En los medios

La Nación
13/06/18

Andrés Hatum: las lecciones de liderazgo que dejaron los personajes de La casa de papel

El profesor de Management & Organización de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, analizó los perfiles "laborales" de cada uno de los "atracadores" de la famosa serie "La Casa de Papel".

Por Sofía Terrile

Vestido con el mameluco rojo y la máscara de Dalí que utilizaban Tokio, Berlín, Nairobi y los demás integrantes de la banda de la serie española La casa de papel, Andrés Hatum, profesor de Management & Organización de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), analizó los perfiles "laborales" de cada uno de los "atracadores" y determinó los más empleables y los mejores líderes dentro del grupo.


Las lecciones de liderazgo de los personajes comenzaron por el Profesor, cabecilla de la banda. "Es el CEO ideal", disparó Hatum, y siguió: "Tiene capacidad de anticipar, porque tiene plan A, B, C, D? No como muchos líderes que tienen un solo plan y, cuando no resulta, se les cae todo por la borda". Lo describió como "el manipulador perfecto", aunque con una sola debilidad: la policía Raquel Murillo.

"Es una mala influencia", dijo sobre Murillo, la inspectora del cuerpo policial que debe sentarse a negociar con el Profesor. "El Profesor no supo eliminarla a tiempo -añadió Hatum-. De hecho, la serie sigue extendiéndose porque él se enamora".

Más adelante, el académico pasó a hablar del "antilíder": Berlín. El personaje que lidera la banda de delincuentes una vez dentro de la Casa de la Moneda española es "inteligente y tóxico", por lo que usa sus capacidades para controlar a los demás. "Es megalómano, hace desastres en el equipo: en lugar de ver lo que todos tienen que hacer, se mira a sí mismo", añadió. Luego, apuntó: "¿Qué tienen que hacer los líderes de Recursos Humanos? Sacarlo. ¿Qué hacen las empresas? Premiarlo". Hatum explicó que eso sucede porque se perfila como el ejecutivo que es resultadista a corto plazo, pero advirtió sobre los riesgos de no descubrir perfiles riesgosos a tiempo.

Otro "antilíder": Arturo Román. La diferencia con Berlín, dijo Hatum, es que este personaje es "estúpido". Se explayó: "Es el antilíder porque es la típica persona a la que le falta personalidad y que te destruye por insegura. Lo tenemos que reemplazar rápido, por eso yo también lo despediría".

Siguió por dos mujeres a las que les dio el visto bueno: Tokio y Nairobi. Sobre la primera, dijo que es un perfil de alto potencial, pero que hay que tener cuidado con ella, porque tiene una personalidad abrasiva y toma riesgos "suicidas" e incontrolables. "Es hiperespectacular y capaz, pero hay que ecualizar emocionalmente", lanzó. Con respecto a la segunda, expresó que es "la jugadora de equipo ideal" que todos querrían tener. "En la Casa de la Moneda, los empleados la terminan amando a ella y no a Arturo porque es divina", opinó.

Luego le bajó el pulgar a Denver: "Es muy simpático, pero muy básico, le falta conocimiento y capacidad", dijo. Sobre Río, dijo que es un perfil de alto valor agregado porque se trata de un personaje con conocimiento específico y muy bien entrenado, pero también advirtió que habría que "pulirlo emocionalmente".

Para terminar, dejó una reflexión sobre los malos jefes: "Siete de cada diez personas se van de una compañía por un líder de madera emocional y el 94% de las personas dice que tuvo alguna vez uno", concluyó.

Mirá la nota en la edición impresa: