Di Tella en los medios
La Nación
19/01/14

El camino de la universidad a Tribunales

Por Ana Falbo

Pasar del aula a la práctica profesional no es tarea fácil ni siquiera para los vérsátiles profesionales que eligen el mundo de las leyes.

Esta dura realidad es la que viven los más de 13.000 alumnos que todos los años reciben su título de abogado en el país. "El número oficial no se corresponde con la demanda laboral, por eso el mercado es cada vez más competitivo", señaló Raúl Farías, director académico de Fores (Foro de Estudios sobre
Administración de Justicia), durante el primer encuentro de abogados organizado por Artículo Uno y dirigido a aquellos que están ingresando a la vida profesional del derecho.

La cifra de la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación de la Nación es de 2010, por lo que el director estima que actualmente los egresados son aproximadamente 15.000 por año.

"Pensaba que siendo buena alumna y con contactos iba a ser sencillo conseguir trabajo y no fue así", contó al público Damasia Escudero, un chica de 24 años que trabaja en un estudio jurídico. Si bien el derecho presenta distintas especialidades y áreas en donde desarrollarse, ya sea el Poder Judicial, estudios jurídicos, empresas, docencia, investigación, ONG, entre otras, la competencia que se produce entre los recién graduados es cada vez mayor, así como las exigencias de los patrones.

En este contexto una diversidad de abogados con distintas experiencias expusieron sobre la forma de sumar valor agregado para diferenciarse del resto, cómo ampliar el horizonte de búsqueda frente a una carrera con tantos caminos y, a su vez, criticaron las falencias prácticas de la universidad.

"La abogacía es un negocio y el abogado debe salir a vender el producto que es el servicio que le brindará al cliente", afirmó Lidia Zommer, consultora de marketing estratégico para abogados. Roberto Durrieu, abogado penal que dirige su propio estudio jurídico, continuó con esta idea poniendo foco en la necesidad de tener herramientas técnicas y académicas a la hora de ofrecer el servicio para darle un valor agregado al cliente.

A su vez, Durrieu advirtió que si bien hay que saber de derecho para defender al cliente -lo que implica conocer la ley en profundidad- hay cuestiones que también son requisitos fundamentales, como son el tener la habilidad de desarrollar una mirada diferente, así como relaciones, y el entender a las partes, porque "uno tiene que transformarse en un producto que resuelva problemas".
Capacitación permanente 
"Somos estudiantes eternos", sostuvo Rosalía Martínez Rial, abogada de Marval, O' Farrell & Mairal. "Si bien hay cosas que a uno le tocan en suerte, la mayoría de las cosas que nos pasan son autogeneradas, por eso es importante estar preparados y saber hacia dónde uno quiere ir siendo perseverante y constante para lograr ese objetivo", agregó.

Todos los oradores hicieron hincapié en la necesidad de tener un respaldo técnico a través de la permanente capacitación y sobre todo la especialización en un contexto en el cual las maestrías reciben egresados cada vez más jóvenes.

"Introducirte en la especialidad te da más libertad, sobre todo en un contexto con mayores exigencias", indicó Durrieu. Por su parte, Déborah Cohen, titular del estudio jurídico que lleva su nombre, aconsejó a los jóvenes que "buceen" qué materias, libros, profesores los entusiasmaron durante la carrera para poder así orientarse hacia qué rumbo tomar.

En relación con esto, Ramiro Barbosa, socio de Barbosa Abogados, consideró necesario dedicarle tiempo al armado de un plan de carrera sólido sobre la base de aspectos académicos. "Hay que conocer en qué nicho uno quiere desarrollarse, pero antes es importante conocerse a uno mismo, sus fortalezas y debilidades, sin perseguir ilusiones pensando en la carreras de terceros porque las carreras son individuales. Es difícil medir el éxito en esta profesión, pero es fundamental tener un plan de carrera y no dejarse ganar por la ansiedad", concluyó el especialista.

De la misma manera, Jorge de Lucio, que actualmente tiene su propio estudio boutique y consultora en temas legales y corporativos, rescató que son pocas las profesiones con tanta multiplicidad de caminos a seguir. "La oportunidad de trabajo que ofrece el derecho es inmensa, por eso no tengan miedo de encontrar su propio espacio", les dijo a los jóvenes profesionales el abogado que pasó por el ámbito público y privado antes de emprender su estudio.

El concepto de "abogado emprendedor" fue presentado por Santiago Zebel, director ejecutivo de la Maestría y LLM en Derecho Tributario de la Universidad Torcuato Di Tella. Zebel afirmó que entre las distintas formas de ejercer la carrera surge la posibilidad de ser un abogado emprendedor, que es aquel que busca diferenciarse e innovar en un área en el que cuesta crear un cambio. El orador mencionó como ejemplo a su colega Jaime Fernández Madero, que fundó su consultora de gestión para estudios jurídicos.

Según el director ejecutivo, los pasos para innovar en el derecho son: "Primero hay que buscar lo que a uno le apasiona de la carrera. Luego, uno debe capacitarse y aprovechar las oportunidades pensando en cómo innovar. Para esto no hay que tenerle miedo al fracaso y se debe ser práctico para no quedarse en las cuestiones teóricas".

Farías les advirtió a aquellos recién graduados que quieren iniciarse en la profesión en soledad que esa alternativa puede ser algo peligrosa. "Comenzar sin asistencia de alguna persona con conocimiento que pueda guiar u orientar al joven profesional es un riesgo", comentó.

Es que el peso teórico que tiene la carrera hace que a la hora de ejercer las falencias aparezcan, sobre todo cuando la práctica avanza a un ritmo mayor. Martín Bohmer, investigador principal del Centro para la Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (Cippec), señaló: "El derecho se fragmenta y hasta se globaliza, por eso la práctica profesional cambió tanto y hasta presenta nuevas oportunidades". El abogado se remontó al 1860 cuando en la Facultad la enseñanza era aprender de memoria lo que decía el Código y el derecho no era más que las leyes. Con los años esto ha evolucionado, se creó la Constitución y tanto la jurisdicción como la práctica profesional fueron evolucionando. Así, la idea de que lo que se estudia en la Facultad es la historia del derecho y no el derecho en sí mismo fue cobrando fuerza a medida que pasaban los expositores por el escenario.
Fidelizar a la clientela 
Carolina Aroyo, socia de Zang Bergel & Viñes Abogados, enfatizó en la importancia de captar cliente, pero también saber mantenerlos. "Debemos lograr que nuestro servicio se vea como un valor agregado y no como un costo de transacción", puntualizó. En tanto, Juan Pablo Marcet, abogado independiente, contó su experiencia y cómo diez años después de haber comenzado su estudio logró tener sólo clientes que llegan por recomendación. "Claro que para eso no sólo hay que ser el mejor abogado posible, sino también evidenciarlo. Hay que estar disponible para el cliente, ser leal, hablar su mismo idioma, informarlo, acompañarlo y contenerlo", argumentó.

Marcet colocó el foco en el cliente. "Escribir una ley está muy bien, pero sólo lo leen los abogados. En general, se cree que la relación importante es con los colegas, entonces se deja la relación con el cliente en segundo lugar, pero nuestra obligación es con estos últimos y para eso debemos dar el máximo esfuerzo.".

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