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La Voz del Interior
6/03/24

Guido Sandleris: “La inflación seguirá bajando, pero no de manera lineal”

Guido Sandleris, profesor del MBA, de la Maestría en Finanzas y expresidente del BCRA, estimó el comportamiento de la inflación para los próximos meses.

Por Diego Dávila

Guido Sandleris, presidente de la fundación Ecosur. (La Voz / Archivo)

Guido Sandleris, presidente de la fundación Ecosur. (La Voz / Archivo)


Guido Sandleris, expresidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA), proyecta para febrero una inflación de 12% y para marzo de 13%. Si bien descuenta que la actual política económica del gobierno de Javier Milei bajará aún más la suba de precios, esa caída no será lineal, sino más bien transitando un camino poco uniforme.

Este miércoles, el economista presentó oficialmente en esta ciudad la fundación Ecosur, que nace de combinar su propia consultora con el Instituto de Investigaciones Económicas (IIE), de la Bolsa de Comercio de Córdoba, en un evento que estuvo encabezado por el gobernador Martín Llaryora.

Ecosur será presidido por Sandleris y tendrá como principales economistas a Francisco Ballester, como director de Análisis, y Fabio Ventre, como director de Consultoría.

En el marco de esta presentación, Sandleris aseguró que la evolución del programa económico de La Libertad Avanza (LLA) podría reforzarse si implementara una política de coordinación de expectativas y si lograra “movilizar los dólares que están bajo el colchón, en las cajas de seguridad o en el exterior”.

En este marco, remarcó a La Voz las claves de la economía que se viene.

–¿Qué diferencias tiene Ecosur frente al resto de los think thanks de la economía?

–Hoy no hay en la Argentina think tanks que, desde el interior productivo de Argentina, aporten a la discusión pública de la economía, con un impulso tan fuerte del sector privado productivo como tiene Ecosur. Eso la hace una novedad. La visión de que es un proyecto desde el interior, federal y que es impulsada por el sector privado la hace distinta a lo que vemos usualmente. Su principal objetivo es aportar a la discusión pública de la política económica en Argentina y también ayudar a los gobiernos a optimizar la administración, haciéndola más eficiente y más transparente.

–¿Van a continuar haciendo los Informes de la Economía Argentina?

–Sí, porque es su producto “estrella”, pero se va a reformular. En los últimos años, lo hemos ido aggiornando. Ya el año pasado se presentó en formato digital, buscó incorporar algo de proyecciones y la idea es seguir haciéndolo, porque es un producto muy distintivo, pero continuando con su modernización, enfocado más que un espacio de fuerte de resumen y compilación de estadísticas económicas y proyecciones.

–¿Cuánta gente tendrá trabajando Ecosur?

–Aproximadamente 10 economistas. Hay una sinergia muy importante entre lo que hacía el IIE y lo que hacía mi consultora MindY-Economics. El Instituto se había especializado en seguimiento de la coyuntura, en temas más microeconómicos y en consultoría, con fuerte énfasis en sector público y estudios sectoriales. Mi consultora trabajaba más el seguimiento de la coyuntura macroeconómica y financiera para el sector privado. Trabajar juntos permite potenciarnos. El equipo va a estar dividido en dos direcciones, una de análisis económico comandada por Francisco Ballester, que trabajaba conmigo en la consultora, y un área de consultoría dirigida por Fabio Ventre. Van a trabajar muy bien, junto a un equipo de economistas senior y junior.

–Te llevo a la coyuntura económica. En tu presentación, proyectaste una inflación de 12% para febrero y 13% para marzo. ¿Cómo seguirá en los meses siguientes?

–Primero, quiero aclarar que el rumbo que ha tomado el Gobierno está bien. El salto de la inflación en diciembre a 25,5% y en enero 20,6% tiene que ver con la magnitud de los desequilibrios que había dejado el gobierno anterior. Era inevitable para cualquier gobierno corregir esos desequilibrios en los precios relativos. En febrero y marzo estamos yendo a los niveles de inflación previos a la corrección cambiaria. A la larga, el programa económico de equilibrio fiscal y orden monetario termina bajando la inflación.

–Entonces vamos rápido a una inflación de un dígito...

