Di Tella en los medios
La Nación
3/03/19

Los museos buscan alejarse de la vieja idea de institución estática

Por Laura Ventura

Inés Katzenstein, fundadora y ex directora del Departamento de Arte de la UTDT, fue consultada acerca de las nuevas estrategias de los museos para adecuarse a los tiempos que corren.

 Al aire libre, a metros de un móvil de Alexander Calder, se celebra un picnic en el jardín del Museo Reina Sofía; hay danza y música en vivo. Algunos contemplan el espectáculo con los pies descalzos en ese pulmón verde del barrio donde convergen múltiples etnias. En el Tate de Londres, un sábado a las 8.45 practican yoga con vista al Támesis y luego invitan a un brunch. Tras las tostadas y los huevos benedictinos, recorren la exposición de Pierre Bonnard, discípulo de Henri Matisse. Y los vecinos regresan a su casa tras una experiencia con múltiples valores.

Incómodos con una definición añeja que refleja una institución estática, los museos buscan adecuarse a los tiempos que corren. De hecho, el eje del próximo Consejo Internacional de Museos, que se llevará a cabo en septiembre en Japón, será la búsqueda del consenso hacia una nueva definición. Antes de esta reunión, y en el marco de la feria de arte contemporáneo ARCO, que se celebró esta semana en la capital española, un grupo de expertos se reunió para pensar de qué modo las redes –las tangibles, las humanas y no las virtuales– modificaron la estrategia de los museos para extender sus brazos a la comunidad.

La argentina Ana Longoni, directora de Actividades Públicas del museo más visitado de España, es una de las impulsoras del congreso “Retraszando redes”, que analiza la actualidad de estas instituciones. “El Museo Reina Sofía viene desarrollando una serie de programas de colaboración en distintas escalas (local, nacional, regional e internacional) que son claves para entender su proyecto desde la concepción de una nueva institucional id ad quedes borde los límites del museo( límites físicos, geográficos y patrimoniales) para apostar por la construcción de lo común”. Longoni menciona “un lazo sostenido de colaboración” que es Red Conceptualismos, plataforma de 50 artistas e investigadores de América Latina.

Otro ampliar edesl’ internat ion ale, confederación de siete museos, coordinada por otra argentina, Mabel Tapia. “La contemporaneidad se presenta ya como un tiempo de redes. En las últimas décadas, las formas de circulación, de visibilidad y de comunicación han estado signadas por instancias de conectividad y de relacionalidad. Nuestros modos de trabajar e incluso de pensar se han ido transfigurando de acuerdo con estas nuevas lógicas. La pregunta es cómo habitamos este modelo de redes y cómo él es potenciador o no de nuevas configuraciones tanto en lo cultural como en lo social”.

Martin Kiefer, coordinador de las exposiciones de arte contemporáneo del Louvre, el museo más concurrido del mundo, habla del tema con la nacion. Reconoce que La Mona Lisa es el gran imán del museo y que su ubicación en el corazón del enorme edificio es una estrategia para que el visitante conozca otras joyas de la colección. “El público internacional va a venir igual, no importa lo que hagamos. Claro que generan un impacto las exposiciones, como la de Delacroix o la de Leonardo Da Vinci, pero nuestro modo de generar redes con el público parisino está en la programación en el auditorio, con conferencias y coloquios. Acciones que no impactan en números, pero sí en la imagen que brindamos”.

“El nuevo MOMA” trabaja para presentar en octubre un espacio renovado (“impresionantes nuevas galerías y espacios para espectáculos”), un sitio de conexiones y pluralidad. “Podrás participar en cualquier momento en conversaciones animadas, interactuar con artistas, hacer arte, reflexionar y relajarte, y encontrar sugerencias para explorar el museo”, promete la institución. “Creo que los modelos más interesantes de trabajo son los regidos por lógicas de colaboración e intercambio. No solo me refiero al modo en que los museos comparten la producción de exposiciones e itinerancias, sino también al modo en el que algunas instituciones están planificando intercambios de colecciones en préstamos temporarios, la adquisición de obras entre más de un museo y, en general, en pensar conjuntamente desafíos”, sostiene Inés Katzenstein, directora del Instituto Cisneros para la investigación del Arte de América Latina del MOMA.

Que los visitantes sean más que meros espectadores es un desafío de los museos del siglo XXI. No es la erudición, sino la experiencia transformadora del visitante el objetivo que se persigue. El Museo del Barro de Asunción afrontó con astucia el problema de la escasa confluencia de público. Repartió entre sus habitantes 21 gramos de barro. ¿La idea? Atraer a un visitante activo y curioso.

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Publicado en: Cultura
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