Di Tella en los medios
Apertura revista
4/11/19

De la empresa al aula

Por Yesíca Brumec

¿Qué motiva a los ejecutivos a dedicarse a la docencia? En el marco de su especial "Posgrados 2020", Apertura Revista consultó a una serie de empresarios que hoy se dedican a la docencia en cursos de posgrado. Entre ellos se encuentra el caso de Diego Dzodan, uno de los empresarios más destacados en toda Latinoamérica que hoy dicta clases en el MBA de la UTDT.

Qué les aporta a estos número uno, ejecutivos y docentes, articular la academia con la práctica real. Qué los motiva a hacerlo y cómo coordinan sus agendas. El desafío de captar la atención de los alumnos.

A pesar de sus agendas cargadas, son varios los directivos de empresas que dan clases en universidades. ¿Qué les aporta a los alumnos articular la academia con experiencias de la práctica real y por qué, coinciden estos empresarios y docentes, son ellos los más beneficiados en el intercambio? "Uno aprende más cuando enseña que cuando estudia", afirma Miguel Kozuszok, quien fue CEO de Unilever para Latinoamérica hasta mediados de este año y dicta clases en el MBA de la UBA a la vez que colabora en materias de Administración de carreras de grado. "La docencia te obliga a profundizar y la interacción con los alumnos es muy rica. Son muchas visiones distintas que te generan inputs o dudas, vas descubriendo cosas nuevas para responder interrogantes y también te surgen otros a vos mismo”, detalla.



Egresado de la UBA, el ejecutivo ya había dado clases desde 1986 a 1990. Años después, volvió de una experiencia laboral en el exterior y reconectó con el mundo académico. Desde 2009 dicta la Cátedra Abierta Empresaria junto con Alberto Abad, Eduardo Becher (exBDO), Jorge Ader (Grupo Tasa) y Luis Schvimer (exGrupo Prisma). “Tengo una deuda eterna con la universidad, que no voy a poder pagar nunca, que es haber estudiado gratis”, afirma Kozuszok y comenta que en la docencia encontró "la forma de continuar apoyando a la universidad, de sostener la educación publica”. Consultado sobre las dificultades para articular las horas que demanda, Kozuszok es claro: “Siempre hay mucho tiempo para muchas cosas. En paralelo a mi carrera de CEO, continué como productor musical y profesor porque me interesa".

Pablo Plá dirige Ingredion y dicta clases de Estrategia Empresarial en la Universidad del Salvador y en la Austral. Comparte la visión de la docencia como aporte social. “Hace unos ocho o 10 años sentí la necesidad de volver a la universidad, a ver si podía colaborar con la enseñanza para devolver algo a la sociedad, transmitir la experiencia y sumar mi granito de arena para formar mejores profesionales en el área de Ciencias Económicas”, afirma Plá y cuenta que cuando le ofrecieron dar clases se tomó no menos de seis meses para preparar la materia. “Ser profesor me permite actualizarme de una forma constante”, asegura. "Consulté en papers de universidades de todo el mundo, revisé bibliografía y me lo tomé muy en serio, no solo para brindar mi experiencia ejecutiva, sino para articular con el estado del arte en términos conceptuales y académicos", dice Plá y comenta que comenzará a dictar clases de posgrado en 2020.

En el proceso, el directivo asegura que reconocer sus propias falencias fue ineludible. "Te juntás con 30 alumnos, muchos de ellos muy motivados, planteás un tema y al discutir vienen preguntas muy interesantes que a lo mejor te hacen repensar algo que creías que conocías muy bien. Y no. Me di cuenta de que yo mismo tenía muchos gaps", asegura y comenta que, en muchos casos, los contenidos le sirven para mejorar su propia práctica empresarial.

Otro caso es el de Diego Dzodan, quien fue número uno de SAP y de Facebook para Latinoamérica, hoy dirige Faci.ly y da clases en el MBA de la Di Tella. Su mayor impulso para enseñar también radica en hacerse cargo de su rol en la sociedad: "Hace dos décadas volví al país y me dije ‘Tengo una bolsa de conocimientos de vanguardia del mundo, tengo que hacer algo con esto’”.

"Soy muy agradecido con los profesores. Tuve mucha suerte tanto en la secundaria, en la universidad y después en Harvard, donde estudié un máster”, cuenta Dzodan y continúa: "Vengo de clase media, mis papás no terminaron la secundaria pero siempre me insistieron con el estudio, tuve el privilegio de tener los profesores que tuve y eso me genera responsabilidad".

