Claudia Romero, profesora de las Especializaciones y Maestrías del Área de Educación de la Escuela de Gobierno, fue entrevistada respecto a las nuevas medidas del gobierno sobre las evaluaciones en el sistema educativo. "Las escuelas, los directores y los supervisores están bastante sorprendidos por una comunicación que llegó a través de un mail donde se dice que se está tratando de ver desde las autoridades, sin decirlo con todas las letras, cómo lograr que los alumnos sólo con participar de estas semanas de clases que quedan hasta fin de año puedan aprobar el año independientemente de lo que estuvieran haciendo o hayan aprendido en la primera parte del año o el año pasado", explicó. 

Según Romero, esta nueva modalidad se reúne bajo términos nuevos como "trayectorias educativas avanzadas" donde los docentes "valoran pedagógicamente" los progresos de los estudiantes. "Algo que llama la atención es que el documento dice que [los docentes] tienen que tener una mirada contemplativa con los alumnos cuando, en realidad, los docentes son profesionales que trabajan desde que les permitieron abrir las escuelas y han desarrollado y planificado todo un trabajo hasta fin de año como para que, de pronto, a esta altura se les dé esta notificación de esta manera", señaló. 

"Cuando la sociedad pidió abrir las escuelas no fue algo literal. Abrir las escuelas es dar posibilidades de aprendizaje", sostuvo. "Acá lo que está pasando, y esto es lo realmente preocupante, es que estamos hablando de la Provincia de Buenos Aires donde son más de 4 millones de alumnos y más de 16.000 escuelas, es decir, es uno de los sistemas educativos más grandes de América Latina", dijo, y agregó: "Es grave intentar gobernarlo de esta manera y lo que lo que está faltando es un plan de recuperación de aprendizaje que no sea de un año, sino de, por lo menos, dos o tres años, y en este momento hay que ponerse a planificar y a pensar cómo van a ser el 2022 y el 2023". 

Para Romero, hay que tener en cuenta que "las escuelas han hecho trabajos muy diferentes con poblaciones muy distintas": "Lo sensato es dejar que cada institución organice su plan de evaluación siguiendo efectivamente lo que pudieron hacer, confiando en la profesionalidad de los docentes, de los directivos, de los supervisores, es decir, no se puede seguir improvisando. La Provincia de Buenos Aires ha perdido más de medio millón de alumnos".

Para la especialista, el grave problema es que si la aprobación de los últimos dos años depende solamente del desempeño del alumno, "podrían dejarse afuera contenidos que son esenciales y que los chicos no aprendieron". "Una bajada de esta naturaleza, en realidad, no resuelve el problema y no ayuda en las escuelas, sino que lo que muestra es que se desconoce lo que pasa en las escuelas y las capacidades que tienen", señaló. "Así como las escuelas tuvieron que presentar un plan para reabrir los espacios, perfectamente pueden resolver esto sin necesidad de estas nuevas palabras para definir la evaluación", concluyó.

La nota completa, acá: