Escuela de Gobierno
En los medios

13/09/23
Inflación: la economía está arriba de un volcán y el Gobierno no sabe dónde está parado
Eduardo Levy Yeyati, profesor de la Escuela de Gobierno y director académico del Cepe, y Pablo Gerchunoff, profesor de las Licenciaturas en Economía, en Historia y en Ciencias Sociales, participaron del Congreso Internacional de Economía.
La experiencia es tajante. La Argentina estabilizó su economía siempre después de un estallido. La inflación previa al Austral era 30% mensual, en la previa a la Convertibilidad algo similar y en 2002 se prohibieron paritarias después de una devaluación de 300% que llevó la inflación a 10% mensual después de años de deflación.
Los planes y los economistas en Argentina acuden como los bomberos, cuando el fuego empezó y el edificio está comprometido. O sea, llegan al final de la fiesta.
Veamos ahora. La tasa de inflación de agosto (12,4%) es la más alta desde febrero de 1991 (27%), dos meses antes de la Convertibilidad.
¿Quiere decir que la próxima estabilización está a la vuelta de la esquina? Todo parece indicar que sí. Sólo que esta vez la tarea quedará para después del 10 de diciembre, la próxima administración.
La previa en estos tres meses no estará libre de desafíos. De esto se conversó ayer en el Congreso Internacional de Economía que se organiza en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, más precisamente en una mesa de economistas titulada “Superar la crisis y recuperar el desarrollo”.
“En la Argentina los intentos de estabilizar ocurren después de las crisis y hoy estamos igual”, dijo Eduardo Levy Yeyati, de la Universidad Di Tella y miembro de los equipos de Cambiemos. “Hemos tenido éxito en estabilizar en un primer momento en experiencias pasadas, el tema es que no hemos sido capaces de sostener esa estabilización y para eso hacen faltan reformas fiscales, monetarias y de acceso al crédito. