Di Tella en los medios
iEco
2/11/14

Educación universitaria, una exportación no tradicional

TENDENCIAS MOVILIDAD ESTUDIANTILEl número de estudiantes internacionales que cursan en Buenos Aires carreras completas o semestres aumentó un 10% este año, dicen fuentes de la CABA y privadas. La Ciudad ayuda con marketing a promover esta “exportación intangible”.

El número de estudiantes extranjeros que cursa estudios universitarios en Buenos Aires viene creciendo a razón de un 10% cada año, dicen fuentes de la Ciudad y privadas.

Las razones que hacen que no menos de 17.000 universitarios –los números varían mucho según la fuente o combinación de fuentes– opten por Buenos Aires, combinan tendencias internacionales y locales.

“Hoy existe una internacionalización de los estudios universitarios. Las universidades del exterior buscan tener convenios con la mayor cantidad de países porque eso es un valor en esta era de globalización”, dice Alex Markman, directora de programas internacionales de la Universidad Torcuato Di Tella.

Y casas de estudios locales, como Di Tella o San Andrés, están sumando a su oferta de grado y posgrado programas enfocados a esa demanda, que dan créditos en universidades estadounidenses.

La Universidad de San Andrés, por ejemplo, diseñó para Boston un curso corto (de cinco semanas y 1.200 dólares de matrícula) que combina historia, economía y cultura del país, menciona Martín Allegri, de la Oficina de Programas Internacionales de San Andrés.

D os universos caben dentro de la expresión “estudiantes internacionales”, explica Markman. El de quienes vienen a cursar la carrera completa, y quienes lo hacen con un programa de intercambio para cursar un semestre. “Los dos están aumentando”, asegura.

La movilidad estudiantil crece en el mundo. Según la OCDE , el club de los países desarrollados, la población mundial de estudiantes internacionales pasó de 2,1 millones en el 2000 a casi 4,5 millones en 2011 (último año del que hay estudios). Proyectando, este año probablemente sean casi 5 millones, según University World News .

Para algunos países, captar ese estudiantado móvil es un desvelo, señala Marcos Amadeo, director de Comercio Exterior del GCBA. “Australia hace mucho para atraer la diáspora del sudeste asiático. La educación es su cuarta exportación” después del hierro, carbón y oro.

Aunque EE.UU.y Europa siguen siendo las mayores mecas de la educación superior, “crece el número de estudiantes internacionales que se desplazan dentro de su propia región”, dice la OCDE.

Buenos Aires explica un tercio –unos US$6.000 millones– de las exportaciones argentinas de servicios. Y una parte significativa de esa suma corresponde a servicios educativos, subraya Amadeo, que ve razones estratégicas para promover ese flujo: “Hoy las ciudades no compiten por atraer industrias sino por atraer talentos”.

En busca de “consolidar a Buenos Aires como un centro educativo internacional de excelencia”, hace diez días el GCBA organizó una ronda de negocios para la Exportación de Servicios Educativos. “Allí, 17 universidades argentinas se sentaron en 70 reuniones con instituciones y agencias de turismo estudiantil de Brasil, Colombia y Perú”, dice Amadeo.

Un estudiante extranjero de la Torcuato Di Tella gasta en la ciudad un estimado de 800 dólares por mes, sin contar matrículas. En la Universidad de Palermo la estimación se acerca a 1.100, incluyendo aranceles. No es un gasto alto comparado con el de un turista, pero “por cada extranjero que pasa aquí un semestre, cuatro familiares vienen de visita”, agrega Valentín Diaz Gilligan, director de Promoción Turística de la Ciudad.

Además del idioma común, el factor cambiario y de precios es decisivo para que muchos colombianos hoy elijan Buenos Aires para estudiar, señala José Joaquín Rodriguez Fernández, subdirector de la agencia especializada Go Global de Bogotá. “En Colombia, el precio de una universidad privada es muy alto en comparación”, dice. Los colombianos son el mayor grupo entre los estudiantes extranjeros en Buenos Aires, según el GCBA.

“El costo no es todo. Nadie estudiaría para tener un título que luego no sirva para nada, que no sea valorado por los empleadores”, precisa sin embargo Gabriel Foglia, decano de Ciencias Económicas de la Universidad de Palermo.

“Los aspirantes miran que las carreras y programas estén acreditados”, dice Luis Franchi, vicepresidente de Extensión de la Universidad Abierta Iberoamericana.

Todas las fuentes consultadas coincidieron en que la ciudad cuenta con una carta extraacadémica muy convincente: una fluida vida social y nocturna, sumada a una rica oferta cultural. “En pocas ciudades universitarias un estudiante encuentra tantas salidas, y transporte público toda la noche”, subrayan.

Los atractivos de la ciudad traccionan, pero una presencia activa en las redes sociales también. Mientras que UAI, Di Tella, San Andrés y UADE afirman tener en torno al 10% de estudiantes de otros países, la Universidad de Palermo acusa un 30%. El auspicio a los Simpson en la TV por cable y otras acciones online y offline ayudan, así como la difusión de boca en boca.

Cuántos son y dónde están Por diferencia de metodologías u otras razones, hay escaso acuerdo entre las cifras de estudiantes internacionales reunidas por el GCBA –17.000 alumnos, la mayoría de ellos en instituciones privadas, estimados en un sondeo– y los números censados por la Universidad de Buenos Aires.

La UBA es la mayor universidad del país y figura segunda entre las latinoamericanas en el ranking Shanghai de producción científica. En su último censo, de 2011, un 4% de sus alumnos de grado (cerca de 11.000) y un 25% de los de posgrado (2.165) dijeron ser extranjeros.

Perú es el país más representado en el estudiantado extranjero del grado de la UBA, con el 25,5%, seguido de Bolivia, Brasil y Chile. Más atrás vienen Colombia, Uruguay y EE.UU., con 6%, 4,8% y 2,4% respectivamente.

Los colombianos llevan la delantera en los posgrados, donde ingeniería, arquitectura y odontología son las áreas académicas más buscadas por los extranjeros.

Por Isabel Stratta