Di Tella en los medios
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1/07/11

Vidriera del arte contemporáneo

arteBA 2011

En su cumpleaños número 20, La feria de arte contemporáneo de Buenos Aires refuerza su presencia internacional y apuesta a la renovación. Aquí, cuatro claves para adentrarse en el -muchas veces críptico- recorrido de la muestra de arte más convocante de la ciudad.

El paso del tiempo es irreversible. Acaso éste haya sido el lema que guió la última edición de la feria internacional de arte contemporáneo de Buenos Aires, arteBA 2011. En ésta, la celebración a sus 20 años de vida, la cita abundó en galerías locales e internacionales, donde la apuesta fue, no sólo ofrecer propuestas de calidad que reflejen el espíritu actual, sino también "mantener la feria alineada a los estándares internacionales", según afirmaron desde la Fundación arteBA.

Del 19 al 23 de mayo, los pabellones Azul y Verde de La Rural -donde funciona desde 1999, antes pasó por el Centro Cultural Recoleta y el Centro Municipal de Exposiciones-, más de 120 mil personas fueron testigos de un evento que ha venido creciendo tanto en iniciativas artísticas como en la presencia de museos y fundaciones, y el ineludible apoyo de empresas del sector privado, que encuentran en el terreno del arte un canal ideal para posicionarse y vincularse a sus consumidores y clientes.

En palabras del Presidente de la Fundación arteBA, Facundo Gómez Minujín (hijo de la artista Marta Minujín), "uno de nuestros grandes logros fue el haber incentivado a la gente que no estuviera necesariamente vinculada al arte, a animarse a tener un primer acercamiento con el arte contemporáneo. Muchos de ellos se animaron también a comprar sus primeras obras de arte argentino y latinoamericano en el marco de arteBA".

Por su parte, el Premio arteBA-Petrobrás de Aisuales, como siempre, no escatimó en controversias, marcando el rumbo del arte local hacia una "austeridad estética profunda", y una "búsqueda moderna de radicalidad", en palabras de sus curadores. En este sentido, la feria se afianza en aspiración rupturista, donde el cuestionamiento permanente y las propuestas jóvenes cobran un lugar de privilegio.

Se suma, además, una creciente convocatoria al público coleccionista, tanto local y regional como internacional, en vías de posicionar a la Ciudad de Buenos Aires dentro del calendario artístico mundial. Algo que a su vez se refleja en la presencia de artistas nacionales en galerías extranjeras, como es el caso de Martín Girolamo (en la brasilera Osear Cruz) y Nicola Constantino (en la española Sicart). En palabras de Gómez Minujín, "desde el año pasado especialmente, pudimos apreciar una nueva tendencia a nivel mundial: los ojos están puestos en el arte de Latinoamérica, y por extensión, en nuestros artistas argentinos. Cada vez son más las muestras itinerantes por el mundo, museos que incorporan obras latinoamericanas a sus colecciones, cursos de arte latinoamericano en los mejores centros educativos del mundo, coleccionistas que viajan por Latinoamérica en busca de un arte nuevo que no se vea en otros lados".

Fuera del repertorio obligado, pero ciertamente agradecido, fue emotivo el homenaje a Luis Fernando Benedit, arquitecto y artista recientemente fallecido. Ahora sí, dispuestas las reglas del juego, artistas, galeristas, coleccionistas, críticos, curadores, directores de museos y referentes internacionales de la cultura salen a la cancha para disputar este clásico del arte anual.

GALERÍAS: ANTE TODO, ARTE
Aunque todo pareciera estar dicho en materia de exhibición de los stands, siempre hay lugar para la renovación. Las galerías no sólo apuestan a la variedad de soportes, estilos y épocas; también se inclinan por las puestas originales. Y en eso contrastan con las apuestas de las galerías internacionales, especialmente las alemanas, más dadas a las puestas minimalistas, despojadas y con obras contadas (en este sentido, habrá que considerar qué peso tienen los costos de traslado y trámites de aduana). En Daniel Abate, las paredes revestidas en madera son un hallazgo de exposición; en tanto, en la uruguaya Sur apostaron a una iluminación más puntual, ofreciendo un aire teatral; y no faltaron los muros negros de Rubbers, un clásico, por citar sólo algunos ejemplos.

Durante esta edición, el Comité de Selección de Galerías -encargado de elegir cada año las propuestas que se inscriben en el enfoque y objetivos de la feria- estuvo dirigido por Fernando Farina (curador y crítico santafesino), y conformado por Rodrigo Alonso (curador), Laura Batkis (crítica de arte, docente y curadora), Luisa Duarte (crítica de arte y curadora paulista), y Fernando Entín (director de la galería argentina Elsi del Río). Tres de sus galerías seleccionadas han salido del semillero que es el Barrio Joven Chandon: Sapo, Chez Vautier y Jardín Oculto.

De entre las propuestas, dos femeninas siempre interesantes son las de Karina Peisajovich y su instalación de luces en Vasari; y Flavia Da Rin, quien esta vez, le puso el rostro y la inspiración a una serie que tiene mucho de carnaval y un aire a los años 60, en Ruth Benzacar. Las esculturas de mujeres semi denudas de Martín Girolamo, esta vez, se hicieron presentes en una galería del otro lado de la frontera: la brasileña Osear Cruz, que también presentó las fotografías de mujeres de Fabiana Barrera.

Entre el pop y el kitsch, Claudio Roncoli se hizo presente en Pabellón 4; e igual de estridente los juguetes coloridos de Rafael González Moreno, en Teresa Anchorena. Con una audiencia ya consolidada, no faltó el chaqueño Milo Lockett, casi copando el espacio de Holz. Promotor de la democratización del arte, el artista generó pins de su obra para llevarse a casa. En tintas y capas de papel de color, demostró porqué es siempre interesante Manuel Ameztoy, en Chez Vautier, donde Mariana Sissia y sus dibujos no se quedaron atrás.
En fotografía, se destacaron los derrumbes de Ariel Ballester y una serie intervenida con muñecos de torta en una metáfora del matrimonio por Patricia Salas, ambos en Carla Rey; las naturalezas muertas de Cecilia Lenardón y los retratos de una niña oriental en blanco y negro de Guillermo Ueno, en Foster Catena; las intervenciones fotográficas de Rosana Schoijett, y el siempre reflexivo Santiago Porter, en Zavaleta Lab.

Muy atractivo para coleccionistas extranjeros, Eduardo Stupía se lució en Jorge Mara, y también en Van Riel, donde al tercer día ya tenía puntito rojo. En este "raid de compra", los más expertos prestaron mucha atención a las obras de los jóvenes y promisorios Daniel Joglar, Manuel Esnoz, Lola Goldstein y Magdalena Jitrik, cuya obra fue adquirida por Malba, todos en Dabbah Torrejón. E igualmente magnética fue la obra de Sofía Bothlink, Nicanor Aráoz y Diego Bianchi, además de una generosa instalación de la ganadora del Premio arteBA-Petrobrás, Catalina León, todo en Alberto Sendrós. Y a no olvidar a la pictórica, a gran escala, Cinthia de Levie, en 713 Arte Contemporáneo.

Mención aparte merece el video del dibujo animado de Aili Chen en Sapo, galería que hace eje en el recurso del dibujo, con gran aceptación. En Jardín Oculto, las buenas ventas de Rosalba M¡-rabella se apreciaban cerca de los encantadores universos pictóricos de Agustín Sirai. En la española Sicart, la instalación de la argentina Nicola Constantino retuvo a muchos paseantes con su instalación, recreando el aparador de una mujer, con un video autorreferencial de una rutina de belleza.

Alto punto de la feria fue sin duda la instalación de Julio Le Pare, con un espejo circular en el suelo y una cortina colgante en forma de rombo, conformada por 1561 pequeños cristales -vendido a un coleccionista por 300 mil dólares- en Del Infinito, donde también se apreciaban los coloridos cuadros de Carolina Antoniadis y el reloj cucú de Benito Laren. No faltó Marta Minujín, en un stand exclusivo, con obras como Freaking on Fluo, de pintura cinética: un cuadro recortado y pegado durante días, y luego deformado con una computadora.

