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Apertura revista
20/04/18

Start up Argentina: hasta dónde puede llegar el modelo emprendedor

Por Eugenia Iglesias, Ricardo Quesada y Andrés Engler

Andrés Hatum, profesor de Management y Organización de la Escuela de Negocios de UTDT, pone sobre la mesa que el contexto en el que el emprendedor argentino se desarrolla no es un dato menor: “Como el país es menos previsible, tiene que ser mucho más ingenioso para triunfar. Y hay muchos problemas para proyectar a largo plazo”.


Son más jóvenes, tienen una mirada global, la ambición de hacer negocios y, a la vez, cumplir con un propósito social. Ese es el nuevo ADN de los emprendedores locales. ¿Podrá el país transformarse en una usina de nuevas compañías? Qué condiciones existen y qué falta para lograrlo. 

Jóvenes, ambiciosos, con una idea y muchas ganas de salir a conquistar el mundo. Los emprendedores locales se miran en el espejo de los cuatro unicornios argentinos (MercadoLibre, Globant, Despegar y OLX) y sienten que los proyectos que están desarrollando no tienen límite. Apuntan alto y confían en que sus empresas estén destinadas a ingresar en ese selecto grupo de emprendimientos que se convierten en multinacionales.

En los últimos dos años, hitos como la sanción de la ley de capital emprendedor, la vuelta al país de fondos de inversión y el apoyo del Gobierno a crear un ecosistema emprendedor que convierta al país en una startup nailon, alimentaron el surgimiento de nuevos emprendimientos, de la mano de una gran cantidad de jóvenes, cada vez más jóvenes, que sueñan con crear su propia empresa.

“Hace 20 años el foco no estaba sobre los emprendedores, y hablo de los que hoy son grandes empresas. En los últimos 10 o 15 hemos tenido situaciones muy adversas para la Argentina y a pesar de ello se logró crear un ecosistema local entre organizaciones de la sociedad civil, universidades y organizaciones no gubernamentales (ONG) que apoyaron el nacimiento de emprendedores”, afirma Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Empren- dedorismo del IAE Business School y mentora en la aceleradora NXTP Labs.

Durante los primeros años de este siglo, la tasa de actividad emprendedora (TEA) se mantuvo en niveles elevados, aunque la falta de reglas claras y la escasez de financiamiento impidieron el crecimiento o la subsistencia de la mayoría de los proyectos. Los que sí lograron destacarse eran más que nada proyectos de tecnología, que no dependían del mercado interno, porque ya eran globales desde el inicio.

En los últimos dos años hubo un cambio hacia un ambiente de más entusiasmo y optimismo. La figura del emprendedor fue rescatada como algo valioso y el presidente Mauricio Macri hace referencia en casi todas sus apariciones a la importancia que tiene para el desarrollo del país.

“Se está poniendo como política de Estado la promoción de la actividad emprendedora como germen de actividad empresarial. Acá el concepto es revalorizar la función de la empresa en la sociedad argentina, entonces se empezaron a poner en marcha muchas políticas públicas de la ley de emprendedores”, aporta Torres Carbonell.

La sanción de la Ley de Apoyo al Capital Emprendedor en marzo del año último trajo algunas novedades que buscaban darle un impulso extra al desarrollo del ecosistema, como la promoción de la capacitación, la simplificación de la burocracia o incentivos para la inversión en este tipo de proyectos.

Optimismo al por mayor “Es posible que ese optimismo inicial haya sido desmedido, porque las expectativas iniciales no se cumplieron en toda su dimensión. Sin embargo, a pesar de ello, ahora tenemos una actividad emprendedora superior a la de años anteriores. Empezaron a aparecer ofertas y posibilidades de financiación, que años anteriores tampoco existían. Es un crecimiento leve, menos de lo que se esperaba, pero crecimiento al fin”, señala Juan Manuel Menazzi, director del Centro de Emprendedores del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA), y agrega que en la Argentina los emprendedores deben sumar el riesgo sistémico de la economía local a la natural incertidumbre en la que suelen operar sus proyectos.

Andrés Hatum, profesor de Management & Organización de la Escuela de Negocios de la Universidad Torcuato Di Tella ( UTDT ), pone sobre la mesa que el contexto en el que el emprendedor argentino se desarrolla no es un dato menor: “Como el país es menos previsible, tiene que ser mucho más ingenioso para triunfar. Y hay muchos problemas para proyectar a largo plazo”.

Se sabe: la historia de crisis cíclicas obligó a los emprendedores a desarrollar una capacidad de adaptación y de resi- liencia que, aseguran, ya se convirtió en parte del ADN de los entrepreneurs locales. Un activo que quieren explotar.

“La capacidad de generar ideas y de tratar de transformarlas en proyectos tangibles es claramente diferencial en la Argentina, lo que nosotros vemos como parte del ADN del emprendedor local”, dice Alejandro Scannapieco, Chief Financial Officer de Globant y uno de los responsables del reciente lanzamiento de Globant Ventures, una aceleradora de star- tups que busca fondear empresas de matriz tecnológica que aporten soluciones para los clientes de la multinacional.

Desde hace relativamente poco tiempo sorprende que cada vez se ven más jóvenes de menos de 25 años al frente de proyectos bien estructurados y que empiezan a jugar fuerte en el mercado. De hecho, a las universidades se acercan cada vez más estudiantes que tienen bien en claro que su carrera no va por el mundo de las corporaciones, sino que quieren ser creadores de sus propias compañías.

“Cuando empecé a dar clases en el MBA, el 98 por ciento de los alumnos buscaba perfeccionarse para seguir su carrera corporativa. Hoy, el 30 por ciento ingresa con el objetivo de adquirir las herramientas para empezar su propio emprendimiento”, señala Torres Carbonell.

Mirada de mujer Menazzi asegura que lo mismo observa en el ITBA, donde ya los estudiantes de grado empiezan en los primeros años a delinear sus propias empresas: “Otro fenómeno bastante reciente es la creciente cantidad de mujeres que empiezan a animarse a emprender. Las chicas habitualmente tenían una proporción bastante desventajosa respecto de los varones. Aún no lo hacen en igual proporción, pero hay una cantidad muy importante de emprendedoras mujeres que antes no estaban. Y es muy interesante ver grupos de chicas que están emprendiendo o grupos de emprendedores que incluyen mujeres en un rol que antes no tenían. Eso es bastante auspicioso”.

Esos son los casos, por ejemplo, de Nur Malek, creadora de la empresa de soluciones logísticas Envío Pack, y de Georgi- na Sposetti, una médica que creó una plataforma que ofrece a los pacientes información sobre ensayos clínicos y nuevos tratamientos médicos.

La medicina y la biotecnología son algunos de los ámbitos más novedosos en los que los emprendedores se arriesgan a aventurarse. Grid Exponential es un ejemplo de este nuevo campo del mundo entrepreneur. Se trata de una com- pany builder que busca líneas de investigación científica con el objetivo de convertirlas en una startup.
“Somos casi los fundadores de los proyectos. A veces armamos los equipos nosotros, aunque también nos hemos encontrado situaciones en las que el equipo ya está formado y los ayudamos a armar el negocio”, explica Matías Peire, fundador de Grid Exponential, quien tras 13 años de trabajar en una compañía de software quiso vincularse con el mundo científico: “Me enfoqué por tres años a estudiar el ecosistema científico en la argentina y por qué el ventare capital [VC] no invertía en ese tipo de proyectos”.

La disponibilidad de nuevas tecnologías a precios muy accesibles facilita la creación de soluciones para los emprendedores locales, aseguran en ámbitos académicos. Desarrollos basados en Internet de las cosas, computación cognitiva o blockcbain, son cada vez máscomunes en los pitcbs.

“Son tecnologías muy potentes, que tienen todas las características que una tecnología apta para emprender debe tener; es decir, son muy baratas, con costos marginales, y algunas ya tienen alguna barrera de entrada, sobre todo para el ingreso de las grandes corporaciones. Así, el emprendedor de a pie puede rápidamente hacerse de una ventaja competitiva importante y entonces ofrecer servicios interesantes”, detalla Menazzi.

Históricamente, coinciden las fuentes consultadas, el fuerte del ecosistema local estaba en los recursos humanos. Entonces, con la tecnología al alcance de la mano, las soluciones a los problemas no tardan en llegar.
“En la Argentina los emprendedores siempre han tenido mucho talento técnico, buena ejecución en cuanto a tecnología, sitios web, aplicaciones, pero a veces eran un poco descuidados en los aspectos suaves”, destaca Francisco Solsona, regional & accelerator lead de Google Developers. Las startups locales, agrega, se destacan por sobre sus pares de la región.

Sin embargo, lo que sobra en creatividad, driving e innovación, a veces falta a la hora de darles estructura y sostenibilidad a los proyectos. “Esos son los obstáculos más complejos para los argentinos. Y la realidad es que los proyectos que llegan son aquellos a los que luego se les puede dar forma y convertir en sustenta bles”, advierte Scannapieco, de Globant Ventures.

Trabajo en equipo Uno de los grandes saltos que se puede ver está en la conformación de equipos, en los que cada integrante tiene un rol definido y se especializa en determinados aspectos del emprendimiento. “Esto es relevante, porque el distintivo del sistema emprendedor argentino son los recursos humanos. En ese plano yo dejo de recibir una commodity o materia prima, y ya tengo valor agregado, tengo un equipo. Tal vez ese mode

lo de negocios no es el mejor, tal vez tengan que conseguir clientes, pero ese equipo es autónomo, puede funcionar por sí mismo y puede mejorar su idea”, explica Menazzi.

La centralidad del problema por sobre la solución es otro de los grandes cambios que se empezó a ver en los emprendedores, sobre todo en los sub-25, que se enamoraban de una idea y buscaban la manera de protegerla. “Hoy cualquier chico sabe que antes que una solución hay que encontrar un problema. Por eso cuando buscamos proyectos para acelerar no nos concentramos en grandes ideas sino en grandes problemas. Hoy desarrollar un producto no es difícil si se conoce al consumidor”, asegura Federico Espinosa, director de Disruptive Growth de AB InBev Latinoamérica y responsable de Eklos, la aceleradora de empresas del grupo cervecero.

El principal escollo está en los aspectos financieros y comerciales, en conseguir cerrar los acuerdos de inversión o en la red de contactos, que les permita un win-win deai.

“La parte del negocio es la que se le complica a la mayoría. Nos toca ver a muchos que siguen pensando en que su aplicación va a tener millones y millones de descargas y entonces van a meterle publicidad. Y su único modelo de negocios es la publicidad, pero eso da para un modelo de negocios muy pobre. Y los inversores jamás van a invertir ahí. Es, un círculo vicioso”, aporta Sólsona.

La ley de emprendedores busca achicar la brecha existente entre la necesidad de financiamiento de quienes tienen un proyecto y la disponibilidad de capital para este tipo de inversiones que había en el país antes de la sanción de la norma.

Con ese objetivo en mente, se empezaron a destinar fondos públicos para coinvertir con privados, se regularizaron las plataformas de crowdfunding y al inversor se le permite descontar de ganancias el 75 por ciento del dinero invertido, siempre y cuando el total no supere el 10 por ciento de la ganancia anual neta.

Además, se creó el Fondo Fiduciario para el Desarrollo del Capital Emprendedor (Fondee), con el que se desembolsará dinero para apoyar a los emprendedores de todo el país. Aquellos que tengan proyectos en su etapa inicial podrán acceder a un fondo semilla, que dispone de préstamos de honor de hasta $ 250.000, con plazo de devolución de seis años, un año de gracia y a tasa cero.

Círculo virtuoso “Hasta el año pasado prácticamente no existía financiamiento. Casi no había fondos de VC. KaszeK, el más activo, tenía el 70 por ciento de sus inversiones fuera de la Argentina. Con la ley aparece esta idea de que el Gobierno empiece a ayudar a aceleradoras y los matching funds, con el fondo de fondos”, dice Ezequiel Calcarami, presidente de la Asociación de Emprendedores de la Argentina (ASEA), y agrega que a partir de ahora espera que se genere un círculo virtuoso en el que vengan más fondos, que los bancos 

empiecen activamente a fondear proyectos y que, finalmente, las grandes compañías se vean motivadas a invertir.
“Nosotros vemos que entre los fondos de VC, que están atrás de oportunidades tangibles y más significativas en términos de tamaño, y los proyectos más pequeños, early stage que todavía no maduraron, existe una brecha gigantesca. Hay que llenar ese gap, es un pipeline que hay que empezar a construir. Si acelerás los proyectos y no les das continuidad para que puedan seguir creciendo, muchos van a quedar en el camino”, aporta Scannapieco.
Con la ley también se buscó desburocratizar la creación de empresas. Para ello se incorporó la figura de la sociedad por acciones simplificada (SAS), que se puede constituir en apenas 24 horas. Sin embargo, hasta el momento, esto es posible solo en la ciudad y la provincia de Buenos Aires.

“La ley de emprendedores es un punto de partida y no una línea de llegada. Entonces, está muy buena la ley y que el tema emprendedorismo pase a ser central para el gobierno actual. Pero como país y como política de Estado no podemos quedarnos solamente en eso. Hay que hacer realmente una política de estado que lleva mucho tiempo y hay un montón de temas”, opina Calcarami.

Marcas con propósito Embarca es una de las aceleradoras que nació a partir de la sanción de la ley. El año último se anotaron cuando el Gobierno hizo el llamado para coinvertir y fueron seleccionados. “Ganamos una de las 10 licencias para fondos de aceleración. El Estado aporta el 50 por ciento de los gastos operativos hasta un total deUS$ 75.000 anuales y coinvierten en hasta 10 proyectos. Por cada dólar nuestro ellos ponen otro. Nosotros tomamos 10 por ciento de equity y el dinero que pone el Estado es un préstamo, que el emprendedor devuelve solo si le va bien”, explica Belén Fernández, cofundadora de Embarca, que trabaja con la filosofía de sistema B: emprendimientos que tienen un propósito.

