Di Tella en los medios
La Prensa
11/02/12

Ante una excesiva toma de riesgo

Por Germán Fermo

Las asimetrías distorsivas han convertido a la industria financiera en un riesgo para todos los países. El principio de "autorregulación de los mercados" que defendieron los Greenspan de este mundo no sólo es erróneo, sino también peligrosísimo.

Por Germán Fermo

Probablemente, la característica más distintiva del capitalismo es que los ganadores ganan y los perdedores pierden. El hecho de perder y eventualmente desaparecer del sistema en principio sirve para que los agentes se autorregulen respecto al nivel de riesgo a tomar en sus respectivos negocios. La razón es sencilla: si por tomar demasiado riesgo uno aumenta la probabilidad de caer en bancarrota y desaparecer, entonces los agentes acotan el tamaño de sus apuestas tomando riesgos finitos.

Sin embargo, este concepto que parece tan básico y sencillo de comprender puede tener serios problemas de implementación en especial para aquellas industrias caracterizadas por realizar apuestas de altísimo riesgo. Este problema incluso se exacerba cuando a la industria en cuestión se le permite endeudar significativamente y contra esa palanca comprar activos de alta volatilidad.

En este contexto, dos cosas pueden ocurrir. Si la apuesta fue correcta, las ganancias son potencialmente infinitas y se las apropia la industria en cuestión. Si por el contrario, la apuesta sale muy mal la industria quiebra finalmente y si sus activos remanentes no son suficientes la negatividad se comparte de una u otra forma con el resto de la sociedad: ya sea para absorber la pérdida o para rescatar a la industria en cuestión. Desde el punto de vista de la industria tomadora de deuda y riesgo las pérdidas son finitas y es aquí donde aparece la asimetría distorsiva. Esto en finanzas tiene un nombre especifico: pagos asimétricos o sea, ganancias potencialmente infinitas y pérdidas limitadas a los activos remanentes al momento de la quiebra.

A TODO O NADA

En este contexto se corre el riesgo de generar industrias apostando a todo o nada y el problema es que en una economía tan globalizada como la actual el mundo entero puede quedar atrapado en las pérdidas cuando las apuestas salen mal. Las asimetrías generan distorsiones en el comportamiento de los agentes económicos que en este caso bien pueden definirse como excesiva toma de riesgo la cual, dependiendo de la industria afectada, puede contagiar al sistema entero con la capacidad de desestabilizarlo globalmente como ha sido el caso en diciembre de 2008. El ejemplo más reciente si bien en una escala mucho menor fue el de GM Global que sucumbió muy apalancado y comprado en deuda europea.

Lo expuesto hasta ahora es cierto para todas las industrias, pero lo que torna a la industria financiera en una muy especial es que su quiebra puede generar las quiebras de otras industrias. Si por ejemplo quebrase la industria automotriz seguramente el efecto sería muy doloroso en una economía dada pero no implicaría en principio una catástrofe. Sin embrago, cuando la quiebra se refiere a la industria financiera, dado que de una u otra forma todo el mundo está relacionado, su caída es potencialmente catastrófica y debe ser evitada a todo costo.

Si tenemos agentes en el mercado que se apalancan y se les permite jugar a todo o nada sabiendo que en el peor de los casos sus pérdidas se limitan al capital aportado, ¿no vivimos en un sistema crónicamente sesgado a la toma excesiva de riesgo? Bajo el contexto regulatorio internacional actual, ¿no seguiremos incurriendo en niveles de riesgo superiores o si se quiere más técnico: subóptimos?

OBAMA HIZO BIEN

Mucho se ha criticado al salvataje a los bancos esadounidenses durante fines del 2008. En ese punto era la única alternativa posible porque no haberlos salvado hubiera generado una quiebra en cadena mundial, el error radicó en haber permitido llegar a ese estado.

Fíjese lo que la caída de un sólo banco Lehman Brothers fue capaz de hacerle a la economía global, imagínense entonces, ¿si en vez de haber sido uno sólo hubieran colapsado cincuenta?

La suboptimalidad de la decisión debería entonces remontarse mucho antes: años atrás no se identificó que las asimetrías estaban generando toma de riesgo excesiva, la decisión a criticar es esa y no lo que en el 2008 se hizo como recurso de última instancia.

Se había confiado totalmente en la "autorregulación" por parte de los agentes privados lo cual en principio funciona bien a menos que estemos en presencia de pagos asimétricos y fue precisamente esta distorsión la que impidió la autorregulación y por el contrario incitó el armado de una palanca histórica financiando un riesgo potencial explosivo.

Es indispensable neutralizar estas asimetrías instrumentando un ámbito que seriamente incremente los requerimientos de capital o limite ex ante la toma de riesgo por parte de ciertos jugadores de mercado que demostraron que cuando se los deja operar con absoluta libertad se descontrolan, incurren en niveles subóptimos de toma de riesgo y tornan en definitiva al planeta entero en un sistema potencialmente explosivo. Lo preocupante es que mucho se dijo y muy poco se avanzó en este ámbito a nivel internacional. Seguimos inmersos en un sistema de incentivos altamente asimétricos y en un equilibrio global explosivo en su esencia.

* Ph.D. in Economics (UCLA) y director de la Maestría en Finanzas de la Universidad Torcuato Di Tella.
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