Eduardo Levy Yeyati, decano de la Escuela de Gobierno y director académico del CEPE, habló sobre la educación en Argentina en el programa "Argentina Penélope". "En Argentina hay dos grandes próceres de la educación: Sarmiento, que quería insertar al ciudadano del mundo en la realidad local y darle una identidad, y Alberdi, que pensaba la educación para el trabajo, la producción y el crecimiento. Finalmente gana Sarmiento y tenemos muy poco de Alberdi, entonces a nuestros estudiantes les cuesta mucho usar lo que aprenden en la educación para trabajar y ganarse la vida, y esa brecha se va ampliando", señaló. 

Según Levy Yeyati, hay un problema en particular llamado segregación que implica "tener escuelas para pobres y escuelas para ricos, o que las escuelas privadas absorban a los estudiantes de clase media-alta, clase media, incluso clase media-baja que pueden y quieren invertir en educación, y las escuelas públicas queden con los hijos de hogares de menores recursos y menor interés en la educación". "Se da esta paradoja que quienes más necesitan la educación, los hogares que tienen menor capital cultural y menor ayuda de los padres, son los que peor educación reciben, entonces la educación reproduce y a veces, incluso, amplía las desigualdades de origen, cuando en realidad la idea es que iguale", analizó. 

Según el economista, la suspensión de la presencialidad trajo dos consecuencias. "La primera se llama pérdida de capital humano de educación, que va a redundar en que esos chicos, cuando sean grandes, trabajen en empleos de menor calificación, ganen menos y produzcan menos", dijo, y agregó: "Aparte tiene un impacto sobre la desigualdad particularmente grave en los hijos de los hogares de menores recursos, porque tienen menor acceso a internet y porque van a escuelas que tienen menos capacidad para darla". 

Levy Yeyati sostuvo que hace falta una reforma de los lineamientos a nivel general, sobre "qué es lo que se premia, cómo se evalúa, cómo se tramitan los datos de la evaluación que nosotros no tenemos", pero también explicó que hay que "tratar de acercar más la educación al mercado laboral sabiendo que sólo una minoría va a la universidad y la mayoría se queda con un título secundario que al día de hoy no les sirve para mucho". "Es una decisión política, me parece que el sindicato se ha opuesto a estos cambios, el gobierno no ha encontrado la diagonal o la audacia política para tratar de imponer a negociarlos y así estamos", explicó.

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