BARRIO JOVEN CHANDON: SIN CIRUGÍAS
Seis años después de su primera edición, el Barrio Joven Chandon sigue siendo una de las propuestas más interesantes, frescas y convocantes de la feria. Para esta edición, el Comité de Selección estuvo compuesto por Ana Paula Cohen (curadora, editora y escritora paulista), Leopoldo Estol (artista) e Inés Katzenstein (directora del departamento de arte de la Universidad Torcuato Di Tella). Según éstos, la consigna fue no presentar más de cinco artistas por galería, y la selección tuvo en cuenta propuestas bien distintas.

Por un lado, las galerías nuevas que aspiran a la profesionalización; por el otro, proyectos curatoriales creados para ganar visibilidad en el contexto de la feria; y, finalmente, propuestas generadas a partir de la amistad, identificación y necesidad de reflexión de un grupo de artistas. En opinión de Gómez Minujín, "el surgimiento del Barrio Joven Chandon tuvo que ver con una necesidad del circuito, que necesitaba de la ayuda de una institución como arteBA para encontrar un incentivo importante para iniciar sus espacios". Así, Argentina, Brasil, Colombia, Venezuela y México estuvieron presentes en un espacio con instalaciones audiovisuales y digitales, así como esculturas a gran escala. Mucho colorido, obra pequeña, y soportes y formatos a precios asequibles, guiaron la brújula de esta edición.

Se destacó especialmente Giftshop, proyecto impulsado por quince jóvenes argentinos que trabajan la producción masiva, traducida en la reproducción de las obras en objetos seriados, para llegar al público de manera más accesible. Mates, almohadones y pins se vendían así, desde los 2 pesos; y las obras, hasta los 200.

En su segundo año en la feria, desde Miau Miau, Mariano López Seoane destacó "la variedad geográfica y regional de los proyectos" y "la cantidad de público, que si bien puede resultar agobiante, nos permite entrar en contacto con gente que nunca hubiera pisado nuestro espacio". Y agrega: "arteBA es una suerte de viaje de egresados del mundo del arte. Funciona como un seminario intensivo: entras en contacto con gente con ideas y trayectorias distintas, y entendes mejor cómo funciona el circuito".

Si de artistas se trata, vale la pena mencionar a Fernanda Laguna, ex directora y creadora de la mítica galería de arte Belleza y Felicidad -acaso la primera galería "joven" de la Ciudad de Buenos Aires-, en Mite; los dibujos de Jeanne Jiménez, en la venezolana Carmen Araújo; las pintura de Kitty Faingold y las fotografías de Federico Paladino, en la mendocina Costado; con buena venta, Nicolás Sarmiento y Franco Ferrari en Rayo Lázer; las fotografías de Martín Pisotti y Sofía Abboud en Big Sur; la historieta gigante de Mónica Potenza y Esteban Rivero en Modo 7; María Guerrieri y Géraldine Schwindt en Cobra; Suayi Otaño y Gaby Messuti en Giftshop.

Quien quería descansar, podía hacerlo en el Bar Chandon, inspirado en la obra "Kolonihavehus" -que evoca el espíritu del vitraux-, del artista estadounidense Tom Fruin, convocado especialmente por la marca. Allí, gracias a planchas de plexiglás, se recreó el efecto de esta técnica de componer con vidrios de colores, realzado por un atinado trabajo lumínico. Además, el artista trabajó en vivo sobre plexiglás, con un icono de la Ciudad de Buenos Aires, el obelisco, y los visitantes pudieron votar para elegir el lugar al cual la obra fue donada.

U-TURN PROJECT ROOMS: APUESTA INTERNACIONAL
La nueva niña mimada de arteBA es un espacio auspiciado por Mercedez-Benz, nacido bajo la premisa de acercar lo mejor del arte contemporáneo internacional. Las once galerías participantes llegaron desde Alemania, Brasil, Colombia, México y la propia Argentina, y estuvieron seleccionadas por Abaseh Mirvalí, productora independiente de proyectos culturales en EE.UU., México, Berlín y Medio Oriente. Formada en políticas de desarrollo y mecenazgo, esta iraní criada en EE.UU. fue, entre 2005 y 2008, directora ejecutiva de la Colección Jumex, una de las iniciativas privadas más importantes de América latina.

