Di Tella en los medios
La Nación
29/08/20

Una nueva forma de habitar el territorio

Por Jorge Francisco Liernur

El profesor emérito de la Escuela de Arquitectura y Estudios Urbanos escribió sobre el efecto de la pandemia en el diseño urbano para el libro Pospandemia, una compilación de 53 ensayos con propuestas de especialistas en diversas áreas editado por el CEPE.

La Villa 31, en cuarentena por el Covid

La Villa 31, en cuarentena por el Covid Fuente: AFP - Crédito: Ronaldo SchemIdt

Las grandes epidemias del siglo XIX trajeron consigo la construcción del pensamiento higienista y, con ello, importantes transformaciones en la configuración de las ciudades, en la vida cotidiana, en la estética de los objetos y en las condiciones de vida de los más pobres.

La construcción de grandes parques urbanos a la manera del Central Park, la creación de grandes infraestructuras de agua potable y cloacas, las reglamentaciones en las alturas de los edificios o en las dimensiones de las ventanas, la definición del ancho de las nuevas calles fueron, entre muchos otros, algunos de los efectos acarreados por las ideas higienistas del siglo XIX en el urbanismo del siglo XX. [...]

En la actual pandemia se ha considerado el problema que supone la aglomeración urbana. Su puesta en cuestión no es nueva: hace dos siglos que es discutida por innumerables actores. Sin embargo, en el siglo XX ninguna ideología, ni peste, pudo contra las grandes metrópolis. ¿Esta vez les habrá llegado la hora?

Durante muchos años, la clave de la existencia de las metrópolis ha estado en el hecho de que eran los lugares de la superficie terrestre en donde se completaba con mayor velocidad el ciclo del capital a través de la producción, distribución, cambio y consumo de mercancías. Pero a partir de la globalización, esta concentración ya no sería necesaria. ¿Por qué motivo, entonces, han surgido nuevos centros metropolitanos de escala global como Singapur o Dubai, o se han expandido más aún tradicionales polos urbanos como Nueva York, Tokio o Londres?

Se ha sostenido que el crecimiento o la emergencia de esos centros se debe a que concentran las cabeceras globales o regionales de las grandes empresas. Pero las más grandes empresas tecnológicas de Estados Unidos no cumplen con esa condición: la cabecera de Facebook está en Menlo Park; la de Apple, en Cupertino; la de Google, en Mountain View. [...]

La sopa de murciélago de Wuhan se ha transformado en un mito. Cierto o no, el origen de la pandemia se ha instalado en el imaginario en la feria húmeda de esa ciudad y en el consumo de esos y otros extraños animales. Pero la idea de que ese origen tiene relación con la persistencia de un pasado oculto que en realidad se trata de lo contrario. El origen de la reproducción y transmisión de los virus no está en prácticas antiguas sino en el moderno e industrializado sistema de alimentación: son las grandes factorías de pollos o de cerdos, en las que conviven en un mismo sitio millares de animales, las que constituyen el más extraordinario vehículo de producción de las nuevas enfermedades.

Se dirá que para garantizar la alimentación de la creciente población mundial se necesita de la deforestación, de la expansión de monocultivos y de la producción industrializada de proteínas. Y es cierto. Pero esto es así porque el capital ha construido una sociedad organizada en grandes conglomerados urbanos, destruyendo los modos tradicionales o antiguos de relación de los seres humanos con la tierra.

La ilusión de capturar algunas migajas de los recursos concentrados en las grandes metrópolis llevó a millones de personas a abandonar los lugares donde han nacido, y con ellos, su historia, sus paisajes y sus afectos. Alrededor de las grandes urbes se construyen barriadas precarias, para las que una infinidad de instituciones financieras, gubernamentales y de la sociedad civil desarrollan políticas de lo que en el mundo anglosajón se conoce como slum upgrading. [...]

Las nuevas posibilidades tecnológicas permiten imaginar un mundo rural modernizado e integrado a los ciclos globales de información y producción en el que se articulen actividades agrícolas locales sustentables con las más avanzadas modalidades productivas y de servicios en escala internacional. Con éxitos y fracasos, numerosas experiencias de este tipo han sido realizadas en China, desde las experiencias a gran escala como la de la ciudad de Chengdu y su área rural hasta la construcción de universidades como la Academia de Arquitectura en las afueras de Hangzhou.

Las medidas de prevención a mediano plazo contra las amenazas que se ciernen sobre la humanidad deberían incluir una nueva forma de ocupación humana del territorio, en la que la pequeña producción local pueda abastecer directamente a una población distribuida de manera más homogénea en el planeta.

Arquitecto (UBA); investigador principal del Conicet

En POSPANDEMIA. Publicado por el Centro para la Evaluación de Políticas basadas en la Evidencia (CEPE), de la Universidad Torcuato Di Tella, Pospandemia compila 53 ensayos con propuestas de especialistas en diversas áreas: ciencia y educación; desarrollo social; economía y desarrollo productivo; desarrollo sustentable e infraestructura; nuevas tecnologías, medios y cultura, y Estado y gobierno. El libro se publica en formato digital y se distribuye de forma gratuita. Está disponible para descargar a partir de hoy en formato epub y PDF en el sitio web del CEPE: https://www.utdt.edu/listado_contenidos.php?id_item_menu=25278


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