El profesor de la Maestría en Finanzas fue consultado por Carlos Salerno sobre la medida anunciada hoy por el gobierno de Alberto Fernández. Al respecto, dijo: "Yo soy optimista sobre la inflación de enero y febrero porque el gobierno está congelando el dólar, tarifas, combustible. Ahora viene el acuerdo entre precios y salarios. Esto no es un programa inflacionario que va a permitir bajar la inflación, que es lo que necesitamos para que el salario pegue la vuelta. La negociación de la deuda es clave para que esta emisión monetaria que está haciendo el Banco Central no genere una presión en la brecha", apuntó el economista. 

Consultado sobre el tiempo que dispone el Gobierno para esto, dijo que "poco". "La negociación de la deuda tiene que estar en 2 meses como mucho. No hay margen para aumentar el déficit y financiarlo con maquinita ilimitadamente porque la inflación puede pasar factura. Es un equilibrio importante entre heterodoxia y ortodoxia", apuntó. 

"Primero hay que negociar con los acreedores privados antes que con el Fondo Monetario Internacional. Al gobierno no le conviene ir a un default. Ahora mientras negocia, el tesoro le enchufó letras al Banco Central y tiene asegurado ir pagando los vencimientos de la deuda", apuntó, y concluyó: "El gobierno está anestesiando, el dólar está tranquilo, no toca tarifas, pone precios cuidados para bajar el termómetro de la inflación. Si eso es exitoso y puede sostenerse, va a depender de que el gobierno haga bien los deberes". 

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