En sus palabras, "lo que arteBA ha hecho con U-TURN no solamente es traer las galerías extranjeras para que el público latinoamericano se acerque a artistas del exterior, sino también abrir un diálogo para que los galeristas jóvenes se fijen en artistas locales", y reforzó: uLa única manera de que los artistas argentinos estén en la mira internacional, es que los representen también otras galerías internacionales, que tienen la posibilidad de hacer una feria en otro lugar del mundo. Es un beneficio mutuo". Mirvali seleccionó a seis galerías latinoamericanas y cinco de Alemania, más precisamente de Berlín, porque en su opinión, "es una ciudad donde se ha concentrado gran número de artistas internacionales, y donde la escena emergente de arte contemporáneo es más viva".

Darse una vuelta por estos espacios, permitía distinguir una predominancia de la influencia arquitectónica y las experiencias sobre el espacio, las líneas y perspectivas, y la esencia de las formas que nos rodean. Y acaso en un choque de culturas, sorprendía ver el contraste entre los recargados espacios locales y una concentración de pocas propuestas en las internacionales.

PREMIO ARTEBA-PETROBRÁS: SIEMPRE CONTROVERTIDO
¿Una escultura viviente? ¿Una instalación en degradación? ¿Una declaración de principios? Una bolsa de nylon traslúcida con los objetos preferidos del artista en su interior, además de calamares en proceso de descomposición, invitaron a los espectadores a descubrir que el arte es mucho más que lo que se ve. "Autorretrato sobre mi muerte" es el nombre de la obra ganadora del Premio arteBA-Petrobrás de Artes Visuales 2011.

Por octavo año consecutivo, y como parte del Programa Cultural Petrobrás, esta vez, fue el artista rosarino Carlos Herrera, quien recibió el Premio Estímulo (no adquisición), por un total de $50.000. A la propuesta se sumaron otras, igual de interesantes. Como por ejemplo, la de la también rosarina Mariana Tellería, "Somos el límite de las cosas", una calesita con luces brillantes,
dejando su estructura a la vista.

La ganadora del público indiscutida fue "Roto", de Belén Romero Gunset, con una performance que duró 7 días, 7 horas por día, durante los cuales la misma artista, en una espacio pequeño, fue rompiendo y destrozando piezas que iban desde sillas a computadoras, pasando por autopartes, bicis y prendas de vestir, entre otros. "Me propuse desarrollar una acción, romper, y así lo hice desde el martes a las 13 hasta el lunes a las 21. A veces paraba unos segundos para tomar agua o comer algo, pero por lo general no paraba, perdía la noción del tiempo", relata la artista. ¿El concepto? La irreversibilidad. "Al romperse, un objeto se libera de su forma-contenido para siempre, no vuelve a ser lo que era, y se libera de energía".

Por su parte, "Calamidad Cósmica", de Luciana Rondolini, era una escultura a gran escala de un helado en palito acostado sobre una superficie blanca, derritiéndose y llevándose con ella todos los colorantes artificiales, como arrastrados sin remedio. Se sumaron, además, Pablo Accinelli (Buenos Aires), Santiago Villanueva (Azul), y Victoria Colmegna y Valentina Liernur (Buenos Aires). Todos ellos artistas de menos de 35 años, cuyos trabajos debían reflexionar sobre el espacio-tiempo de la feria misma. La consigna fue, como todos los años, presentada por los directores del certamen: Sonia Becce (curadora) y Claudio Iglesias (crítico de arte y curador). En tanto, el jurado de selección estuvo integrado por los directores del Premio y el diseñador gráfico Alejandro Ros. Este último, opinó que el criterio de selección de obras apuntó "a pasar los cómodos límites del gusto".

Pero, pasando en limpio, ¿qué se premia? Según el ganador: "Lo que el jurado considera la mejor condición, que no tiene normas muy claras a priori". Y agrega que su obra fue la ganadora precisamente porque "en mi obra estaba yo, entregado, dispuesto a todo, muerto".
En conclusión, con un nuevo récord de ventas y de precios, arteBA se impuso definitivamente como un evento regional con vistas a una proyección internacional. El desafío sigue siendo cautivar a los coleccionistas y "aggiornarse" al ritmo de las ferias del mundo. Según Gómez Minujín, "logramos consolidar nuestra identidad como la feria de arte contemporáneo más relevante de Latinoamérica". Ahora, el desafío será ir un paso más allá.
www.arteba.com

Texto: Natalia Iscaro. Fotos: Maia Croizet para www.watio.com.ar

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