué va a hacer.

-Pero es parte de la estrategia...
-Sí, pero no funcionan mucho. De hecho, es la que tenía el Banco Central también cuando estaba Federico Sturzenegger, que al final no se sabe bien qué tipo de cambio se defiende.

-¿En qué punto estamos en la economía, sobre todo mirando el estancamiento?
-La Argentina viene de varios años de una performance bastante floja. La herencia que recibió este Gobierno fue muy mala, pero también hizo errores importantes al principio. Volvimos varios pasos para atrás, como en el juego de la oca. De alguna manera se está empezando a recuperar, después de una crisis importante. Parece haber tocado fondo entre diciembre y enero. Se logró un apoyo sin precedentes del FMI, que de alguna manera evitó un ajuste muchísimo mayor. Muchas veces la gente, erróneamente, identifica al FMI con el ajuste, pero es al revés. Además permite transitar este año difícil en lo político y llegar a finales del año próximo sin tener que acceder al mercado de capitales.

-¿Hasta finales de 2020 sin financiamiento en el mercado?
-Seguramente hasta mitad, pero es posible incluso más que eso. Le va a dar un aire importante al Gobierno que empiece en diciembre.

-¿Cree que habrá que renegociar la deuda con el FMI?
-Todavía es muy temprano. Aun así, no es preocupante. El FMI busca ayudar para que sus países miembro adopten las políticas que los llevan a un sendero sostenible. En ese sendero, en la medida que el país cumpla, el organismo apoya. Aún antes de llegar a ese momento, hay cosas importantes que tienen que pasar. Bajo el supuesto de que este Gobierno continua, tiene que haber un proceso de reformas estructurales que no se hicieron. Está más entendido que la Argentina no puede seguir viviendo con un déficit fiscal alto y con un nivel de endeudamiento que está en los límites que puede tener una economía emergente con la calificación de riesgo que tiene el país. No puede ser desconocido por ninguno de los políticos que pretendan ser Presidente.

-¿Ve cierto consenso?
-Está bastante entendido. Luego hay que ver la voluntad política que tenga cada uno. La Argentina no tiene las posibilidades de mantener un despilfarro público. A la larga, la crisis que se puede generar es mayúscula y va a tirar abajo al gobierno que sea, en términos de imagen pública. Hubo una sobrerreacción del mercado: tuvo una interpretación demasiado simplista de la grieta que se va a ir corrigiendo con el tiempo. Puede haber un círculo virtuoso de acá a las elecciones: una economía que se empiece a reactivar, que los precios de los activos argentinos empiecen a recuperarse, que baje el riesgo, y que lleguemos con estabilidad financiera. No veo necesariamente que los argentinos vayan a correr desesperadamente a dolarizarse si no hay condiciones que lo justifiquen. 

- ¿No va a haber dolarización preelecciones?
-Puede ocurrir, pero también podemos tener un círculo virtuoso en el que eso sea perfectamente manejable. El nivel de reservas del país permite hacerlo. Es obvio que hasta la elecciones no va haber nuevos proyectos de inversión. Pero la reactivación económica puede ocurrir aún sin ellos. Pero la Argentina viene de recesión, hay cierta capacidad instalada. La reactivación no será espectacular: este año en el promedio va a caer frente a 2018, pero se van sentando las bases como para que haya un crecimiento el año próximo. 

-¿Qué le pareció desde el punto de vista económico el anuncio de Cristina Kirchner?
-Es una decisión rara. Distiende los escenarios más catastróficos. Hay que qué significa en un futuro, quién manda en esa fórmula. Parte de eso lo vamos a descubrir con las listas. En cierto sentido, Alberto Fernández es bien distinto a Cristina. Inicialmente, los mercados lo están leyendo como algo que le otorga menor probabilidad a una visión muy extrema. Lo veo más parecido a la relación entre Néstor Kirchner y Eduardo Duhalde. El mercado está viendo que dentro de los escenarios la probabilidad de un cisne negro o alguien tremendamente ideologizado y vaya y haga default, tiene menor posibilidad.

-¿Le parece que el mercado temía un default? Es verdad que fue un Gobierno no pro-mercado, pero se jactan de haber pagado siempre todos los vencimientos.
-Fue un Gobierno que no quiso arreglar de manera amistosa o regular las deudas que estaban en incumplimiento. El Gobierno anterior fue traumático para los mercados de capitales. 

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