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Clarín
28/11/21

¿Por qué está desesperado el Banco Central?

Por Guido Sandleris

El profesor del MBA y las Licenciaturas en Administración de Empresas y Economía Empresarial escribió sobre las medidas del Banco Central para moderar la pérdida de reservas.


Frente del Banco Central de la República Argentina. Foto: Federico López Claro

Cada vez que le preguntan, el Ministro Guzmán asegura “No vamos a devaluar”. Pero es bien sabido que un Banco Central sin dólares no puede sostener el tipo de cambio. Es por eso que el equipo económico está cada vez más desesperado.

Una muestra de esta desesperación son las medidas que tomó esta semana el BCRA para moderar la pérdida de reservas: prohibió las ventas de pasajes al exterior (y otros gastos de turismo en el extranjero) en cuotas y obligó a los bancos a llevar su tenencia neta de dólares a cero. La primera de las medidas afecta principalmente a la clase media que difícilmente pueda pagar los pasajes o paquetes turísticos en el exterior en un solo pago. La segunda impacta en la capacidad del sistema financiero de cubrirse ante una devaluación.

Resultado fiscal primario.

Resultado fiscal primario.

Para entender la real dimensión del problema analicemos algunos números claves. Hoy, las reservas propias (reservas netas en la jerga económica) del BCRA son aproximadamente USD 5.500 millones, equivalentes a un mes de importaciones y menos de la mitad que los cerca de USD 13.000 millones que recibió la actual gestión al asumir en diciembre de 2019. Más preocupante aún, el BCRA perdió USD 5.000 millones en reservas propias desde agosto y se estima que para fin de año sólo quedarían USD2.500 millones.

¿Por qué está perdiendo reservas el BCRA? El primer motivo es estacional. Siempre que hay cepo, el semestre octubre-marzo es el más difícil: el BCRA pierde reservas porque escasean los dólares de las exportaciones del agro, crece la demanda de dólares por turismo y no llegan dólares financieros, por el propio cepo. Hacia fines de marzo, los dólares de la cosecha de soja y maíz traen cierto alivio.

Desequilibrio monetario

Desequilibrio monetario

Pero este verano el estrés cambiario se agrava por un segundo motivo, el déficit fiscal primario del último trimestre será el más grande de los últimos 30 años (2,1% del PBI, para un total de 3,4% del PBI en el año) y el año que viene el déficit también será alto según el Presupuesto que presentó el gobierno.

¿Qué tiene que ver el déficit fiscal con la pérdida de reservas del BCRA? Como el gobierno no tiene credibilidad, no le prestan para financiar el déficit, entonces lo financia emitiendo pesos. Así, en noviembre y diciembre habrá una avalancha de pesos (entre financiamiento al Tesoro e intereses de Leliq, el BCRA debe emitir poco más de 1 billón de pesos, casi un tercio de la base monetaria actual).

Las tasas de interés que fija el BCRA no compensan la inflación ni las expectativas de devaluación, por ello quedarse con los pesos es poco atractivo, la gente busca sacárselos rápido de encima. Lo hace de dos maneras: (1) comprando bienes y servicios —lo que reactiva algo la actividad económica pero también genera mucha inflación— y (2) demandando dólares — lo que presiona el dólar paralelo.

Como además el BCRA mantiene pisado el dólar oficial para, paradójicamente, contener algo de la inflación que genera con la emisión de pesos (sí, lo que hace el gobierno en este sentido es como pisar el acelerador y el freno a la vez), la brecha cambiaria (la diferencia entre el dólar paralelo y el oficial) crece.

La brecha acelera la pérdida de reservas del BCRA por dos caminos. Por un lado, porque el BCRA vende dólares en el paralelo para contener la cotización. Por el otro, porque cuando la brecha es grande, los exportadores comienzan a postergar la liquidación y los importadores adelantan todas las compras al exterior posibles. Menos dólares entran y más dólares salen.

En resumen, la combinación de políticas económicas que usó el gobierno para mejorar sus chances electorales —y que mantiene hasta hoy— es insostenible y peligrosa. El modelo de gastar, emitir y reforzar el cepo está dejando al BCRA sin reservas. Si no hay cambios de fondo, la economía caminará por la cornisa en los próximos meses y los riesgos de un accidente crecen.

El autor es economista, profesor de la UTDT y ex presidente del BCRA.


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