Di Tella en los medios
Clarín
7/04/20

Después del COVID-19, ¿cuál será la nueva normalidad en las ciudades?

Por Soledad Guilera

La directora ejecutiva del CEPE reflexiona acerca de la necesidad de establecer nuevos parámetros de orden social pospandemia.


Ciudad vacía por la cuarentena obligatoria. Diagonal Norte con el Obelisco de fondo. Foto: Fernando de la Orden.

En algunas semanas volveremos al trabajo, a la escuela y a la universidad. Volveremos a reunirnos en restaurantes, teatros y estadios deportivos. Pero es improbable que volvamos al mismo orden previo a la cuarentena. El COVID-19 trajo aparejadas disrupciones que van a cambiar nuestras ciudades para siempre. Después de la pandemia, vamos a tener que construir una nueva normalidad.

Para empezar, el coronavirus forzó a una digitalización acelerada de gran parte de nuestras actividades. Después de la cuarentena, ¿volveremos a ir al supermercado con la frecuencia con la que asistíamos antes? ¿se instalará la dinámica remota como nueva forma de trabajar?¿cuántas reuniones estamos descubriendo que podrían haberse resuelto en un email o una video-llamada?

La infraestructura digital está teniendo un rol central en la gestión de la pandemia. En China, las empresas tecnológicas están ayudando al gobierno a rastrear el COVID - 19 a través de una encuesta vía una app de pago electrónico que envía como resultado códigos QR de diferentes colores para establecer el nivel de salud de las personas. De esta manera quienes tienen código rojo deberían estar en cuarentena de 14 días, amarillo de 7 días y verde circulan libremente. Esta información permite tener un mapa en tiempo real del estado de salud de la población y un mayor nivel de monitoreo de la circulación de las personas. La aceleración del cambio tecnológico permite integrar nuevas herramientas que pueden revolucionar la gestión urbana en términos de prevención y monitoreo de la evolución de las enfermedades.

Las ciudades van a tener un rol central para establecer las nuevas formas de operar de manera más descentralizada en entornos densamente poblados. En un mundo donde las pandemias y los eventos climáticos extremos se vuelven moneda corriente, debemos repensar el manejo de la densidad urbana y cómo prepararnos para funcionar socialmente distanciados.

Será necesario entonces revisar los aspectos asociados a la infraestructura física y la movilidad en las ciudades. En espacios como aeropuertos, estadios, teatros y centros de convenciones será clave incorporar controles de temperatura, señalética para promover el distanciamiento social e inclusión de máscaras y desinfectantes. También, se necesitarán cambios en el diseño de las estaciones de transporte público y en la redisposición de los asientos en los medios de transporte para que mayor espacio colabore a evitar la propagación de enfermedades. Asimismo, calles y ciclovías pueden requerir también modificaciones y habrá que revisar los programas de movilidad compartida para asegurar las condiciones de salubridad e higiene de vehículos, motos y monopatines.

Ninguna pandemia, desastre natural o peste ha eliminado "la ciudad" o la necesidad de la humanidad de vivir y trabajar en aglomeraciones urbanas. La concentración de personas y actividades económicas de las ciudades es una de las principales fuerzas motoras para la innovación y el crecimiento económico. Pero las pandemias sí producen disrupciones que pueden propiciar cambios irreversibles a nuestras estructuras sociales y económicas. Las medidas que tomen hoy los dirigentes serán centrales para establecer los nuevos parámetros del orden social post-COVID-19.