Di Tella en los medios
Clarín
7/03/16

La visita de Obama y los derechos humanos

Por Ezequiel Spector

La visita de Obama a Argentina el 24 de marzo despertó duras críticas. Simpatizantes de la izquierda antiliberal piensan que, por ser un país con raíces liberales, Estados Unidos es enemigo de los derechos humanos, y que por ende la visita de su presidente es una burla al Día de la Memoria.

Esta idea tan popular se sustenta en una visión tendenciosa. El sueño de Eleanor Roosevelt y quienes redactaron la Declaración Universal de los Derechos Humanos era un mundo en el que las personas puedan desarrollarse como seres libres, iguales y autónomos. Y esta perspectiva del futuro se adoptó como un estándar de realización para todos los pueblos, al margen de las diferencias ideológicas.

Desde hace años, este sueño ha sido víctima de una operación retórica que los gobiernos populistas han contribuido a alimentar. Esta operación consiste en presentar los derechos humanos como si solamente la izquierda antiliberal pudiera abrazar su causa. Pero esta idea es falsa. El proyecto de los derechos humanos surge del corazón del pensamiento liberal moderno, y su cimiento es la concepción de los derechos naturales que se remonta hasta autores como John Locke y Immanuel Kant. Todo el arco liberal comparte este ideal; eso es lo que los vuelve liberales.

La apropiación de los derechos humanos por parte de esta izquierda es aún más desconcertante cuando miramos la historia. No sólo porque fueron las naciones liberales las que impulsaron la Declaración Universal, sino también porque el bloque soviético se abstuvo cuando la Asamblea General aprobó el documento. No es necesario recordar, por supuesto, que los socialismos reales fueron los regímenes que más violaron los derechos humanos en la historia de la humanidad. 

Aunque Estados Unidos no es un ejemplo en materia de derechos humanos, su posición frente a la dictadura militar argentina no fue tan indulgente como estos grupos quieren hacernos creer. De hecho, en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, el gobierno de Jimmy Carter lideró la iniciativa para lograr una condena a Argentina por los abusos del gobierno militar. Curiosamente, fue el representante de Cuba, por mandato de Fidel Castro, quien se opuso ferozmente a esta iniciativa, tal vez por los lazos económicos existentes entre Argentina y la Unión Soviética, país que gobernaba la política exterior cubana. 

Hoy son precisamente los gobiernos de raigambre “popular” que esa izquierda antiliberal celebra los que violan los derechos humanos con mayor descaro, con la dictadura de Maduro y la autocracia de los hermanos Castro a la cabeza. Sus acciones criminales no son terrorismo de estado sino actos de justicia revolucionaria.

Como puede apreciarse, el relato de la izquierda antiliberal contiene mitos, que sirven ahora para oponerse a la visita de un presidente constitucional que rechazan por otras razones. Vale la pena recordar que un verdadero compromiso con los derechos humanos implica denunciar todos los abusos, sin importar quien sea su perpetrador, y nunca usar esta noble causa como un instrumento para promover objetivos políticos partisanos. 


Por Julio Montero (*) y Ezequiel Spector (**)

(*)Julio Montero es Investigador, CONICET 

(**) Ezequiel Spector es Profesor de Derecho, UTDT