–Lo que pasa que eso lleva tiempo y no es lineal. Cuando ocurra el aumento de tarifa de energía en marzo o en abril, eso va a tener un impacto negativo. Es necesario hacer ese aumento, es inevitable, por los desequilibrios que dejó el gobierno anterior. Pero tiene un impacto negativo en la inflación. A mí me cuesta ver un escenario en donde la inflación baja linealmente todos los meses 25%, 20%, 15%, 10%, etc. Eso no va a ocurrir. El gran tema por delante es cuán rápido va a bajar y cuál es el costo en términos de actividad económica y empleo. Esto es cuán profunda va a ser la recesión para que la inflación baje.

–Genera tensión en el escenario social.

–Por eso, creo que el Gobierno tiene que sostener esta popularidad actual, para que esta búsqueda de restablecer los equilibrios pueda continuar en el tiempo. Por eso es clave que la inflación baje lo más rápido posible, que es la principal preocupación de la gente, y con poco costo en términos de actividad y empleo.

–¿Y eso cómo se logra?

–Implementando lo que se llama usualmente un plan de estabilización de la inflación. Agregar dos elementos: primero, que coordine expectativas de inflación de alguna manera, para lograr que bajen más rápido; segundo, cierta política de ingresos que le permita suavizar el impacto de las medidas que se van tomando.

–El problema es cómo hacer una política de ingresos en un marco de restricción monetaria.

–Hubo muchos planes exitosos de estabilizaciones. El que implementó Israel en el siglo pasado, el plan real en Brasil, la convertibilidad en sus inicios, el Plan Austral. Se encontró un mecanismo que facilita, en dos o tres meses, hacer que la inflación baje fuertemente. Ese paso, de una inflación de 10% a 2%, para que ocurra sólo con lo que anunció el Gobierno, tarda demasiado tiempo como para también poder sostener la popularidad. Sobre la política de ingresos, se da un fenómeno muy especial en este momento.

–¿Cuál?

–El Gobierno recibió una economía con un salario real muy bajo, donde para ser competitivos no necesita que el salario siga bajando. En otros momentos, con un salario real insostenible, la devaluación tenía que comerle un poco de esa capacidad de compra. Pero no es lo que pasa ahora. Si se pudiera coordinar expectativas de precios y las paritarias, ayudaría a esta caída fuerte de la inflación. Esto no es hacerlo más gradual, sino es coordinado o descoordinado. Es darle a la economía un poco de guía, creo que eso le está faltando al programa económico.

–Pasa que la menor capacidad de los salarios es uno de los componentes empuja a la baja a la inflación.

–Lo que pasa, y esto no es culpa de este Gobierno, es que Argentina tiene un pasado inflacionario muy importante. Entonces, hay una inercia en esa inflación muy importante y es lo que la gente espera que pase. Las empresas siguen ajustando precios por las dudas. Coordinar esas expectativas permite comprar credibilidad. Creo que el rumbo es correcto en lo fiscal, el orden monetario es necesario, desregular esta economía es fundamental y la devaluación era inevitable dado el desastre que había dejado el gobierno anterior. Pero creo que al programa económico, para hacerlo menos costoso en términos de actividad y empleo, le falta algo.

–¿Qué nivel de inflación vamos a tener este año?

–No me animo a hacer un pronóstico de inflación para este año. Es muy difícil a esta altura. En cuanto a la actividad, a favor juega la recuperación del agro, pero en todos los sectores fuera del agro se observa una caída.

–¿Al plan le falta un programa productivo para poner de nuevo en movimiento la rueda de la economía?

–Creo que hay una inquietud, que plantea el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora, que es válida y que tiene que ver con esto de que si queremos que el plan sea exitoso, no alcanza con lograr buenos resultados en un mes; hay que ser consistentemente en el tiempo. Esto se logra con la inflación bajando más rápido y sin tanta caída en la actividad y en el empleo. En lo macroeconómico, hay que mejorar la coordinación de expectativas. Y después creo que hay medidas que ayudarían a acelerar la recuperación de ciertos sectores productivos.

–¿Por ejemplo?

–Un blanqueo que sea justo con aquellos que pagan. La baja de la inflación no debe depender exclusivamente de que haya mucha recesión. Para mí es clave movilizar el ahorro que tienen los argentinos en dólares; necesitamos que se movilicen los dólares que están bajo el colchón, en las cajas de seguridad y en el exterior. Todas las medidas que ayuden a que eso suceda van a hacer más suave la caída de la actividad.