El empresario resalta que al dar clases de Comportamiento Organizacional descubrió cómo el intercambio que se daba en el aula lo modificaba a la par en su trabajo corporativo. “El nivel de las discusiones es espectacular y también lo es el desafío de pensar en vivo y en directo preguntas, casos, charlas. Quizás después te das cuenta de que tenés la mitad de las respuestas”, afirma Dzodan y concluye: "No sabemos lo que no sabemos. Si partís de ese agujero, eso te lleva a pensar diferente”.
En la misma línea, Alberto Patrón, CEO de Condor Technologies y docente de la Licenciatura en Administración y Sistemas del ITBA, coincide: "El punto es que nunca llegaste y siempre hay algo por aprender”. Profesor hace más de 20 años, la docencia para Patrón tiene que ver con la vocación.

"Cuando das una clase y sentís que los estudiantes estuvieron entretenidos y preguntaron, ves que vale la pena y está bueno para entender cuáles son los temas que les interesan a las distintas generaciones”, comenta y asegura que cada hora de clase lleva unas siete de preparación previa. Patrón también dicta un curso de Informática para la ONG Programa Empujar, que forma a alumnos de 5° año del secundario de zonas vulnerables para que adquieran capacidades blandas para primer empleo.

Contacto con la realidad José Demicheli fundó ADBlick Agro hace 13 años y hace 21 que da clases. Fue docente en la UBA y ahora en el IAE enseña Prácticas de Management, materia donde se conjugan todas las herramientas que van volcadas al proyecto de tesis. "Hay una motivación de trascendencia: darles herramientas a mis alumnos para que puedan crecer y ser hombres y mujeres de negocios”, afirma y agrega: “Aparte, la paso bien y aprendo todo el tiempo; es un ámbito de excelencia con alumnos de América latina”. El empresario destaca que otro beneficio que se da al enseñar y dirigir una empresa al mismo tiempo es el de seleccionar talentos de primera mano. “Cuatro de mis exalumnos trabajan conmigo”, comenta. “Una cosa es conocer a una persona en una entrevista de 40 minutos y otra es tenerlo como alumno o alumna un cuatrimestre”, coincide Kozuszok y agrega: “Cuando enseñaba en carrera de grado y terminaba el curso, sabía que había dos o tres personas que me interesaban".

“Transmitir vivencias y experiencias de tu vida profesional suele ser una de las cosas que más valoran los participantes y uno siempre puede aprender algo nuevo”, afirma Luis Merle, director del Posgrado en Finanzas de la Escuela de Negocios de la UCA, docente de Evaluación Integral de Proyectos y gerente General de Paramount Grúas.

En cuanto a qué le aporta a los estudiantes tener como profesor a un dirigente de empresa, Kozuszok responde: “El contacto con la realidad. Cuando hablo de diferentes tópicos profesionales, lo hago sobre la base de eventos que tuve que resolver”. Y ejemplifica que durante las crisis económica de 2002 elaboró contenidos sobre “Estrategia en tiempos de crisis” y generó casos de estudio para diferentes soluciones.

“Llevás el contenido que se aceleró ahora, que quizás por el canal académico tradicional llevaría 10 años para que esté delante de los alumnos”, afirma Dzodan y comenta que este año mantuvo la mitad del material que venía trabajando y la otra mitad la abordó a partir de vías más descontracturadas, como casos de empresas y podcasts.

“Es mutuo. La docencia también pone al ejecutivo en el mundo real”, reflexiona Patrón y cuenta que un signo de época en las aulas es la sobreinformación y la competencia por la atención de los alumnos: “Ver qué mensaje relevante les puedo dar es otra motivación, y tratar de aplicar lo que a mí me gustaba cuando era alumno. Hoy en Internet conseguís todo y mi pregunta es qué puedo dar yo de diferente”. Por su parte, Plá destaca que también trabaja sobre el tema e incorporó el uso del celular en la dinámica de sus clases: "Valoro mucho el contacto con gente joven y el desafío que me planteo es cómo mantenerlos motivados”.

“Creo que no hay nada que genere más pasión que un aula con gente entusiasta e interesada por crecer. Las posibilidades de transmitir y aprender son un desafío constante”, afirma Merle y concluye: “El día que deje de sentir cosquillas en el estómago antes de entrar al aula será el día en que deje de dar clases".

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