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América TV
13/02/20

"El jetlag social responde a un desajuste del sueño entre los días hábiles y los fines de semana"

Por Antonio Laje

María Juliana Leone, integrante del Laboratorio de Neurociencia, explicó cómo los hábitos nocturnos de los adolescentes impactan negativamente en su rendimiento académico, según surge de la investigación que publicó en la revista Nature Human Behaviour.



María Juliana Leone, integrante del Laboratorio de Neurociencia, fue entrevistada en Buenos días, América por Antonio Laje sobre las conclusiones de la investigación que esta semana publicó en la revista Nature Human Behaviour sobre el efecto del sueño en el rendimiento escolar.

“La cronobiología es el estudio de los ritmos biológicos. Como seres vivos tenemos variaciones en nuestro funcionamiento y rendimiento. En particular, los más importantes son los ritmos diarios o circadianos. Básicamente, nuestra fisiología, nuestro funcionamiento, cambia a lo largo del día", explicó Leone.

Explicó que el nombre del jet lag social proviene del jet lag de los viajes transmeridianos. "El jetlag social se produce porque el horario de nuestro sueño cambia entre los días hábiles y los fines de semana. En los fines de semana uno puede dormir en los horarios que uno elige, aquellos más adecuados a los horarios internos. Mientras que en los días hábiles, hay que adaptarse a los horarios de la sociedad", distinguió.  

Leone definió al "cronotipo" como el horario interno que marca el reloj biológico que cada uno tiene en el cerebro. "Ese horario interno, si bien es parecido en las distintas personas, tiene diferencias", dijo, y precisó que esas diferencias determinan que algunas personas sean más matutinas, o "alondras", y otras más nocturnas, o "búhos". Leone califica a los adolescentes de "búhos". "En la adolescencia todos nos vamos convirtiendo progresivamente más nocturnos. Y luego del final de la adolescencia, nos volvemos más matutinos", describió.

También explicó que con el jetlag social ocurre como con el transmeridiano: cuanto mayor sea la diferencia en el desajuste, mayor se tardará en adaptarse. Y cuando por fin el organismo se está adaptando, vuelve a cambiar por la llegada del fin de semana.

Consultada sobre cómo este desfase repercute en cuerpo, dijo que distintos trabajos demuestran que el jetlag social está relacionado con distintos problemas de salud, metal y física, además de somnolencia diaria y menor rendimiento cognitivo y académico.

En cuanto al horario de ingreso de los chicos al colegio, explicó que también existe un desajuste con los hábitos de los adolescentes: “Nosotros estudiamos el turno mañana, que ingresa a las 7.45. Encontramos que los chicos duermen muy poco y tienen altos niveles de jetlag social. Los alumnos de 5° año duermen, en promedio, menos de seis horas".

Por fin, fue interrogada sobre las claves para dormir mejor. “Hay que dormirse siempre a la misma hora y dormir la cantidad de horas adecuadas, que en adolescentes es mínimo ocho horas y en adultos siete", dijo, y explicó que la Academia Nacional de Pediatría de EEUU recomienda que los alumnos secundarios no ingresen antes de las 8.30 de la mañana. Sin embargo, aclaró que dado que la sociedad argentina tiene sus particularidades de usos y costumbres, también está en curso una investigación a nivel local: Crono Argentina, que busca estudiar cómo, cuándo y cuánto se duerme en nuestro país. Cualquier persona puede participar a través de la web www.cronoargentina.org, donde se completa un cuestionario relacionado con hábitos de sueño.