Di Tella en los medios
La Voz del Interior
30/04/22

Guido Sandleris: La baja del déficit fiscal debe ser rápida, ya no hay alternativas

Por Javier Álvarez

Guido Sandleris, profesor del MBA, de las Licenciaturas en Administración de Empresas y en Economía Empresarial y expresidente del BCRA, fue entrevistado sobre el estado de la economía argentina.

Guido Sandleris, el economista que presidió el Banco Central durante 441 días entre 2018 y 2019, asegura que el Gobierno no tiene una “solución” para la inflación ni un plan para incrementar las exportaciones, y que está dejando “una bomba de deuda en pesos”. Reconoce errores de la gestión de Mauricio Macri y asegura que en Juntos por el Cambio han tenido un “aprendizaje fenomenal” para volver en 2023 con una propuesta mejor.

Desde febrero, Sandleris trabaja como “asesor estratégico” en la Bolsa de Comercio de Córdoba. Está liderando un equipo para diseñar y darle fundamento a una propuesta de plan económico para el próximo gobierno. En diálogo con La Voz, el economista reflexiona sobre el pasado, analiza el presente y proyecta cómo debería ser el futuro del país.–

- Hay varias entidades empresariales de Córdoba y de otras partes del país que están pensando en un “plan económico” para el futuro de la Argentina. Usted está trabajando con la Bolsa de Comercio de Córdoba ¿Hay trabajo cooperativo con otras entidades, como la Fundación Mediterránea?
–Hay varios grupos. Una de las cosas más saludables que está pasando es esta inquietud de todos esos sectores para pensar cómo resolver los problemas de Argentina. Y que haya grupos diversos tratando de encontrar la vuelta para resolver problemas que tienen décadas.
–En Córdoba parece haber un epicentro para la generación de planes económicos…
–Córdoba es clave por la expertise que hay en diversos temas. Estamos trabajando desde la Bolsa con otras instituciones para lo que es el armado de un plan económico pensando en el próximo gobierno. Yo estoy trabajando con Hernán Lacunza, otros exfuncionarios del gobierno anterior y otros que no pasaron por la gestión de Juntos por el Cambio.
–En diciembre de 2019, cuando se despidió del Banco Central, usted dijo que a la Argentina le faltaban consensos básicos para salir adelante. Hoy existe una fuerte tensión política entre el Gobierno y la oposición, incluso en el corazón del propio oficialismo ¿Cómo podría un plan económico tener éxito en medio de tanta confrontación política?
–Sigo creyendo que tiene que haber ciertos temas que sean política de Estado, más allá del Gobierno. Ya quedó claro que la Argentina no puede seguir gastando más de lo que recauda. Porque cuando eso pasa todo el tiempo, la consecuencia es que terminamos o con alta inflación o en default. Si miramos los últimos 50 años, Argentina tuvo superávit en cinco. Un país no puede funcionar así.
–¿Y la solución estaría en recaudar más o en gastar menos?
–El gasto público es muy alto. Pasó del 22 por ciento del producto interno bruto (PIB) que tuvo por décadas al 41 por ciento entre 2003 y 2015. El gobierno de Macri lo redujo al 36 por ciento del PIB y ahora está de nuevo en 39 por ciento. Entonces, cuando el sector público gasta tanto es una mochila demasiado pesada para el sector privado. Y se hace más difícil que haya inversión, que es lo necesario para crecer.
–¿Cómo sería la baja del gasto público? ¿Lo harían de forma progresiva o en shock?
–Hay un aprendizaje de ciertos errores cometidos durante el gobierno de Macri. La realidad cambió: Argentina ya no tiene financiamiento. El próximo gobierno va a verse obligado a corregir estos desequilibrios, porque la alternativa es seguir financiándolo con emisión monetaria, y eso es más inflación. Entonces, la reducción del déficit fiscal tiene que ser rápida. Ya no hay alternativas. Hemos pasado tiempo sin corregirlo.
–¿Tenemos que prepararnos para muchos años de más de inflación?
–No. Creo que este año sí vamos a tener más inflación que en 2021. Creo que va a estar cerca de 70 por ciento. Este gobierno está totalmente perdido en términos de qué tiene que hacer. Y esta inflación tan alta es sin saltos cambiarios y sin corrección de tarifas. No tienen la solución. Pero es un tema que podemos resolver.AUTOCRÍTICA. Sandleris asegura que Juntos por el Cambio aprendió de los errores cometidos en el gobierno anterior.
–Pero Juntos por el Cambio tampoco pudo resolverlo…
–Por supuesto que se cometieron errores. Yo creo que el diseño inicial del esquema de metas de inflación fue un error por cómo se manejó.
–¿Hoy usted no aplicaría metas de inflación si volviera al poder?
–No, no, no. Cuando uno mira la experiencia internacional, en general, la mayoría de los países que han sido exitosos manteniendo una inflación baja lo han hecho con metas, pero lo implementaron cuando la inflación ya bajó un poco y no con los niveles que tiene la Argentina ahora o los que había en 2015.
–¿Cuál es la diferencia?
–Cuando la inflación es más alta, le podés errar por mucho y vas minando la credibilidad de la estrategia. Creo que ese fue un error en su momento. Recién cuando la inflación baja, ahí uno puede pasar a un esquema de metas de inflación. Pero: ¡guarda con los chamanes! No es fácil. No se corrige la inflación milagrosamente, es decir, sin corregir el déficit fiscal y sin tener una moneda sana, para lo que se necesita un Estado sano. Hubo cierto optimismo al principio del gobierno de Macri de que iba a resultar fácil resolver la inflación. No es un tema fácil, pero lo podemos resolver. Te lo voy a decir así: no hay nada en el agua que tomamos que indique que nosotros tenemos que tener 50, 60 o 70 por ciento de inflación anual cuando nuestros vecinos tienen inflación del 10 o el cinco por ciento. No hay nada en el agua, en la tierra, ni en nuestros empresarios que genere esta inflación. Para resolverlo se requiere un plan económico consistente, bien aplicado y sobre la base de consensos básicos.
–¿Ve posible alcanzar el consenso político para tomar esas medidas?
–Cuando yo insisto en los consensos básicos, es porque veo que otros países lo lograron. En Perú hay una crisis política fenomenal y la economía sigue funcionando, sin déficit y con la inflación controlada. Cuando Lula Da Silva asumió en Brasil, conservó la prudencia fiscal y monetaria. Ahora, en Chile asumió Gabriel Boric y puso de ministro de Economía a quien fue presidente del Banco Central durante la gestión de Sebastián Piñera. Todas estas son señales de que la prudencia macroeconómica la acepta el 95 por ciento del arco político. La Argentina no tiene eso y acorta mucho el horizonte de planeamiento.
–¿Qué recortarían en el Presupuesto para bajar el gasto público?
–Eso va a depender de varias cosas. Falta un año y medio de gestión de este gobierno y no sé cómo van a dejar las cosas. Un día dicen una cosa y al día siguiente hacen lo contrario. Entonces, es difícil decir por dónde uno tiene que ir. Lo que tiene que guiar la corrección es que sea justa. No puede ser, por ejemplo, que le pidamos esfuerzo a la clase media y no a la política. No puede haber sectores privilegiados. Que se perciba como que uno no pone más que el otro.
–¿Cree que la disparada del déficit fiscal fue por la pandemia o que sin ella el gobierno lo hubiera hecho igual?
–La magnitud hubiera sido distinta. En 2020 el gasto pasó del 36 por ciento del PIB al 41 por ciento. Pero este año está en el orden del 38 por ciento. Pero al margen de la pandemia y de la cuarentena eterna, tienen una visión distinta sobre cómo funciona la economía, que no compartimos. Tienen una visión populista de gastar sin que importe, financiándolo con emisión y deuda. Eso es lo que genera la crisis que tenemos. Incluso, si miramos el primer trimestre de 2020, antes de la pandemia, en tres meses el gobierno de Fernández tuvo más déficit que lo que había tenido la gestión Macri en todo 2019. Arrancaron soltando el gasto.
–Entonces el camino ahora es reducir el gasto…
–El primer consenso que tenemos que tener es que no podemos tener siempre desequilibrio fiscal y que el camino para resolverlo no es tener más impuestos, sino menos gasto público. El segundo es tener una moneda sana, porque es dificilísimo para la gente y las empresas funcionar con una inflación tan alta. Y el tercero es acordar que si estamos aislados del mundo, nos va mal.
–Las exportaciones argentinas vienen de crecer el año pasado 25,8 por ciento por precios y 12,9 por ciento por cantidades, alcanzando los 77.934 millones de dólares. A pesar de ello, ¿ustedes ven que la Argentina está aislada?
–Una forma de medir la apertura de la economía es sumar las exportaciones más las importaciones y dividirlas por el PIB. Eso da una medida de cuánto representa el sector externo. La Argentina tiene uno de los ratios más bajos, lo que significa que es de las más cerradas del mundo. El gobierno de Macri mejoró ese ratio, pero cuatro años no alcanzan. Y el actual es un gobierno que no ha impulsado grandes acuerdos con otros países.
–El Gobierno insiste en que una de sus obsesiones son las exportaciones porque se necesita generar más dólares…
– Sí, creo que hay un consenso ahora en eso con una parte del Gobierno. En lo que no estamos de acuerdo es en cómo se logra. Nosotros creemos que ahí hay que combinar políticas muy activas de ganar mercados con orden y estabilidad macroeconómica. Es cierto que las exportaciones crecen, pero no tienen una estrategia consistente debido a que no hay orden en la macroeconómica, porque Alberto piensa una cosa y Cristina, otra.
–El Gobierno reestructuró la deuda con privados y ahora está por revisar el acuerdo con el FMI, y las reservas no están aumentando como esperaba. ¿Ven posibilidades de default a partir de 2026 por la acumulación de vencimientos?
–Falta mucho. Pero definitivamente el Gobierno ha endeudado brutalmente al país. Lo ha hecho en más de 30 mil millones de dólares por año. En el relato kirchnerista, Macri fue el gran endeudador, cuando en realidad su promedio de endeudamiento estuvo entre los 12 mil y los 13 mil millones de dólares por año, todavía menos que Cristina Kirchner.REFORMAS. El expresidente del Banco Central asegura que la economía nacional requiere reformas de fondo para reducir la inflación y sacar a la gente de la pobreza.
–¿Pero ven riesgos concretos sobre la deuda para el mediano plazo?
–Ellos han enfocado su endeudamiento a la moneda local, pero hay pesos indexados al dólar y a la inflación. Y están dejando una bomba de deuda en pesos que no podemos ignorar como si no fuera un problema. Habrá que pensar muy bien cómo se resuelve y que sean soluciones de mercado. El déficit de 2020 fue el más grande en cincuenta años. Con lo cual, cuando tenés un déficit tan grande, tenés que tomar mucha deuda.
–¿O sea que ustedes no consideran que el gobierno de Macri haya endeudado a la Argentina en forma irresponsable?
- Esto es matemático: cuando hay déficit fiscal, hay endeudamiento. Y el gobierno de Macri arrancó con el déficit que le dejó Cristina de seis por ciento del PIB y lo fue reduciendo hasta el 0,4 por ciento de 2019. Por supuesto que hubo errores en cómo se hizo. Pero el problema lo generan los gobiernos que incrementan el déficit, como el de Cristina y el de Alberto. Si querés saber quién es el que más se endeuda, mirá quién es el que más déficit fiscal tuvo.
–¿Qué prevén que ocurrirá con el déficit fiscal hasta el final del mandato de Fernández?
–El kirchnerismo plantea las cosas con cierta esquizofrenia. Por un lado, dice que no quiere más deuda; y por el otro, generan unos enormes déficits fiscales. Dicen una cosa y hacen otra. Creo que si en estos dos años el Gobierno reduce el déficit fiscal en forma significativa, Argentina va a estar en una mucho mejor posición para no tener que endeudarse.
–¿Qué piensa sobre que el FMI esté ahora mirando las cuentas del país? ¿Considera que esto ayuda para la reducción del déficit?
–Los problemas de la Argentina son de los argentinos. Esa tendencia a pensar que vendrá alguien de afuera a resolvernos o a perjudicarnos no es así. A mí me dejó muy preocupado cuando los funcionarios actuales decían orgullosamente que no iban a hacer reformas de fondo. Yo lo entendería si estuviéramos en una economía que funciona sin inflación y sin el 40 por ciento de pobres. Pero acá estamos perdiendo todos los partidos. Hagamos cambios.
–¿Ustedes quieren liderar esos cambios que dicen que hacen falta?
–Ya el nombre de Juntos por el Cambio te lo dice: nos damos cuenta de que así no va. Nos hemos equivocado, hemos aprendido de nuestros errores. Hoy estamos mucho mejor preparados de lo que estábamos en 2015 para gobernar. Hubo un aprendizaje fenomenal y formación de gente. Y en el Frente de Todos no lo veo: el gobierno de Alberto en muchos aspectos es todavía peor de lo que había sido el de Cristina.Doctor en Economía y docente en EE.UU.

Nombre: 
Guido Sandleris.Edad: 51 años.Profesión: Licenciado en Economía de la Universidad de Buenos Aires (UBA).Actividad: En la actualidad trabaja como asesor principal de la Bolsa de Comercio de Córdoba, para la realización de un plan económico que será presentado al próximo gobierno.Función pública. Comenzó en 2000 como asesor del entonces ministro de Economía José Luis Machinea. En el gobierno de Macri fue secretario de Política Económica y entre 2018 y 2019 presidió el Banco Central de la República Argentina.Formación académica. Tiene una maestría en la London School of Economics y un doctorado en la Universidad de Columbia. Es docente en la Universidad Torcuato Di Tella y en Johns Hopkins University, de Estados Unidos. Realizó consultoría para el Banco Mundial, el BID y en bancos de inversión.