Paula Bruno: “La historia intelectual es una perspectiva de fronteras elásticas"

La directora del Dpto. de Estudios Históricos y Sociales de la UTDT participó del programa “El Zorro y el Erizo”, conducido por Alejandro Katz y Mariano Schuster, quienes la entrevistaron sobre la historia intelectual de nuestro país.

“La historia intelectual es una perspectiva de fronteras elásticas que propone ver fenómenos que antes se estudiaban por separado. Mediante la antigua historia de las ideas se estudiaba su surgimiento sin tener en cuenta los actores o los contextos sociales donde surgen. La actual forma de abordar las ideas difiere en esto”, explicó Bruno.

Sobre la nueva historia intelectual, la investigadora sostuvo: “Propone que, además de temas clásicos, se estudien nuevas formas de sociabilidad y conocimiento, dado que se fueron sumando otros espacios. Todas las nuevas miradas son muy interesantes para países de la región, como el nuestro. En la época que empezaron a llegar las ideas a Latinoamérica, se veían como una ‘mala traducción’ o ‘mala comprensión’ de estas ideas extranjeras. Había una idea de centro/periferia muy fuerte”.

“La historia intelectual en Argentina tiene un origen muy interesante. Las ideas fueron vistas como peligrosas por mucho tiempo, era un mundo que había que atacar y reprimir. De hecho, tenemos una historia bastante breve que tiene que ver con el regreso de la democracia, hace apenas 35 o 36 años”, comentó la profesora de UTDT , y agregó: “Antes de la democracia, la producción de contenidos estaba fuera de la investigación. Nuestra vida universitaria es muy nueva y bastante zigzagueante, los espacios extrauniversitarios fueron siempre muy prolíficos para entender nuestro pasado nacional”.

La particularidad de la historia de las ideas en Argentina está estrechamente relacionada con la inmigración y la creación del Estado nacional. “Cuando uno habla de ideas intelectuales, parece que uno solo habla de élites culturales. Pero en la Argentina hacer idea intelectual es muy importante e interesante para pensar la sociedad argentina. Si pensamos en sociedades jerárquicas, con jerarquías sociales más claras y espacios de sociabilidad acotados, como Francia, se puede pensar en un tipo de intelectual determinado. Pero en Argentina, es muy interesante para poder conocer cómo pensaba y vivía la gente en el pasado; hay intelectuales que te despistarían por su escasa formación. Estos ‘llaneros solitarios’ desestabilizan mucho los prejuicios sobre las ideas intelectuales”, explicó Bruno.

En parte, según la historiadora, esto se explica porque Argentina estaba formándose como Estado moderno: “Era un país totalmente nuevo donde todo estaba por hacerse, el Estado se estaba consolidando, había instituciones y cargos que no se sabía quiénes los podían ocupar. Hay una vía abierta al posicionamiento y crear carrera”.

Finalmente, Paula Bruno habló de su último libro Martin García Mérou. Vida intelectual y diplomática en las Américas. “Uno tiene la idea de que, para hacer una biografía, tiene que elegir una figura que es un gran nombre desde el principio. Sin embargo, las tendencias actuales son mirar otro tipo de figuras, que revelan algún aspecto de la vida cultural y social. Martín García Amerú es una figura que me encanta porque es tomado como un cronista y un testimonio de la época, como si estuviera trabajando para el futuro, para convertirse en fuente historiográfica”, comentó Bruno.

“Por otro lado, es una figura que ocupó cargos diplomáticos muy importantes sin contar con una preparación especial para ocuparlos. Por ejemplo, en Estados Unidos, cuando ese país se estaba convirtiendo en una gran potencia. La diplomacia es un lugar de carrera muy abierto al talento porque la gente, cuando llega a los cargos diplomáticos, puede pensar qué se quería contar de la Argentina en esos lugares”, concluyó la historiadora de la UTDT .

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