Di Tella en los medios
Revista Noticias
22/08/20

Andrés Di Tella. “La autobiografía ilumina otras vidas”

Por Vicky Guazzone di Passalacqua

El director del Programa de Cine fue entrevistado sobre sus producciones cinematográficas y su relación con sus padres.


Incluso cuando habla de sí mismo, Andrés Di Tella habla de sus padres. Ese vínculo que siempre es fuerte per se, en su caso, es además motor de inspiración y fertilidad creativa. Fue, en los últimos años, su más fuerte desvelo, a la vez laboral y personal. El foco que lo llevó a filmar los documentales “La televisión y yo” (2002), “Fotografías” (2007) y el recién estrenado “Ficción privada” (disponible en www.mowies.com), donde recrea una porción de la vida de sus padres Kamala Apparao y Torcuato Di Tella, a partir de fragmentos de cartas. Apenas un retazo de existencia, lo que él llama “la punta del iceberg”, pero que permite que director y espectador pispeen por el caleidoscopio de sus propios recuerdos.

Creador del BAFICI, director del Programa de Cine del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella y productivo cineasta que incluso fue distinguido con la beca Guggenheim, Di Tella sin embargo transita su carrera con total perfil bajo, entretejiendo de a poco las redes de su material autobiográfico y acomodándose en un estilo sensible y cálido, de a ratos incluso vulnerable, que lo vuelve sumamente cercano al espectador. “La autobiografía es una forma de permitirle al otro iluminar y reflexionar sobre su propia vida de un modo que no suele permitirse”, razona.

NOTICIAS: Se le pone cada vez más autobiográfica la obra, ¿es consciente de eso?

Andrés Di Tella: Ya había hecho una película, “La televisión y yo” en la que la idea era contar cómo llega la TV a la Argentina. Pero eso me abocó bastante a la historia de mi propio abuelo, Torcuato Di Tella padre. Así que lo incorporé, y al final la película se trata de la relación de mi padre, Torcuato Di Tella hijo, con mi abuelo. Que fue conflictiva, porque mi viejo en cierto momento decide darle la espalda al destino que su padre había preparado para él al frente de la empresa familiar, Siam Di Tella. Se va a la India, hace otra vida y su propio camino. Y mi viejo dice que eso fue lo que a él como individuo lo salvó.

NOTICIAS: ¿Siente que su padre hizo el esfuerzo por no transmitirle ese mandato?

Di Tella: Sí. Él era siempre muy cuidadoso de no imponernos cosas, pero inevitablemente lo hizo. Era sociólogo, yo me puse a hacer documentales, que si querés es una forma de la sociología. Uno igual hereda de ambos padres, y hay también mucho de mi madre, que era psicoterapeuta y muy de vanguardia. Trabajó con Ronald Laing, que era el pope de la antipsiquiatría en los '60 y '70. Creo que tomé algo de la escucha, la observación y la empatía de mi madre, y lo combiné con esa necesidad de entender y explicar las cosas, más intelectual, de mi papá.

NOTICIAS: ¿Notaba que sus padres eran una pareja distinta para la época?

Di Tella: Eso no lo viví tanto, porque fue más fuerte en una etapa anterior, hacia los años 50. Se conocieron en el 51, en Estados Unidos, haciendo trabajo social en California. En esa época, una pareja de una persona blanca y una no blanca era bastante controversial. Fue recién en el '55 que Rosa Parks se negó a ceder su asiento de autobús a un blanco y empieza el movimiento por los derechos civiles. Hasta ese momento e inclusive mucho tiempo después era como automático que una persona no blanca era inferior. A la vez, mi vieja ya daba por sentado que los blancos eran racistas, porque ella era hindú, así que no la afectaba. Para mi viejo tal vez era más incómodo, porque era una persona blanca acostumbrada a entrar a cualquier bar u hotel sin problemas y de pronto las respuestas eran: “No, no hay lugar”. De hecho, para mí también fue raro porque en Argentina de chico no tenía noción de eso, y cuando nos fuimos a Inglaterra empecé a recibir insultos y no sabía por qué. Era incómodo porque no tenía una identidad hindú como podía tener mi madre.

NOTICIAS: ¿Cuánto le costó emocionalmente hacer esta película?

Di Tella: Mi viejo me dio esas cartas hace más de 20 años. En ese momento las hojeé, pero era como sentir que de algún modo ella estaba viva, porque le escribía a mi padre y le pedía cosas o hacía planes. Eso me quitaba el aliento, porque cómo puede ser que una persona que está tan viva acá no lo esté en la vida real. Pero cuando murió mi papá, hace casi tres años, me acordé de la carpeta que me había dejado, y con bastante determinación pensé que las tenía que ver. A través de la muerte de mi papá quise entender quiénes habían sido ellos de verdad.

