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La Nacion.com
1/04/21

Camila Perochena, sobre la Semana Santa de 1987: "Alfonsín hizo un llamado a la sociedad civil para que apoye la democracia"

La profesora del Dpto. de Estudios Históricos y Sociales participó del podcast El primer café, donde habló de la Semana Santa de 1987, durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Por Diego Scott y Carola Gil


Camila Perochena, profesora del Dpto. de Estudios Históricos y Sociales, participó del podcast El primer café, donde habló de la Semana Santa de 1987 durante el gobierno de Raúl Alfonsín. "Para entender los hechos de la Semana Santa de 1987 no podemos situarnos en esa Semana Santa, sino que hay que entender cómo se trata de administrar justicia en un contexto de transición democrática", dijo. Perochena explicó que hay algo que se llama justicia transicional que implica "cómo se piensa la justicia en los países que pasan de una dictadura a una democracia". Se plantea un dilema que aparece en Semana Santa, que es si priorizar la justicia o la democracia. "Si priorizamos la justicia podemos poner en peligro la democracia, es decir, si decidimos juzgar a los responsables de las violaciones de derechos humanos corremos el riesgo de que la democracia caiga y que esos responsables, que son los que tienen el monopolio de la fuerza, se levanten contra la democracia", dijo, y agregó: "Si queremos consolidar la democracia es probable que no podamos hacer justicia y llevar a juicios a los responsables de las violaciones de derechos humanos. Ese dilema se plantean todos los presidentes que están en una transición y es el dilema que tuvo que resolver Alfonsín en 1983".

Alfonsín y los juristas que lo rodeaban se inclinan hacia los juicios y deciden que "para poder tener una verdadera democracia hay que juzgar a los militares". Aún así, Perochena explicó que el plan de Alfonsín no era que los juicios fueran masivos: "La idea no era juzgar a todas las Fuerzas Armadas y todos los que habían cometido algún delito, sino que había establecido grados de responsabilidad, pero cuando eso pasa por el Poder Legislativo se le agrega la cuestión de juzgar a aquellos que cometieron excesos o aberraciones y ahí el problema empieza a ser, ¿cuál es el límite?". "Esto significó en la práctica que luego que se juzgaron a los militares de las Juntas, los jueces empiecen a llamar a militares de rangos medios e inferiores, a los que habían hecho los secuestros, torturado y violado. Y eso empezó a generar tensiones al interior de la democracia", señaló. Esto es, según Perochena, lo que puso en tensión el dilema. "Alfonsín empezó a estar frente a este dilema después del 85, cuando en el 86 empiezan a acelerarse los juicios, y en ese contexto va a dictar la Ley de Punto Final con el objetivo de en algún momento ponerle un freno a los juicios", explicó. Alfonsín quería "cerrar el tema para mirar hacia adelante" y evitar el malestar que se había generado en las Fuerzas Armadas. "La Ley de Punto Final genera exactamente lo contrario a lo que esperaba", dijo, y agregó: "Hace que los jueces empiecen a llamar cada vez más militares y mucho más rápido, lo que va a generar muchísimo más malestar de los militares y eso es lo que nos va a llevar a la Semana Santa de 1987. La subordinación se va a expandir a otros territorios y particularmente a Campo de Mayo donde va a estar Aldo Rico insubordinándose".

Perochena explicó que Alfonsín se planteó si "seguir por el camino de la justicia sabiendo que puede poner en peligro la democracia" o "negociar con los militares, ir hacia atrás, entendiendo que es la única manera de consolidar la democracia". La historiadora remarcó que para entender la decisión de Alfonsín hay que pensar en el contexto de la época, donde "el miedo era un miedo real". 

"En la semana santa de 1987 Alfonsín no usa necesariamente su ética de la convicción, usa más una ética de la responsabilidad. No creo que para él haya sido agradable una Ley de Obediencia de Vida", sostuvo. "Hay que tener en cuenta que en ese momento Alfonsín tuvo el apoyo de todos los partidos políticos a la hora de sentarse a negociar con los militares", señaló. Ahí es cuando "Alfonsín va a hacer un llamado a la sociedad civil para que apoyen la democracia". Esa sociedad civil era "muy activa desde la transición y se activa todavía más con los juicios a las juntas". "Por eso va a ser importantísima esa movilización tanto a Plaza de Mayo como también al propio Campo de Mayo. Ahí son conocidas las imágenes de dirigentes tratando de disuadir a las personas que estaban en la puerta de campo de mayo queriendo entrar para obligar a los militares a rendirse", explicó.

La entrevista completa, acá: