Di Tella en los medios
Fortuna
12/03/11

"La crisis árabe no tendrá un efecto dominó"

Juan Gabriel Tokatlián. El profesor de Ciencia Política y Estudios Internacionales de la Di Tella analiza la situación en el norte de África y el Medio Oriente. El rol de EE.UU., los BRIC y la Argentina. "La debacle económica mundial perdura", afirma.

En su oficina de la Universidad Torcuato Di Tella, Juan Gabriel Tokatlian tiene más de 200 libros de relaciones internacionales. Es uno de los mayores expertos en seguridad y política internacional de la Argentina y una voz autorizada para explicar los motivos y los posibles desenlaces cuando hay revueltas y manifestaciones alrededor del mundo. En una charla con FORTUNA, el profesor del departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales de esa universidad analiza las causas y las consecuencias de las crisis en los países árabes, y la fría respuesta por parte de la Argentina. Asegura que lo que se está viviendo en Egipto, Túnez y Libia es el "que se vayan todos" de la crisis de 2001. Además, habla del rol que pueden jugar los BRIC en el sistema internacional y el papel de nuestro país.

FORTUNA: ¿Por qué se inician las manifestaciones en los países árabes y cómo se están desarrollando? ¿Hay riesgo de un efecto dominó en toda la región? TOKATLIAN: Primero es necesario hacer una precisión sobre frente a qué fenómeno estamos. Los levantamientos populares y las manifestaciones expresan lo que genéricamente podemos llamar como una revuelta masiva.
Esto es un conjunto de ciudadanos mancomunados por diferentes razones en busca de darle una nueva dirección a una situación social, política y económica insostenible.
¿Podemos llamar a esto revolución? Yo creo que no, porque una revolución exige una transformación drástica del orden político, económico y social que aún no se vislumbra ni en Egipto, Túnez o Libia. También es importante hacer una mirada histórica para darse cuenta de que no se está ante un hecho inédito o inesperado. Desde el comienzo de la Guerra Fría se encontrarán varios
momentos que llevaron a cierta liberalización, apertura e intentos de reformas de determinados regímenes políticos.
Pero la inmensa mayoría de estos cambios luego fueron seguidos por procesos de recaptura y reconcentración de poder, y formas represivas que condujeron a distintas modalidades de regímenes autoritarios.

FORTUNA: Entonces se está viviendo la misma situación que en el pasado...
TOKATLIAN: Estamos ante un hecho mucho más singular, con un contexto geopolítico y global muy diferente que conduce a pensar en fuertes energías democráticas en la región que han ido fluyendo y reemergiendo.
Lo que nos interesa ahora es ver hacia dónde va este movimiento en esta nueva fase histórica. En cuanto al efecto dominó, si bien es cierto que hay movilizaciones similares en varios países de la región, hay reclamos parecidos y fuertes sacudones institucionales, también hay condiciones endógenas y realidades domésticas en cada uno de los países. Si bien es evidente que hay un entrelazamiento, no necesariamente habrá un efecto dominó de reproducción inmediata en la región. Además, algunos países, como Arabia Saudita, han tomado medidas para evitar estos efectos. El país árabe destinó u$s 36 mil millones en los últimos 15 días para elevar los salarios, incrementar los subsidios para los pobres y estimular políticas sociales para los sectores menos favorecidos.

FORTUNA: A lo largo de la historia, Estados Unidos ha sido promotor de revueltas en países donde había regímenes que no comulgaban con ellos. ¿Qué rol juega a hora el país del norte en la región? TOKATLIAN: Estos conflictos tomaron a Estados Unidos con total sorpresa. Una vez más, ningún servicio de inteligencia pronosticó que las condiciones sociales en la región preanunciaban estos hechos.
Algunos rumores indicaron que hubo un fuerte malestar del presidente Obama con su propio sistema de inteligencia que nuevamente no pudo divisar qué es lo que pasaba.
Es importante resaltar también que aunque se habla de una misma región, EE.UU. tiene valoraciones diferentes sobre los países. Por lo tanto, fue relativamente más sencillo su apoyo, tenue al principio y luego más fuerte, al cambio en Túnez, que a la transformación potencial que podía derivarse de la situación en Egipto, que para ellos es un país central en la política de Medio Oriente. Distinto fue el caso de Libia que fue mucho más trascendental para los países Europeos, porque el 90% de su petróleo lo compran los europeos.
FORTUNA: ¿Cómo pueden afectar todos estos acontecimientos a la Argentina? TOKATLIAN: Hace algunos años se llevó a cabo la primera cumbre América del Sur y el Mundo Árabe, que fueron acompañadas por cumbres entre nuestra región y África.
Estas cumbres bi-regionales son toda una novedad del lado sudamericano, pues en general el patrimonio de las cumbres estaba en Occidente solamente y estamos viviendo un proceso de transición de un acercamiento de América latina a esa parte del mundo. De hecho, en marzo se iba a llevar a cabo la tercera cumbre, en Lima, Perú, pero el presidente Alan García la suspendió para el 18 de abril. Respecto a la Argentina, creo que las manifestaciones de allá son las de 2001 y 2002 de acá. El pedido de que se vayan todos, las manifestaciones populares y los reclamos por condiciones socioeconómicas muy adversas son muy similares a lo que ocurrió en la Argentina. Pero el país actuó con frialdad frente a los hechos, y no supo ser utilizado positivamente en el sentido de demostrar que se comprende la situación por la que están pasando. La Argentina perdió esa oportunidad. Además, hay que resaltar que el país tiene una muy importante población de origen árabe, y que esto mereció una acción mucho más firme por parte del Gobierno argentino a favor de los derechos humanos y del bienestar de la población.

FORTUNA: ¿Qué análisis hace del rol que pueden jugar los BRIC?
TOKATLIAN: La extensión de China en la región ha ido creciendo
mucho en estos últimos años, y su presencia comercial a través de inversiones ha sido muy notable. Obviamente, frente a regímenes que vayan a tratar de inaugurar nuevas situaciones económicas, y siendo China un país con una alta disponibilidad de capital y posibilidades de inversión, el gigante asiático podrá encontrar un ámbito más propicio que el que podría haber tenido antes de esta situación.
Sin embargo, también hay que destacar que durante los primeros días de las revueltas en Egipto, China prohibió poner Egipto en Google, por temor a cómo esas manifestaciones podían repercutir internamente.
China está buscando recursos naturales, particularmente petróleo, en todo el mundo, por lo que un cambio en las condiciones de Egipto, y en especial de Libia, podría ser muy provechoso para el país asiático. Rusia también ha actuado con cautela, intentando tomar acciones pero dentro del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En cuanto a la India, que está teniendo un perfil relativamente bajo frente a los acontecimientos, seguramente tratará de mostrar las virtudes de su modelo político, económico y social en el cual conviven chiitas, sunitas, budistas, hindúes, entre otros grupos sociales. Brasil, por el momento, tuvo un comportamiento similar al de la Argentina, con atención en los hechos, pero el gobierno de Dilma no salió resonantemente a estimular y avalar las manifestaciones que piden por mayor democracia y apertura.

FORTUNA: ¿Ve alguna relación entre estos acontecimientos en Medio Oriente y la crisis económica internacional de 2008?
TOKATLIAN: La crisis económica mundial perdura. Ha cambiado de tono, pero no de dimensión y de intensidad. Las principales locomotoras del sistema internacional están muy agotadas, los niveles de endeudamiento de Estados Unidos y varios países de Europa son peligrosos y disruptivos frente al sistema internacional, se ha avanzado muy poco en términos de regulación del capital, de las especulaciones y las burbujas. La capacidad industrial sigue siendo
dinámica en el mundo asiático, especialmente en India y en China, pero allí también hay problemas sociales de inequidades cada vez más profundas.
Por lo tanto estamos ante una situación de menor visibilidad de la crisis en su presencia mediática, pero no creo que haya hoy economista riguroso en el centro o en la periferia que diga que esta crisis se acabó. En este contexto, sin dudas el gran alza de los precios de los alimentos fue una de las claves para entender las manifestaciones, que no son nuevas, pero que han tomado un fuerte impulso en estas últimas semanas. El sistema como un todo está en una situación de fragilidad y hasta que no haya reformas sustantivas, creo que el mundo oscilará entre momentos más difíciles y menos difíciles, pero en un marco constante de crisis.

FORTUNA: En este contexto de vaivenes económicos a nivel mundial, ¿cuál es el papel que puede jugar la Argentina?
TOKATLIAN: Tenemos que tomar una decisión como país sobre qué es lo que queremos frente al mundo.
Más allá de la dinámica económica, la Argentina sigue necesitando definir una estrategia global y una visión respecto hacia dónde queremos ir, porque esta es una oportunidad grande en términos de crecimiento, inédita en la historia argentina contemporánea. Pero muchas de las cosas para saber aprovechar esto dependen más del adentro que del afuera. El corazón del problema argentino es más doméstico que externo. Hoy ya no somos el típico país exportador de granos del siglo 19 y 20.
Tenemos una agroindustria mucho más sofisticada, hay más valor agregado que en el pasado, pero sin lugar a dudas si no se aprovecha esto para llevar adelante un modelo industrial más productivista se habrá perdido una chance grande.

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