NOTICIAS: ¿Cómo quedó después de todo el proceso? 

Di Tella: Es muy poquito lo que conté, las cartas son apenas una mínima porción. Por eso me refiero siempre a la punta del iceberg, donde como espectador te tenés que imaginar el resto de la vida de mis padres, que es el bloque gigante de hielo que llenás con tus asociaciones, tus sentimientos, tus miedos. Si eso es terapéutico para mí? creo que sí. Soy bastante freudiano, y él dice que somos esclavos a veces de ciertas narrativas heredadas sobre la vida o la relación con nuestros padres, y parte del objetivo del psicoanálisis es liberarnos de ellas. O en todo caso, verlas como narrativas, que no necesariamente son la verdad. Esas cartas eran como radiactivas, y al usarlas en una película empiezan a ser como uno más dentro de los materiales que uso como vehículo para llegar a las emociones.


NOTICIAS: ¿Le interesaba dar a conocer la figura de su madre? En Argentina cuando se habla sobre “la mujer de Torcuato Di Tella”, la mayoría piensa en Tamara.

Di Tella: No lo pensé así. Marta Minujín, que era quizás la mejor amiga de mi mamá, me dijo que no le hice justicia aún. Que le gustó la película y se emocionó, pero que Kamala había sido la persona más extraordinaria que había conocido en su vida. Y lo dice alguien que fue amiga de Andy Warhol.

NOTICIAS: ¿Y leyó el libro que Tamara publicó el año pasado sobre sus años con Torcuato?

Di Tella: Lo miré, no lo leí en detalle. Justo estaba haciendo la película y es otra historia muy distinta, entonces preferí no leerlo.

NOTICIAS: ¿Le fue difícil crecer con el apellido Di Tella?

Di Tella: En un momento sí. Había una paradoja, porque estaba asociado a una familia adinerada y la verdad es que por todas estas cosas que hizo mi viejo de crear el Instituto Di Tella y la universidad y no dedicarse a la empresa familiar, la realidad económica no era de riqueza. Vivimos razonablemente, ¡pero tenemos que trabajar! Eso quizás me pesó, porque me veían como un cheto y encima no lo era (ríe). Después empecé a entender lo que había hecho mi viejo, y con el tiempo empieza a ganar el orgullo, porque hay tanta gente que me cruzo en la vida que me habla de él y su generosidad?

NOTICIAS: ¿Cuánto comulga con las ideas políticas de su papá?

Di Tella: Siempre es como ñoño decir que estoy de acuerdo, pero tengo que reconocer que sí, que me sirve de guía para entender mucho de lo que pasa hoy. Él tenía una visión muy realista de la política, nunca fue peronista aunque fue ministro de Néstor y embajador de Cristina Kirchner. Él pensaba que el peronismo era la socialdemocracia argentina. Cuando los radicales decían que ellos eran los socialdemócratas, les exigía ver sus sindicatos. Eso también es una forma de ver las cosas que no es muy típica. Los sindicatos suelen tener mala fama para mucha gente, sin embargo son la esencia de un proyecto socialdemócrata, progresista. Creo que un poco por estas ideas fue que en su momento lo llamó Néstor para hacer un libro juntos. Porque de hecho papá fue de los únicos que dijo que podía llegar a ser presidente cuando todavía era un desconocido. No es que sea kirchnerista, pero sí entiendo el movimiento de mi viejo y comparto un poco la misma simpatía. No será perfecto, pero es lo que hay. Y hay que hacer política con lo que hay.

NOTICIAS: Habla mucho de la historia de amor de sus padres. ¿Y la propia? 

Di Tella: Con Cecilia estamos juntos hace 30 años, nos conocimos por amigos en común. De pronto hubo un beso en una plaza y las cosas cambiaron. En ese momento me habían contratado de la TV Pública en Estados Unidos para ir dos años a Boston. La relación recién empezaba, pero le pregunté si se vendría conmigo y se subió. Compartimos muchas cosas, ella también me ayuda con las películas, es novelista y organizadora de eventos culturales. Y somos papás de Lola, de 14, y Rocco, de 22.

NOTICIAS: Llegó al final de una trilogía. ¿Y ahora? 

Di Tella: Estoy trabajando en tres proyectos. Uno es grabar unos diarios con el celular. Otro es un trabajo experimental sobre Borges a partir de lo que me inspira, que está en vías de escribirse. Y tengo otro proyecto sobre La Pampa como región y como idea de argentinidad. Una especie de idea un poco olvidada, pero que durante muchos años fue la esencia del país.

NOTICIAS: Y tal vez algún día, el proyecto de su mamá.

Di Tella: Tal vez, para darle el gusto a Marta. O si no, ¡haré uno sobre Marta!


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