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15/04/2020

Escolaridad online: desigualdad y cognición

Conversaciones Ditellianas

El investigador asociado Mariano Narodowski, junto a las investigadoras asociadas Andrea Goldin y Cecilia Calero, que también es la nueva directora del Área y Posgrados en Educación, dialogaron en un nuevo ciclo de Conversaciones Ditellianas. 

Abrió el encuentro Nicolás Merener, decano de la Escuela de Negocios, y continuó la conversación Narodowski. 

El pedagogo con 39 años en la profesión comenzó el encuentro planteando el supuesto de que “la escuela como tecnología educativa, es una tecnología más entre otras.  La escuela se suma a la oralidad, a la escritura a la imprenta, la tecnología digital y la inteligencia artificial”. Para ampliar su explicación, Mariano comentó que las escuelas funcionan de una manera semejante hace aproximadamente 200 años, y no están supeditadas a los deseos de los políticos ni a la voluntad racional de los pedagogos. También que “la educación no ha sufrido cambios en los últimos siglos, excepcionalmente de un momento que se enseñó el Método de Enseñanza Mutuo entre 1810 y 1860, que resultó ser disruptivo”. 


Luego, presentó seis proyecciones y aclaró que “servirán de puntapié y espera que no sean tomadas como definitivas”. 

  1. Mencionó que el aislamiento social no habilita por sí mismo a la escuela en casa. “Nadie estaba preparado, no solo es la falta de capacidad tecnológica. Los padres tampoco eligieron voluntariamente enseñar a sus hijos”. La imagen de una escuela en los hogares, respecto al espacio físico que se requiere para educar, sólo se corresponde con una porción ínfima de la población. 

  2. Una escuela es algo muy diferente a una casa o una familia. Una escuela es una organización compleja, conducida por profesionales especializados que viven de ese trabajo. Es un ámbito donde los alumnos deben asistir obligatoriamente, en días y horas específicas pautadas por leyes. Estas instituciones, tienen un diseño curricular avalado por el estado. Quiere decir que las escuelas están reguladas y en su mayoría financiadas por el estado. 

  3. Las casas se parecen poco a una escuela. No solo por el tamaño, disposición de muebles y personas. Sino porque las relaciones sociales que se generan en un hogar, con los integrantes, forman un vínculo de carácter primario y  emocional de largo plazo. 

  4. La enseñanza en instituciones educativas cumplen con pautas establecidas para educar como las clases, las salas, el maestro adelante, horarios de clase pautados, recreos, exámenes, etc. Es decir, con un conjunto de reglas objetivas que hacen que todos respondan de manera simultánea. En las casas la educación se transita de una manera diferente. La posibilidad de los adultos responsables para tomar la responsabilidad de enseñar varía. Porque no saben, no están preparados, no tienen ganas, no saben como o porque las dificultades emocionales de una persona no capacitada hacen muy distinto al resultado de aquel que es profesional. 

  5. El teletrabajo docente no es cualquier tipo de teletrabajo. Ya que no replica lo que se hacía antes en la escuela como en la mayoría de los teletrabajos. Es disruptivo. La educación a distancia trata de propuestas diseñadas y planificadas cuidadosamente con mucho tiempo y con elaboración de materiales específicos para este tipo de modalidad.En este aislamiento que vivimos actualmente, los docentes toman el rol de ocuparse del diseño de una materia a distancia. Vivimos una educación no presencial de emergencia. 

  6. Si la escuela hasta ahora no consiguió igualar el nivel educativo y social, el aislamiento sólo incrementará la desigualdad. La distribución social de las condiciones de educabilidad, generan mayores déficit en los aspectos relativos a la conectividad, dispositivos, hacinamientos de los hogares, falta de luz eléctrica y los impactos que pudiera causar la propia expansión del virus. 


En cuanto a las nuevas perspectivas, mencionó tres: 

  1. La revalorización del rol social del docente. Ya que, sectores medios y medio-altos que trataban despectivamente a los educadores, hoy están viendo que es una tarea muy difícil ser docente. No solamente en pandemia. La sociedad y los gobiernos están tomando en cuenta la importancia del saber pedagógico del docente

  2. "Estamos visibilizando en tiempo real factores que inciden en la educación y que los teníamos naturalizados, como por ejemplo es el doble rol que cumple la escuela. Todos los estamos viviendo". 

  3. "La incorporación de las nuevas tecnologías en la educación es un antes y un después. Ya que las escuelas van a poder ver los logros y dificultades que tienen las nuevas tecnologías". 


Por último, comentó que “estamos viviendo una situación de no normalidad. No estamos en un proceso de escolarización y lo peor que podemos hacer es disimular que la escolarización prosigue cuando no sucede. Hacer como si las cosas siguieran igual me parece que es un gran error. Me parece que es un momento de empatía con nuestros alumnos y entender que esta nueva práctica de apoco nos estará dando nuevas respuestas”.  


Luego, la directora del Área y Posgrados en Educación, comenzó su presentación mencionando que “las clases presenciales y las clases virtuales no son lo mismo. Actualmente estamos intentando que lo sea pero hay que entender que son 2 espacios diferentes”. 

Sin embargo, acotó que “lo que sí es cierto es que distinto no significa peor, pero hay que trabajar diversos aspectos. Hacer como si no está pasando nada va a ser un problema real”. 

Cecilia remarcó la importancia del uso de correctas palabras para esta situación. Dió un ejemplo sobre un una frase muy utilizada actualmente, como lo es que "los estudiantes van a poder, son capaces". Respecto a esta oración, remarcó la importancia de enfatizar el uso de condicionales como "los estudiantes serían capaces de adquirir conocimiento”. Y que, para implementar su uso, la capacitación es elemental. 

Otro aspecto que remarcó sobre la temática del encuentro, fue la importancia de recordar el espacio y momento en donde se llevarán a cabo las interacciones en las plataformas virtuales. Como también, elegir una plataforma correcta, elegir los contenidos y cuanto va a durar cada uno. Añadió que “es muy importante entender que la conexión con el otro es muy diferente, porque en lo virtual hacemos una desconexión con el otro”. 

En cuanto al interrogante respecto a cómo mantener los contenidos en el espacio virtual. Cecilia mencionó que “el tiempo que requiere no es para nada trivial, hay mucha información sobre cómo tienen que estar armadas las aulas para que el alumno pueda recibir el contenido. Un aula tiene que ser un espacio diferente para que el alumno pueda conectarse con el contenido”.  Añadió que “pensar que poner una computadora en un comedor para que el espacio se convierta en aula, es negligir todo lo que hay en una escuela para que todo el contrato que se arma entre el docente y los estudiantes suceda”. 

“La emocionalidad que hay en este momento no puede ser negligir. ¿Cómo aprendemos en un contexto donde está todo el mundo angustiado porque no sabe lo que va a pasar mañana? Ya sea cuestión económica o el simple hecho de salir del aislamiento. Eso genera una emocionalidad diferente. No solo se le pide a los estudiantes y docentes que se pasen a la virtualidad, sino que el contexto en el que lo hacen no es para nada típico. En un contexto de alto estrés y angustia emocional, estamos pidiendo que se lleve adelante un trabajo que va a requerir un esfuerzo tanto al que está trabajando y el estudiante tiene que ser tomado en cuenta. 

También, hay algo de la corporalidad que en lo virtual lo estamos perdiendo. Perdemos el contacto visual, hay que aprender a tener el contacto visual de otra manera, la gestualidad de la cara las manos si uno quiere generar la atención en la virtualidad.