19/10/16
¿Fuerzas a República Centroafricana?
Por Juan Gabriel Tokatlian
"En República Centroafricana se vienen intensificado las hostilidades entre grupos armados musulmanes y cristianos. ¿Qué elementos han llevado a evaluar el envío de tropas allá?" se pregunta el profesor del Departamento de Ciencia Política y Estudios Internacionales.
El Gobierno viene estudiando el eventual envío de efectivos a la República Centroafricana en el marco de la Misión Multidimensional Integrada de Estabilización de las Naciones Unidas en República Centroafricana establecida en 2014. Desde entonces, y a pesar del despliegue de 10.750 militares y 2.120 policías, la situación no ha mejorado. Según el último informe del Secretario General de la ONU de junio de 2016, “la continua presencia de grupos armados y otros elementos perturbadores armados, así como la violencia entre comunidades y la falta de capacidad de las fuerzas de seguridad nacional constituyen el reto más apremiante y peligroso” en un país que según el Índice de Desarrollo Humano ocupa el lugar 187 entre 192. En República Centroafricana se vienen intensificado las hostilidades entre grupos armados musulmanes y cristianos.
¿Qué elementos han llevado a evaluar el envío de tropas allá? Primero, y como es usual, la falta de un debate estratégico sobre defensa y la ausencia de un presupuesto razonable para las fuerzas armadas se suple con la idea de que participar en misiones militares de paz constituye, per se, una política de defensa y un modo de proyección de poder.
Segundo, el interés en el despliegue en República Centroafricana está ligado a las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina. En el comunicado a raíz de la visita del presidente Obama se indicó: “Estados Unidos elogia el compromiso de Argentina de ? aumentar de forma significativa el tamaño de sus unidades de reserva y el participar en el mantenimiento de la paz de la ONU en África”.
En mayo y después de una reunión bilateral realizada en Washington, un alto funcionario del Ministerio de Defensa señaló: “también estamos abiertos a analizar la posibilidad de sumar nuestro esfuerzo en misiones de paz como las que se desarrollan en distintos puntos de África”.
Tercero, el papel de Francia -ex potencia colonial en República Centroafricana- es relevante. En junio, después de la visita a París del titular de Defensa, se informó que los respectivos ministros “también abordaron el eventual envío de cascos azules argentinos a ciertas zonas de conflicto”.
Cuarto, África ha aparecido en el radar de la diplomacia a raíz de dos temas: narcotráfico y terrorismo. Funcionarios del Gobierno subrayan, colocando al país como fuente de graves problemas globales, que la droga que sale del país y llega a Europa transita por Nigeria y facilita el empoderamiento del grupo terrorista Boko Haram.
Hasta hoy no ha habido una explicación pública sobre por qué debiéramos ir a la República Centroafricana. Nadie ha explicado qué interés nacional se estaría promoviendo. Tampoco cuál sería el sentido de sumarse a una confrontación que reúne elementos religiosos. Está en mora un debate serio sobre una decisión en esta materia.
¿Qué elementos han llevado a evaluar el envío de tropas allá? Primero, y como es usual, la falta de un debate estratégico sobre defensa y la ausencia de un presupuesto razonable para las fuerzas armadas se suple con la idea de que participar en misiones militares de paz constituye, per se, una política de defensa y un modo de proyección de poder.
Segundo, el interés en el despliegue en República Centroafricana está ligado a las relaciones entre Estados Unidos y la Argentina. En el comunicado a raíz de la visita del presidente Obama se indicó: “Estados Unidos elogia el compromiso de Argentina de ? aumentar de forma significativa el tamaño de sus unidades de reserva y el participar en el mantenimiento de la paz de la ONU en África”.
En mayo y después de una reunión bilateral realizada en Washington, un alto funcionario del Ministerio de Defensa señaló: “también estamos abiertos a analizar la posibilidad de sumar nuestro esfuerzo en misiones de paz como las que se desarrollan en distintos puntos de África”.
Tercero, el papel de Francia -ex potencia colonial en República Centroafricana- es relevante. En junio, después de la visita a París del titular de Defensa, se informó que los respectivos ministros “también abordaron el eventual envío de cascos azules argentinos a ciertas zonas de conflicto”.
Cuarto, África ha aparecido en el radar de la diplomacia a raíz de dos temas: narcotráfico y terrorismo. Funcionarios del Gobierno subrayan, colocando al país como fuente de graves problemas globales, que la droga que sale del país y llega a Europa transita por Nigeria y facilita el empoderamiento del grupo terrorista Boko Haram.
Hasta hoy no ha habido una explicación pública sobre por qué debiéramos ir a la República Centroafricana. Nadie ha explicado qué interés nacional se estaría promoviendo. Tampoco cuál sería el sentido de sumarse a una confrontación que reúne elementos religiosos. Está en mora un debate serio sobre una decisión en esta materia.