Di Tella en los medios
El Cronista
8/04/20

Reconversión, golpe, renuncia o juicio político: 4 escenarios posibles para Bolsonaro

El profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales reflexiona sobre los probables desenlaces de las fuertes tensiones políticas que sufre Brasil.


Crédito: Reuters.

Como si no fuese suficiente con una pandemia inédita y las complicaciones económicas que conlleva, en Brasil la política parece dispuesta a complicar la situación. Desde la aparición de la amenaza sanitaria el surrealista presidente Jair Bolsonaro desplegó una estrategia tan curiosa como peligrosa: desmerecer la severidad del asunto, desconocer a la opinión científica e incluso desafiar la suerte convocando movilizaciones callejeras. Ante lo delicado del cuadro, los actores políticos brasileños decidieron aislar al mandatario y desobedecerlo abiertamente, empezando por el Ministro de Salud Luiz Henrique Mandetta.

La crisis política subsiguiente incluyó un intento fallido de despedir al ministro (quien recibió el apoyo de los líderes parlamentarios) y una conferencia de prensa de Mandetta donde directamente desautorizó a su jefe.

A la vez, los gobernadores desoyeron a Bolsonaro y llevaron adelante cuarentenas en sus distritos. El actor militar, importante en la coalición gobernante, también parece abandonar al mandatario.

Como resultado de estas tensiones, hace unos días circuló una versión de que en Brasil había habido un golpe de Estado. Aunque esto no es correcto y Bolsonaro sigue en la Presidencia, el escenario sigue siendo muy delicado. A continuación planteo algunos posibles escenarios futuros hacia donde pude dirigirse la situación:

  • Reconversión. Aunque parece difícil que Bolsonaro admita un error, podría ocurrir que advierta que su comportamiento actual pone en jaque su gobierno. Así, hace un giro y enfrenta la pandemia con medidas similares a las de otros Estados. Una variante es que toma un rol secundario y deja que Mandetta y los gobernadores lleven adelante las políticas sanitarias pero sin obstaculizarlas. Esta solución “normalizaría” la situación.
  • Quiebre constitucional. ¿Puede haber un golpe de estado en Brasil? Efectivamente, creo que el quiebre del orden constitucional es una alternativa lamentablemente presente en el escenario brasileño. Por supuesto, no a la vieja usanza: es altamente improbable que veamos aviones militares bombardeando Brasilia. Aún así, como han señalado los analistas Andrés Malamud y Leiv Marsteintredet, hay nuevos tipos de quiebres al orden constitucional. Una alternativa, pues, es militares (con eventual apoyo de legisladores y gobernadores) forzando la renuncia de Bolsonaro como resultado de la combinación de la crisis sanitaria y el comportamiento del Presidente. Es un escenario muy similar al golpe de Bolivia en 2019. A su vez, la posibilidad de que sea Bolsonaro el que quiebre el orden constitucional (forzando un “autogolpe”) es muy baja dada la baja popularidad del mandatario entre los actores políticos.
  • Renuncia. Otra posibilidad, algo más remota, es que Bolsonaro no modifique su comportamiento pero ante la pérdida irremediable de poder y su total aislamiento decide dar un paso al costado para ubicarse como una víctima ante sus seguidores, incluso buscando su “17 de octubre”.
  • Juicio político. Una opción posible dado el escaso apoyo parlamentario que posee Bolsonaro y la eventual justificación de “mal desempeño”, si el coronavirus genera un desastre. Este escenario se ve dificultado, al menos por el momento, por tres elementos: en primer lugar, el Presidente goza aun de ciertos niveles de popularidad entre la población. En segundo lugar, parece haber cierta renuencia de la clase política brasileña de atravesar este escenario a solo cuatro años de hacer lo propio con Dilma Rousseff. En tercer lugar, esta opción implica hasta el 1 de enero de 2021 la celebración de nuevas elecciones (ya que no se atravesó la mitad del mandato), lo cual es desaconsejable en este contexto. Todos los atenuantes a esta opción podrían desaparecer en el futuro, sobre todo si la crisis empeora.

Sería deseable que ocurra el primer escenario. Esto sería señal de que primó alguna cuota de racionalidad, tan ausente en estos tiempos por Brasilia.