Di Tella en los medios
Clarín
15/09/19

Julie Saada: “Los juicios de lesa humanidad exhiben lo que las sociedades hacen con su pasado violento”

La filósofa francesa y destacada estudiosa de juicios de lesa humanidad fue invitada por la Cátedra Francia -iniciativa de la UTDT conjunta con la Embajada de Francia en Argentina y el Instituto Franco Argentino- a la Universidad Torcuato Di Tella, donde dictó la conferencia "¿Qué hacer con el pasado violento? Crímenes de lesa humanidad, justicia penal y recomposición de lo político".

La filósofa francesa Julie Saada, autora de libros como “Enseñar el pasado violento”, es una destacada estudiosa de los juicios de lesa humanidad que se llevaron a cabo a lo largo de las últimas décadas. Ha puesto sus investigaciones en lo que ciertas sociedades aprendieron de su pasado violento, como la Alemania después del nazismo, lo vivido en el genocidio de Ruanda, así como lo acontecido en Bosnia y en nuestro país, luego del Juicio a las Juntas en 1985, entre tantos otros acontecimientos que vinieron a reparar, en parte, la tragedia sucedida.



Invitada por el Centro Franco Argentino de la UBA la y la Embajada de Francia en Argentina, Saada estuvo en el país y entre otras actividades dictó la conferencia “¿Qué hacer con el pasado violento? Crímenes de lesa humanidad, justicia penal y recomposición de lo político”, en la Torcuato Di Tella. Y también habló con Clarín. “Las características comunes que tuvieron este tipo de regímenes es que políticamente eran autoritarios, se cometieron violaciones masivas de los derechos humanos y que implicaron a los más altos responsables políticos, militares y administrativos. Además los crímenes fueron cometidos por funcionarios subalternos, organizaciones extra estatales y ciertos sectores de la población actuaron de manera activa o aprobaban pasivamente”, explica a modo introductorio.

-¿Cuáles cree que son las funciones más importantes que cumplen los juicios contra crímenes de lesa humanidad?

Las razones por las que queremos juzgar a este tipo de criminales son diversas. La principal es la lucha contra la impunidad, ya que ésta es contraria al estado de derecho y a la justicia. Y con los juicios a crímenes de lesa humanidad y genocidios esperamos también algo más que el castigo de los criminales sino también que defina medidas de reparación. También se espera que reconcilie a las partes, que contribuya a la refundación del vínculo social y de las instituciones propias de un estado de derecho. En definitiva, esperamos que estos juicios siempre desempeñen una función preventiva. Muchos de los juicios históricos cumplieron papeles históricos y políticos como el de Nuremberg así como también aquí en Argentina. Los juicios exhiben lo que las sociedades hacen con su pasado violento. Por eso estos juicios cumplen una función social y pedagógica.

-¿De qué modo se puede prevenir que no se produzcan otras barbaries, entonces?

El objetivo principal del juicio es disuadir y evitar la repetición de los crímenes. También es importante producir una historia nacional, en la que la sociedad reconozca la misma versión del pasado. Pero los crímenes de lesa humanidad surgen a menudo en sociedades profundamente divididas. La prevención no sólo es un rol de estos juicios sino también de la enseñanza de la historia y de la memoria. Los intelectuales tienen un papel importante para mantener viva la memoria de los crímenes y la manera en la cual los condenamos. No puedo hacer predicciones pero el aumento de regímenes autoritarios implica un crecimiento de la violencia también.

-Seguramente se refiere a la novedad de gobiernos neofascistas, de populismos negacionistas. ¿Cómo se preserva la memoria histórica con este panorama?

En Europa el crecimiento del populismo, la extrema derecha, grupos nazis, son movimientos peligrosos, transnacionales. Más y más poblaciones que piden regímenes autoritarios por la pobreza, la falta de soluciones a la situación económica, cuestiones sociales que hay que responder. En ese sentido, en Europa el negacionismo y el revisionismo aumentaron. Por eso los crímenes que pasaron tienen que estar en el debate público sino hay otras fuerzas que van a imponer una mirada revisionista, como si nada hubiera sucedido. Hay que estar muy atentos a estos fenómenos. Sería peligroso que la memoria sea usada sólo de manera política o en negar los hechos históricos o que la memoria se politice o sea manipulada.

-¿Qué más aportan los juicios de lesa humanidad como construcción de la memoria?

Los juicios construyen también otro modelo político. Es una escena pública en la que se enfrentan visiones opuestas de la historia, donde los actores formulan relatos diferentes, opuestos. En ese sentido se trata de lo que yo llamo internarratividad, la puesta en escena de un disenso. Es decir, para juzgar a un individuo, tenemos que elegir una versión de la historia contra otra, una narración a otra. En Argentina, si se hubiera elegido la versión militar de ese momento, el intervalo deseado por ellos de los años previos a la asunción en 1976, habría significado justificar los crímenes de lesa humanidad. Por lo tanto, el tribunal tenía que recusar este relato histórico militar.

-¿Estos juicios pueden dividir a una sociedad que cree que es reparador y justo, por un lado, y otra parte que piensa que no?

Si. Por ejemplo, a los serbios no les gustan los juicios donde se acusa a otros serbios que son responsables. En Ruanda los juicios no están reconocidos por los que participaron en el genocidio. Hay un argumento por parte de los criminales que vuelve siempre y es que no podían hacer otra cosa, que cumplían órdenes, que era obediencia debida. Es una manifestación que conocemos desde Nuremberg hasta los juicios en la ex Yugoslavia. Lo que muestran los juicios es que las acciones se podían haber hecho de otra manera y que obviamente quienes lo cometieron tienen una responsabilidad, que eligieron hechos criminales. Por eso los juicios son lugares de disensos, desacuerdos.

-Cómo es visto en el mundo el Juicio a las Juntas en Argentina en relación a otros hechos en el mundo?

El concepto de “responsabilidad penal” fue muy desarrollado en aquel juicio en Argentina. Tuvo un papel muy importante para el derecho internacional.

Señas particulares

Julie Saada es francesa, doctora en filosofía de L’Ecole Normale Supérieure de Lyon y profesora en la École de droit en Sciences-Po (Paris). Ha dictado clases, seminarios y conferencias en las universidades de Lille, Paris 1 Phanthéon-Sorbone, Buenos Aires (UBA), Moscú (RUDN) y New York, entre otras. Su especialidad es la filosofía del derecho, la filosofía política contemporánea y las teorías críticas del derecho. Entre sus libros se destacan: “La justice penale internationale”, “Enseigner le passé violent” y “Guerre juste, guerre injuste. Théories, histoire et critiques”.

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