En los medios

La Nación
2/05/25

La gran silla eléctrica de Andy Warhol: ¿arte o escándalo?

Fernando García, profesor invitado del Departamento de Estudios Históricos y Sociales, escribió sobre la subasta del cuadro "Big Electric Chair", de Andy Warhol.

Por Fernando García


"Big Electric Chair" (1967-1968), de Andy Warhol, saldrá a subasta en Christie’s Nueva York con una base estimada en 30 millones de dólares


“Uno no creería cuánta gente cuelga un cuadro de la silla eléctrica en la habitación, sobre todo si el color del cuadro combina con el de las cortinas”. Anticipándose al poder de síntesis de un tuit para entender como nadie su rol protagónico en la paradoja del arte y el mercado contemporáneos, Andy Warhol dejaba caer uno de esos aforismos filosos que lo volvieron tan reconocible como su estilo glacial, inconmovible y sus intervenciones sobre mitos contemporáneos del espectáculo, la política o la góndola del supermercado.

Pero Warhol también exploró la sensibilidad de la pesadilla americana y produjo series cuyos insumos fueron otros: la obsesión por el crimen y la muerte violenta. Así convirtió a la controversial silla eléctrica, vigente desde 1890, en el fetiche de la pena de muerte. El 12 de mayo Big Electric Chair (1967-1968) saldrá a subasta en Christie’s Nueva York con una base estimada en 30 millones de dólares. El récord actual del rey del pop (la obra más cara del siglo XX) es de 195 millones de dólares con su icónica Shot Sage Blue Marilyn (1964), vendida en esta misma sede de la casa de subastas el 9 de mayo de 2022.



Vendida por US$195 millones, "Shot Sage Blue Marilyn", de Warhol, es la obra más cara del arte del siglo XXChristies

Si las ofertas por Big Electric Chair superan los 57 millones, precio alcanzado por una temprana Coca Cola de 1962, la serie Death and Disasters quedará representada con cinco entre las diez obras más caras de Warhol en subastas públicas. Una representación considerable de su dark side que obliga a discutir los prejuicios sobre este artista como el cortesano de la fama que convirtió la pintura en espectáculo. O acaso sí, pero también echando a mano la cartelera más macabra del cine catástrofe. En el top ten ya habían entrado Silver Car Crash, vendida por más de 105 millones de dólares en 2013; White Disaster (White Car Crash 19 Times), 85 millones en 2022; Green Car Crash, 71 millones en 2007 y Race Riot, en casi 63 millones de dólares en 2014.

En el comunicado de prensa de Christie’s se destaca que Big Electric Chair se exhibió por primera vez en el Moderna Museet de Estocolmo en 1968, subrayando que fue la primer muestra retrospectiva que se le dedicó en Europa. Más que eso: fue su primer exposición individual en un museo importante del mundo. Y no es casual que haya sido así. Una institución periférica como la sueca estaba mucho más abierta a los nuevos realismos de los 60 que los grandes templos del arte global. Así, en 1966 se había exhibido allí Hon, la mujer gigante y penetrable de la francesa Niki de Saint-Phalle, producida un año después de La Menesunda de Marta Minujín y Rubén Santantonín. En ese año, 1965, las primeras películas de Andy Warhol se vieron en el Instituto Di Tella en un festival de “cine underground” curado por Jonas Mekas y Miguel Grinberg, y la galería Rubbers mostró por primera vez en Buenos Aires algunas de sus obras. El circuito no era tan distinto en Nueva York. Si bien el MoMA ya había incorporado obra suya, Warhol se veía en galerías (con excepciones en institutos de Filadelfia y Boston) y sus películas no entraban en el circuito comercial. El impacto de Warhol en Estocolmo en 1968 fue solo comparable a la visita de Los Beatles en 1963. Al punto que el origen de su aforismo más vigente sucedió en el intercambio con un periodista escandinavo que intentaba sacarle algo más que lánguidos monosílabos en el tumulto del opening. “En el futuro todos serán famosos mundialmente por quince minutos” es la frase que hoy se cita desconociendo su origen, como una verdad soplada por el viento. El fotógrafo Nat Finkelstein quien trabajaba para un libro de retratos de Warhol en 1966 atribuyó su origen a un diálogo entre ambos. Como fuera, Warhol adelantó sesenta años la velocidad de la consagración en tiempos digitales.

En el libro Pop Art (Taschen, 1992), el historiador Tilman Osterwold explica la relación entre las obras que daban cuenta del sueño y la pesadilla americana al mismo tiempo. “Warhol no muestra los ideales estereotipados del progreso y las imágenes catastróficas de la sociedad de masas como una contradicción, sino en una dependencia inevitable y recíproca, y libre de cualquier interpretación”. El mismo Warhol apuntaba en el libro POPism (1980) el origen de la serie que dio forma a Big Electric Chair: “Estábamos comiendo un día de verano en Serendipity y alguien dejó el Daily News sobre la mesa. El titular decía 129 MUERTOS EN UN JET. Y esto fue lo que me inspiró la serie de muertes, los Car Crashes, los Desaster, las Electric Chairs…Siempre que pienso en ese titular me acuerdo de la fecha, 4 de junio de 1962. El mismo día, seis años después mi propio desastre era el titular: ARTISTA HERIDO”. Warhol se refería así al intento de asesinato con un arma de fuego de la activista Valerie Solanas quien lo hirió de gravedad y casi convierte el ataque en una pieza más de la serie Death and Disasters.

Electric Big Chair forma parte de la subasta “20/21st Century” que se realizará entre el 12 y el 15 de mayo y en la que también sobresalen obras maestras de Picasso, Monet, Mondrian, Rothko, Basquiat, Diego Rivera, Lucio Fontana y Remedios Varo, entre otras. Luego de su exhibición en Estocolmo (revisitada en el Moderna Museet por la exposición Warhol 68 en 2018), la silla eléctrica de Warhol fue vendida por la galería parisina Ileana Sonnabend a la colección belga Matthys-Cole que hoy forma parte del cuerpo central del museo S.M.A.K en la ciudad de Gante. La pareja del psiquiatra Roger Mathys e Hilda Colle fue pionera en la incorporación de la neovanguardia en las colecciones europeas y tuvo en la Electric Big Chair a uno de sus highlights. Según consigna Christie’s, de las 14 copias producidas por Warhol, ocho están en colecciones institucionales en distintas partes del mundo. Lo que no se sabe es si las cortinas donde están colgadas combinan con el fondo rojo y sórdido del cuadro en el que destaca el objeto letal cuya víctima más reciente fue el asesino serial Nicholas Sutton en el estado de Tennessee, el 20 de febrero de 2020.