La idea de que la compañía debe contemplar el impacto que tiene en la comunidad y en el medioambiente se extiende cada vez más entre los emprendedores locales. “Cada vez hay más conciencia, también en los inversores, de que, si no se colabora con el mundo, queda poco por hacer. No se trata solo de ganar plata, sino que hay que generar un cambio, negocios sostenibles en el tiempo, con la ventaja competitiva que es el propósito”, apunta Fernández.
En 2014 la marca de whisky Chivas creó un fondo de US$ 1 millón que se reparte cada año entre los ganadores de una competencia global de emprendimientos que cumplan con dos condiciones: ser económicamente rentables y tener un propósito. “Cuando se creó Chivas Venture apuntábamos a empresas lideradas por personas de más de 25 años, pero año a año vemos que la edad va bajando. Ahora la mayoría de los proyectos están encabezados por jóvenes de entre 18 y 25 años”, cuenta Sofía Hourcade, responsable de Marketing de Chivas Regal y líder de proyecto para Chivas Venture Argentina.

Hourcade destaca que, aunque creyeron que sería un desafío encontrar emprendimientos que cumplieran con el requisito de tener impacto social, la realidad les demostró que los más jóvenes están cada vez más convencidos de que sus proyectos necesitan contar con un propósito.

En la penúltima edición el ganador de la rueda local de la competencia fue Alejandro Malgor, con Xinca, una compañía que elabora zapatillas con neumáticos reciclados y desechos de la industria textil, y que da trabajo a los internos de una cárcel mendocina.

“Hay un cambio en lo que significa ser exitoso. Antes era • saber hacer dinero. Ahora vemos que, cada vez más, para tener éxito, un emprendedor no solo debe destacarse en el negocio, sino que necesita, además, ser sustentable social y ambientalmente”, agrega Hourcade.

Xinca, cuenta la responsable de Chivas Venture, ya empezó a ampliarse fuera del país y está replicando su modelo de negocios en Australia. El pensamiento a escala global es, también, una de las características de los nuevos emprendedores locales.

“Nacen con mirada global. La tecnología está en todos lados y la mentalidad con la que se asume un proyecto es global, pero hay que usarla en el momento adecuado. Para mí los proyectos tienen que nacer y sustentarse en una base sólida para que después puedas empezar a ver cómo llegás a otros mercados”, dice Scannapieco.

Ver cómo se llega a otros mercados puede ser un problema, porque aún falta el capital disponible suficiente para que los emprendedores puedan saltar la frontera. “En otros países la curva lleva naturalmente a dar el salto al mercado global, acá todavía se complica. Pero la ambición está y eso es bueno”, agrega Espinosa, de Eklos. A esa ambición hay que apoyarla y ayudarla a que se consolide para lograr que la Argentina sea considerada como una usina de emprendedores.

“Soy muy positivo por todo lo que se está haciendo, pero me parece que todavía tenemos que seguir haciendo cosas para que realmente explotemos como país emprendedor. El emprendedorismo no es solamente un ecosistema de gente de capital con proyectos tecnológicos. Es mucho más amplio. Y ahí está la verdadera nación emprendedora”, concluye Calcarami. 


Ley de emprendedores: 4 puntos clave

  1. Empresas en un día. La ley prevé el alta de una sociedad en tan solo 24 horas. La idea es que los emprendedores puedan constituir el CU IT, abrir una cuenta bancaria y crear una sociedad (con un capital mínimo de dos salarios mínimos, vitales y móviles) en tan solo un día.
  2. SAS. Las sociedades por acciones simplificadas (SAS) son el tipo societario creado gracias a esta ley y permite, entre otras cosas, que la sociedad sea de una sola persona; que el emprendedor decida a qué precio emite sus acciones en función del tipo de inversor con el que cuente; y tener un objeto de negocios amplio, para que cuando la empresa crezca no tenga que actualizarlo. 
  3. Financiamiento conjunto. El reconocimiento del crowdfunding como fuente de recursos se incorporó a la ley como una novedad y, a eso, se sumaron los fondos de inversión. De acuerdo con la ley, el Estado va a destinar fondos públicos para coinvertir con privados e impulsar el desarrollo de proyectos. En ese sentido, se crearon 10 fondos de coinversión. 
  4. Fondos semilla y capital fiscal. La ley prevé préstamos a tasa cero para ayudar a crecer a las startups que recién empiezan. Mientras tanto, otro de los puntos habla de incentivos fiscales para las pymes que están comenzando

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