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Diario Uno de Entre Ríos
19/09/18

Privatización educativa, una política de Estado

"La privatización de la educación es una política que atraviesa límites políticos e ideológicos, se sostiene en el tiempo, y que cala profundo en las políticas públicas y en la sociedad", advirtió Mariano Narodowski, profesor del Área de Educación de la Escuela de Gobierno de la UTDT.

Por Daniel Caraffini
El fenómeno de vaciamiento de la educación pública se ha ido acentuando año a año: cada vez menos chicos en las aulas del sistema estatal, y cada vez más padres recorriendo con sus hijos las escuelas privadas, en busca de un banco. Año a año la tendencia se profundiza. En Entre Ríos, en la última década, el sistema privado se incrementó a un ritmo del 25%, mientras que el sistema público en todos los niveles, desde el Inicial hasta el Secundario, creció no más del 5%. El pasaje al sector privado avanzó a la par de la creación de nuevos institutos y establecimientos privados desde el Nivel Inicial, hasta el superior no universitario.
Privatización educativa, una política de Estado
Esa realidad comenzó a acentuarse en los 90, y se profundizó en el nuevo siglo, mientras el debate sobre la situación de la educación pública resulta escaso, y solo circunscripto, en determinadas ocasiones, a discusiones ideológicas o sectoriales, pero sin avances en transformaciones. Sin real compromiso social, la discusiones han quedado reducidas en los últimos años a dos actores: gremios y Gobierno.

El vaciamiento de aulas en escuelas públicas, la baja calidad educativa o el deterioro del prestigio del sistema educativo nacional no son responsabilidad de un solo gobierno, sino de varios, tal como se ha reseñado en reiteradas oportunidades, en los últimos años.

Un libro editado recientemente por un investigador y referente en educación, Mariano Narodowski, da cuenta del fenómeno de privatización de la educación. Bajo el título El colapso de la educación, el exmaestro de escuela Primaria, pedagogo y actual profesor de la Universidad Torcuato Di Tella, sostiene que este fenómeno que no elude provincias, niveles socioeconómicos o de desarrollo económico ni color político de los gobernantes, "hace presumir que la privatización de la educación argentina es una verdadera política de Estado en sentido estricto: una política que atraviesa límites políticos e ideológicos, se sostiene en el tiempo, y que cala profundo en las políticas públicas y en la sociedad".

En un país sin políticas de Estado, la ironía conceptual con sólidos fundamentos empíricos y teóricos desafía a toda la comunidad. Y nadie se hace cargo de ella, pese a lo que el autor considera, se trata de la política "más exitosa" tanto por su continuidad, como por sus logros privatistas. Es que el pasaje de la escuela pública a la privada, fenómeno casi inédito en el mundo, comenzó a emerger en los 60, se agudizó en los neoliberales años 90, y no se modificó en los años de gobiernos denominados populares y progresistas.

"¿Hay interés en volver más pública a la escuela pública?", se pregunta Narodowsky. "El proceso de privatización de la educación en la Argentina ha sido costo-efectivo respecto del alcance del gasto público para la educación pública y privada en contextos de escasez presupuestaria crónica. La salida de algunos sectores sociales hacia la escuela privada ha permitido que se liberen vacantes en el sector público. Este esquema permite concentrar la porción más importante del gasto público educativo en los sectores más vulnerables y que más lo requieren". Y permite mantener acotados los presupuestos educativos, que serían otros si el sistema público abarcara toda la población.

En sus fundamentos, el libro derriba mitos como el que afirma que la bonanza económica, o la mejora de los ingresos, es una de las causas del pasaje de alumnos del sector público al privado, que no cesa cada año. O aquel otro que responsabiliza a las huelgas docentes.

El vaciamiento de la escuela pública hace perder también a la clase media como actor protagónico del sistema, siendo que es el sector más demandante y transformador de cambios. Así, la privatización de la educación tiene consecuencias negativas contundentes: "La privatización del sistema educativo representa un serio problema en términos de equidad y cohesión social, con su impacto en los procesos de segregación socio-económica y la creciente guetificación de las escuelas: es decir, las escuelas se parecen cada vez más a corralitos donde los alumnos tienden a ser social y culturalmente muy parecidos entre sí, privándolos de la riqueza del intercambio entre diferentes personas".
Tal vez en esa reflexión residan los motivos de la pérdida de la centralidad de la escuela en la sociedad y, consecuentemente, el estancamiento social de nuestra comunidad.