Darío Judzik: "El crecimiento económico y la formalidad laboral es la mejor manera de atacar la pobreza y la desigualdad a la vez"

Darío Judzik, director de Formación Ejecutiva de la Escuela de Gobierno e investigador asociado al CEPE, fue entrevistado por Luciana Vázquez en “La Repregunta” (LN+) acerca de la situación de desigualdad y pobreza en Chile y su comparación con nuestro caso local. Judzik sostuvo que “la situación chilena es bastante distinta a la argentina”.

De acuerdo con Judzik, la situación chilena “tiene una duplicidad”. “Hay algunos gráficos que muestran una curva de crecimiento del PBI per cápita muy impresionante durante los últimos 25 años de manera contínua, y a su vez, muestran que la desigualdad sigue siendo muy alta”, explicó.

“En Chile, el índice de Gini, el indicador más conocido para medir la desigualdad, se encuentra aproximadamente a la mitad de la tabla, pero viene de alrededor de 0.57 lo cual es alto. Por otro lado, la Argentina tuvo un pico de 0.5 durante la crisis de 2001-2002, pero tradicionalmente se posiciona en 0.4”, comentó Judzik comparando la desigualdad chilena y la argentina.

Al ser consultado sobre las principales variables que afectan la desigualdad, Judzik sostuvo: “Todo influye en la desigualdad, principalmente el dinamismo del mercado de trabajo. Un mercado dinámico e inclusivo es el mejor motor para un crecimiento económico con inclusión”.

“Entre Chile y Argentina hay grandes diferencias, pero también algunas similitudes”, señaló el investigador. “Al igual que el mercado laboral argentino, el chileno tiene mucha informalidad. Es un mercado segmentado o dual. La realidad laboral de la gente que vive en la informalidad, sin contratos ni protección vive vidas muy distintas que la gente que sí lo está”, comentó.

Por otro lado, agregó: “En Chile persisten rasgos de etnicidad y de separación demográfica de  poblaciones por pertenecer a pueblos originarios o por cuestiones étnicas. Eso no se encuentra en el mercado laboral argentino”.

En línea con estas diferencias, Judzik apuntó: “Otra diferencia es la acumulación de la riqueza. En Argentina, la concentración de la riqueza es menor que en Chile. Principalmente, creo que se debe a las instituciones de protección laboral, los sindicatos y la negociación colectiva. Si bien muchas veces los economistas resaltamos estas instituciones como un impedimento para la productividad, en Argentina han generado un colchón social para no llegar a las tensiones que hoy vemos en Chile”.

Finalmente, Judzik se refirió a la diferencia entre pobreza y desigualdad. “El modelo argentino supo dotarse de sindicatos, negociación colectiva, convenios de trabajo, entre otras cosas, que, aunque son anticuados y requieren refomarse, nos han dotado de un tejido social más rico y nos han ayudado a preservar los valores democráticos”, sostuvo.

“Hay que priorizar los dos caminos: un nuevo mercado de trabajo dinámico y robusto. (...) El crecimiento económico robusto, con la incorporación de gente del mercado de trabajo que se encuentra en el mercado informal, es la mejor manera de atacar la pobreza y la desigualdad al mismo tiempo”, concluyó.