Camila Perochena, profesora invitada del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales, explicó en el programa Terapia de Noticias, por LN +, por qué el 27 de febrero el presidente, Alberto Fernández, celebró en Rosario los 208 años del primer izamiento de la bandera argentina.

La historiadora dijo que 1812 Belgrano llegó a Rosario para montar dos baterías que defendieran las costas de posibles invasiones realistas. “El 18 de febrero le envía una carta al Triunvirato consultando acerca de si podría usarse algún emblema para diferenciar a las tropas que él conducía de las tropas enemigas”, contó Perochena, y agregó que el Triunvirato le permitió usar la escarapela. Pero, según explicó, Belgrano fue “un poquito más allá”: el 27 de febrero, sin autorización del Triunvirato, izó una bandera con los mismos colores que la escarapela, y ese mismo día le escribió al Triunvirato narrando el hecho. “Al Triunvirato no le cayó muy bien porque aún no se había declarado la independencia, éramos leales a Fernando VII, y no estaba claro eso de tener una bandera propia”, resumió.

Perochena leyó la carta con la respuesta del Trinuvirato a Belgrano: “Ha dispuesto este gobierno que haga pasar por un rasgo de entusiasmo el enarbolamiento de la bandera blanca y celeste, ocultándola disimuladamente y sustituyéndola con la que se le envía, que es la que hasta ahora se usa en esta fortaleza (en referencia a la bandera de España)”.

Sin embargo, la profesora explicó que Belgrano no recibió esa carta, porque llegó a Rosario cuando él ya se había ido como jefe del Ejército del Norte a Jujuy, a donde el 25 de mayo volvió a izar la bandera celeste y blanca. “El Triunvirato se enoja más y le envía una segunda advertencia”, siguió Perochena, y leyó la curiosa contestación de Belgrano al Triunvirato. “La bandera la he recogido, y la desharé para que no haya ni memoria de ella, y se harán las banderas del Regimiento N°6, sin necesidad de que aquella se note por persona alguna, pues si acaso alguien me pregunta por ella, responderé que se reserva para el día de una gran victoria por el Ejército. Y como éste está lejos, todos la habrán olvidado y se contentarán con lo que se les presente”.

Perochena explicó que durante muchos años ese primer izamiento de la bandera, en 1812, quedó olvidado. Hasta 1857, cuando Mitre recuperó a Belgrano, lo colocó en el panteón de los héroes de la Patria y consideró al primer izamiento como un mito fundacional. “Es Mitre quien recupera este acontecimiento”, cerró.

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