Di Tella en los medios
La Nación
4/03/12

El consumidor está poco optimista

Consumo y negocios
Se advierte una caída en la confianza de 8,2% respecto de enero y eso podría anticipar una baja en el consumo, que se daría a fines de año


La economía se desacelera y las expectativas del consumidor frente a la situación económica actual tienden a ser poco optimistas. Así lo revela la última medición del Indice de Confianza del Consumidor (ICC), que elabora el Centro de Investigación en Finanzas (CIF) de la Universidad Torcuato Di Tella y que en febrero reportó una caída de 8,2% con relación a enero.

Esa baja en la confianza de los consumidores argentinos es la más importante registrada desde 2008 y podría anticipar una caída en el consumo, dice Guido Sandleris, director del Centro de Investigación en Finanzas de la Torcuato Di Tella ( UTDT ).

"Son muchos los indicadores que predicen que ya empezó y va a seguir una desaceleración de la economía y que podría haber una recesión a finales de año", indica.

El índice de confianza del consumidor resulta de una encuesta que mide la percepción de las personas respecto de su situación económica personal y de la economía en general. La gente es consultada sobre si su situación mejoró o empeoró, las expectativas que tiene y si considera que es momento para realizar cierto tipo de compras, como electrodomésticos, o inversiones más grandes, como autos o casa.

Hay tres subíndices que complementan la medición del ICC y en febrero los tres tuvieron una baja representativa. El de expectativas macroeconómicas, un factor que mide la perspectiva en el corto plazo, cayó 11,2%, y el de bienes durables, que mide la predisposición de los consumidores a adquirir casas o automóviles, disminuyó 9,9%, mientras que el índice de situación personal, que mide la autopercepción económica de los consumidores, bajó 4 por ciento.

Sandleris explica que la caída tiene que ver con un componente estacional y que no es el primer año que febrero reporta una baja. "Siempre cae febrero, en 2011 también pasó, porque en enero [en que hubo una suba de 9% con relación a diciembre] la gente está de vacaciones y está contenta y todo parece mejor", dice.

Con él coincide Pablo Pyzyk, retail services head de la consultora Nielsen. Afirma que hay una relación directa con la estacionalidad, que ocurrió lo mismo en 2010 y en 2011, pero que no lo marcan aún como alerta. "En la Argentina aprendimos a ser muy cautelosos como consumidores a partir de las crisis. Siempre hay expectativas a inicios de año, porque hay paritarias que se empiecen a negociar, por eso el consumo se verá cuando se empiecen a definir mapas políticos y económicos (?) Marzo va a ser más decisivo, es cuando el consumidor o se anima o se va a retraer". Dardo Ferrer, director del Centro de Economía Regional y Experimental, dice que el indicador puede anticipar lo que vendrá en los ciclos económicos, pero que usualmente el primer trimestre del año es el de menor actividad y se refleja incluso en la caída del índice de producción industrial, que bajó a 2,2% estos meses. "La gente misma todavía no tiene un panorama exacto de lo que va a pasar. El 70% de las familias [en la Argentina] es asalariada y hay inflación alta pero no tiene definido el horizonte salarial."

Pero si bien hay un componente estacional en la caída, Sandleris asegura que hay un factor que suma y se refleja en el hecho de que la gente considere que no es tan buen momento para comprar bienes durables: los temores respecto de la economía. "Los temores de cuánto vendrá la factura de gas, de electricidad, la tarifa de transporte son cosas que generan incertidumbre y se traslada a la confianza del consumidor", indica.

La confianza de los consumidores disminuyó independientemente de su poder adquisitivo. Entre los sectores de mayores recursos cayó 8%, y en los de menores, 8,4 por ciento. La baja también fue similar en las regiones del país. En Capital Federal, bajó 7,6%; en el Gran Buenos Aires, 8,6%, y en el interior del país, 7,8 por ciento.

También influyen las medidas económicas, como restricciones de importaciones y de compra de dólares, y el clima político, pero no en gran medida. "Es un índice muy sensible al movimiento político o económico que pase en el país. Aumento del dólar, baja de dólar o importaciones, aunque mucho no nos impacten directamente porque tengo leche, cosas de consumo masivo cubiertas, pero tiene influencia en cómo me desarrollo como consumidor", agrega Pyzyk.

Hay una correlación, con lo cual si la confianza tiende a bajar, el consumo empieza a disminuir o a estancarse, aunque no de forma directamente proporcional. "Esto nos permite ver que si el índice de confianza del consumidor sigue bajando probablemente este consumo que en 2011 estuvo en el orden de 4 puntos puede llegar a bajar a 3", finaliza Pyzyk. De hecho, en el último bimestre de 2011 se ubicó en 3,1%, según datos de Nielsen.

"El último trimestre de 2011 también hubo una caída de confianza, va a ver una desaceleración de la economía. Es utópico pensar que vamos a crecer al 8%", dice Ferrer. Pero hay que esperar a ver cómo se comporta el índice este mes. "Generalmente en marzo es donde se puede tener una foto", sintetiza.

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Cae el ánimo de compra de bienes durables 

Los controles cambiarios influyeron el año pasado en la venta de inmuebles en la Capital Federal, que registró una baja de 10,4% en diciembre en relación con el mismo mes de 2010, según un relevamiento del Colegio de Escribanos porteño.

Dardo Ferrer, director del Centro de Economía Regional y Experimental, dice que aunque estas medidas pueden incidir sobre una transacción o venta, no lo hace de forma significativa. Y que se suman otros factores, como que el precio de los inmuebles o de la construcción ha subido y que el ahorro no alcance para optar por una vivienda.

A esto se suma que en Capital apenas 2% de las familias tiene intenciones de comprar viviendas y que, pese a las restricciones, no se redujo -en cambio- la venta de autos (sólo en enero se patentaron 112.607 unidades).

Esa baja de 9,9% que reportó el índice de compra de bienes durables, indicador que mide la predisposición para adquirir tanto automóviles y casas como electrodomésticos, también tiene que ver, explica, con que la gente decide endeudarse "cuando tiene el horizonte más o menos tranquilo", cosa que no percibe en estos momentos.

El índice se redujo 11,5% en el Gran Buenos Aires, y 9,8%, en el interior del país, mientras que en la Capital Federal cayó 3,5 por ciento.

"Las bajas en los indicadores de confianza se dan porque bajan las expectativas del consumidor y estas bajas expectativas a su vez generan ahorro o menor tendencia de consumo", señala.

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Desaceleración 
Corto plazo 

El índice de expectativas macroeconómicas, factor que mide las perspectivas de corto plazo, cayó 11,2 por ciento. 

Todos los niveles 

La confianza de los consumidores cayó independientemente de su poder adquisitivo. 

Proteccionismo 

Medidas como la traba a las importaciones también golpean la confianza del consumidor.
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