Marcelo Rabossi: "Falta coordinación entre las necesidades del país y los profesionales que formamos"

Consultado sobre los niveles de deserción en la universidad, Marcelo Rabossi dijo: “Vemos que la probabilidad de éxito dentro de la universidad de un joven que proviene de los estratos más ricos es el doble, la tasa de deserción es muchísimo menor. También hay asimetrías respecto al ingreso, solamente un quinto de los alumnos del primer quintil ingresa a la universidad”. 

De acuerdo con el profesor de la Di Tella, en la Argentina se tiene a la universidad como “objeto casi único de ascenso social”. Según Rabossi deberían existir alternativas y planteó un ejemplo refiriéndose a Estados Unidos: “Se pusieron en funcionamiento lo que se denominan “Escuelas Comunales” (terciarios no universitarios), que dan una formación de tipo profesional que absorbieron a los combatientes de la Segunda Guerra Mundial, conteniendo las tasas de desempleo y dándoles competencias de una educación corta de dos años para resolver problemas en el mercado laboral”. Rabossi planteó como estrategia política el uso del sistema terciario: “Uno de los principales problemas que tienen los terciarios actuales es la baja articulación con el sistema universitario”.

La universidad argentina, según Rabossi, “originalmente tenía el objetivo de unificar dentro de una cultura al país y a toda Latinoamérica, pero hoy quedó obsoleta en un montón de aspectos”. Las universidades en general están “excesivamente orientadas al mercado de trabajo y no a crear alumnos flexibles que se adapten a los nuevos requerimientos”.

“La educación es un bien social, no solo se los apropia el individuo, pero también la sociedad, por eso se justifica a todos los estudios inclusive los universitarios”, comentó el investgiador. Dicho esto, agregó: “Los procesos de selección sin ningún tipo de cupos, o que se traslade la demanda a ciertas carreras que se necesiten, es aplicar leyes de mercado y de la competencia pública, no es una política de estado para suplir las necesidades del país”.

Según Rabossi, esto conlleva a chocarse con la realidad en un mercado que está “saturado de ciertas profesiones”. Según el profesor “hay una falta de conocimiento y conciencia colectiva que no se traduce en una formación de las ciencias más duras y luego los alumnos tienen gran temor de ingresar en estas carreras”.

“La UBA es un fenómeno de rebeldía eterna”, comentó el investigador de la Di Tella. “Se ha convertido en un fenómeno de “supervivencia del más apto” que, increíblemente, si bien la universidad es muy poco eficiente, el graduado es de muy buena calidad”

Finalmente, mencionó dos problemas principales de la educación superior argentina. El principal problema, según Rabossi, “tiene que ver con la falta de coordinación entre las necesidades del país y los profesionales que estamos formando”. Las necesidades del país “tienen que estar por delante en algún momento de las aspiraciones individuales”. La solución propuesta por Rabossi es “poner algún tipo de selección dentro de la universidad para promover más las necesidades del país”.

El segundo problema es el currícular: “Hay que hacer un cambio curricular dentro de la universidad en el cual el alumno se forme dentro de una concepción más flexible y no tan rígida. No podemos estar enseñando cosas que para 2030 van a ser obsoletas”, concluyó Rabossi.

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