Di Tella en los medios
La Nación
18/09/19

Estanislao Bachrach: “En mi equipo somos más fanáticos del compromiso que del talento"

Por Lucila Lopardo

El profesor plenario de la Escuela de Negocios UTDT fue entrevistado por José del Río en la cuarta edición del “Summit de Recursos Humanos” de La Nación acerca del talento, cómo se trata el tema desde la ciencia y qué se debe hacer para estimular a un equipo de trabajo para lograr resultados.

"Es una profesión del futuro”, respondió entre risas Estanislao Bachrach cuando José Del Rio, secretario general de Redacción de la nación, le preguntó sobre su profesión: biólogo molecular. A su PhD en la materia, Bachrach le sumó un MBA y un máster en Coaching Deportivo de Alto Rendimiento, porque le gustan mucho los deportes. Hoy, profesor full-time de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella, contó qué es el talento, cómo se trata el tema desde la ciencia y qué se debe hacer para estimular a un equipo de trabajo para lograr resultados.

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-Si analizamos a las empresas como si fueran personas, ¿existen empresas talentosas o habilidosas?

-Desde la ciencia, la definición de talento es aquella cosa que la ciencia no puede explicar. Hay gente que tiene talento, sí. ¿Por qué? No lo sabemos. Yo soy bastante enemigo del talento, está muy sobrevaluado. Sobre todo, porque hay muy poca gente que tiene talento. La pregunta es qué pasa con los que no tienen talento, que, en general, son el 85% o 95% de los empleados. Uno lo ve, entra en la empresa y se da cuenta de que los que tienen talento son pocos.

-Una frase es “retener el talento”. Pero, ¿qué pasa cuando un empleado que no tiene talento? ¿Qué se hace con él?

-Lo que no hizo la escuela: capacitarlo. En mi equipo somos más fanáticos del compromiso y la pasión que del talento. Cuanto más talento tenés, menos cambiás en la vida, y hoy las empresas necesitan adaptarse mucho al cambio. Hicimos experimentos para empresas que determinan que, cuando se pone gente muy talentosa en un proyecto, casi siempre fracasa.

-¿Por qué se da esa situación?

-Imaginátelo a Messi abriendo una pizzería. Cuando uno tiene talento es amado por su cualidad y eso empieza cuando uno es chico. Si pinta bien o juega bien al fútbol, los papás les decimos “qué bien que pintás” y así ese pibe no va a estudiar Economía. Los estudios indican que cuando a un chico (o grande), sea a un empleado o un hijo, se lo fortalece, se le marca cómo ha progresado en su vida y se remarca qué proceso realizó para llegar a ese resultado, el esfuerzo que hizo resulta mucho más motivante que cuando uno se le destaca todo el tiempo la inteligencia o el talento. La gente a la que se le marca el talento todo el tiempo es gente desmotivada. Es gente que no quiere cambiar, que no quiere correr riesgos. Hay estudios famosos de chicos de cinco años a los que en sus casas les marcan los talentos, los felicitan por las notas y les hablan de su inteligencia. Por otro lado, en otros contextos familiares, los papás son más de fortalecer el esfuerzo y el progreso. Después, a los 40, los van a investigar a los mismos chicos y se dan cuenta de que aquellos tratados en contextos de talento e inteligencia son menos felices, ganaron menos plata y odian a sus jefes, mientras que aquellos que son fortalecidos del esfuerzo, progreso y proceso son personas más felices que ganaron más plata y que se animan a encarar procesos de cambio.

-O sea, para generar talento, más que sobreactuar y felicitar lo mejor es mostrar los cambios...

-Desde la ciencia hablamos de reconocer más el esfuerzo que el talento o la inteligencia, sobre todo en épocas como la actual, que tenemos que cambiar. El talento es enemigo del cambio. Todo el tiempo estamos discriminando los que tienen talento de los que no, o los que son jóvenes de los que no lo son. Estamos en una época en la que, para mí, hay que reconocer al que tiene compromiso y pasión, al que tiene ganas de arriesgar y cree que puede: esos son los que hacen la diferencia en una compañía.

-Cuando se dan situaciones complicadas como las de estos días, en las que el riesgo país crece y el dólar también, ¿cómo sobrevive el cerebro al día a día?

-Hay mucha gente que la pasa mal, pero no me parece que la Argentina esté en un contexto complicado, porque el país está siempre haciendo lo mismo, siempre estamos mal, no es algo novedoso y la gente sufre un montón. No tengo la varita mágica, creo que tiene que ver mucho con cómo uno reformula y se las rebusca para vivir en este mundo que se llama Argentina y que es muy particular. Siempre estamos iguales, hay una gran tendencia a repetir. Yo no hablo de crisis, hablo de ciclos permanentes en los que no hay nadie que nos lleve a cambiar de verdad.

-¿Qué relación hay entre el talento y la edad? ¿Es lo mismo a los 20 que a los 45 años... o a los 60?

-El cerebro es el órgano que menos envejece con la edad, salvo que vos durante tu vida hagas dos cosas para envejecerlo más rápido. Una, que es la más conocida, es ver televisión todo el día. No hacer nada es no mantener activa la cabeza, es no proponerse cosas, no desafiarse, no aprender cosas nuevas. Y la otra es el estrés. Entre los 20 y los 45 años la gente me dice “yo estoy bien y soy superproductivo”... bueno, te quiero ver a los 60.

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-¿Es un mito el estrés positivo o realmente existe?

-No, es una condición biológica que te permite trabajar y estar interesado, alerta. Estrés no es una mala palabra en biología, está el positivo y el negativo. El negativo es cuando estás demasiado alerta a muchas cosas, con demasiados intereses. El peor enemigo del estrés es la pasión, porque, cuando a vos te apasiona lo que hacés, no ponés freno o no te das cuenta de que tu cabeza y tu cuerpo están sobrepasados. Hoy quizás no te das cuenta y estás bien... pero dentro de unos años no.

-¿Qué es el talento para la biología?

-Es aquella cosa que no puede ser definida por la ciencia. Alguien es bueno y no puedo definirlo. Pero también está muy bueno entender que la gente cambia. En el colegio, en la facultad (aquellos que pueden ir) y en las empresas están permanentemente hablando de nuestro comportamiento. Cómo hay que hacer algo, cómo no hay que hacer otra cosa, si tenés que sonreír o cómo hay que vestirse. Y en la biología uno estudia por qué se comporta así y cómo está pensando. Una de las cuestiones importantes en las empresas-rozando el tema del talento- es formar a la gente en temas que tienen que ver con las emociones, cómo me siento o cómo pienso el trabajo. Si cambiás la forma de pensar y de sentir, empezás a cambiar cómo hacés las cosas.

-Usted dice que en las empresas en realidad el 85% de la gente no es talentosa. Desde un punto de vista de alguien que tiene gente a cargo, ¿qué se puede que hacer?

-El dinero de Recursos Humanos para poner en formación yo lo pondría en que la gente se conozca más. Para mí eso va a producir un mejor resultado en el largo plazo. Ahí está la contradicción entre una empresa que pide resultados y en cómo hacer que la persona que no tiene talento mejore y progrese. Tengo que invertir en la persona como persona primero y después como profesional.

El rol de la pasión

Desafío
"85% de los empleados de una empresa que no tiene talento", según Bachrach

Pasión
"Hay que reconocer al que tiene pasión, ganas de arriesgar y cree que puede: son los que hacen la diferencia en una compañía"

Inversiones
"Se debe invertir en la persona como persona primero y después como profesional".

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Publicado en: Comunidad de Negocios
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