Di Tella en los medios
Télam
2/12/19

Las protestas revigorizaron al campo popular y polarizaron más al país, según un analista

Pablo Ospina, historiador y analista ecuatoriano, participó como exponente del seminario “Los retos y dilemas de la democracia en América Latina”, organizado por el Dpto. de Ciencia Política y Estudios Internacionales conjuntamente con el German Institute of Global and Area Studies (GIGA) y la revista Nueva Sociedad. El historiador fue entrevistado por Télam acerca de la crítica situación sociopolítica ecuatoriana.

El historiador y analista de Ecuador, Pablo Ospina, señaló que las masivas manifestantes que pusieron en jaque a su país en octubre pasado abrieron un contexto pre electoral de polarización con fragmentación que podría terminar "en el peor escenario posible", con un balotaje entre la derecha más dura y el correísmo -con una muy posible victoria del primero-, o con una coalición de centroizquierda que incluya al movimiento indígena.

"En los años 90, la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador (Conaie) irrumpió como el polo aglutinador de todas las fuerzas sociales que se oponían al ajuste estructural y a las políticas neoliberales. Perdió ese rol en los años 2000, por varios factores, entre ellos que las políticas neoliberales, como las privatizaciones y el alza de los precios de servicios, se detuvieron con (el ex presidente Rafael) Correa. En octubre pasado, volvió a recuperar esa función aglutinadora", explicó.



Ospina, de paso por Buenos Aires para participar de la conferencia Los retos y dilemas de la democracia en América latina realizada en la Universidad Torcuato Di Tella, describió para Télam el escenario político y económico que dejaron las protestas de octubre, que obligaron al gobierno de Lenin Moreno a dar marcha atrás con una medida central para cumplir con la política fiscal demandada por el Fondo Monetario Internacional (FMI).

"Tenemos una polarización con fragmentación a tres bandas: el correísmo, la derecha con el ex alcalde de Guayaquil Jaime Nebot a la cabeza, y la Conaie", describió el docente de la Universidad Andina Simón Bolívar e investigador del Instituto de Estudios Ecuatorianos de cara a las próximas elecciones presidenciales de febrero de 2021.

"El gobierno tuvo una estrategia de comunicación basada en culpar al correísmo de las manifestaciones y acusarlo de desestabilización y golpista. Pero el correísmo no tuvo mucho peso en la movilización y, además, era claramente distinguible de la Conaie y las fuerzas que se movilizaron con ella. El correísmo proponía adelantar elecciones o la renuncia del presidente. En cambio, la Conaie mantuvo siempre la única consigna de derogar el decreto de aumento de precio de los combustibles", detalló.

"El correísmo quedó aislado políticamente, pero eso no significa que no pueda aprovechar, no tanto la protesta, sino el desgaste del gobierno de Moreno", continuó.

Sin embargo, Ospina destacó que el correísmo fue un "movimiento mucho más tecnocrático" que popular y, pese a que intentó crear movimientos organizados propios, "fracasó completamente".

"Las estructuras que fue creando hoy casi no existen, son muy débiles", explicó.

El campo popular organizado, en cambio, volvió a ser aglutinado por la convocatoria a salir a las calles y bloquear parte del país de la Conaie y volvió a mostrar que es una fuerza, política y electoralmente considerable.

"El movimiento indígena no quiere entrar en este momento en el debate electoral, pero a mediados del año próximo hay que definir alianzas y candidaturas. La gran pregunta es qué tan amplia puede ser la coalición electoral que el movimiento indígena construya", aseguró el historiador.

"Hay muchas tendencias dentro del movimiento indígena -aclaró-: una sostiene que el candidato debe ser indígena y eso podría reducir el arco de apoyos, y otra más amplia que permita copar el centro político desde la izquierda".

Para Ospina, con la crisis de octubre "el centro político quedó vacío" y, de cara a las próximas elecciones, tanto la derecha como la izquierda buscarán ocuparlo. La gran incógnita, destacó, es quién lo logrará.

"Este es un gobierno cuyo mayor mérito será llegar hasta el final", señaló el historiador para dejar claro que la derecha competirá con otros candidatos. Uno de los nombres que más suena es Nebot.

"Nebot fue muy hábil durante las protestas de octubre. Dejó en segundo plano la discusión sobre las medidas económicas y el apoyo al gobierno y centró su discurso en la necesidad de imponer el orden frente a la anarquía, proteger a Guayaquil y las ciudades frente a los que describía como vándalos, delincuentes y terroristas", recordó Ospina.

"Este discurso puede conseguir el 25 o 30% de los votos, aunque no se sabe es si va a ser completamente captado por Nebot. Pero también hay que pensar con 20 o 25% de los votos se llega a segunda vuelta. Correa, sin ser él el candidato, puede tener el 20% de los votos y con una buena campaña y un buen candidato, quizás un poco más. Con eso los dos llegan a segunda vuelta", explicó.

"Los dos provocan mucho rechazo, pero en una hipotética segunda vuelta va a ganar Nebot. El rechazo a Nebot es más antiguo y afecta a un electorado más viejo, mientras que el rechazo a Correa es de un electorado más joven y es más reciente, fresco y amplio", continuó

"Ese, en mi opinión, es el peor escenario posible. La pregunta es si la Conaie va a poder poner el otro 20% y disputar un lugar en la segunda vuelta. No es fácil el escenario que tiene enfrente la Conaie pero tiene muchas más oportunidades de llegar a ese 20% que hace dos meses", concluyó.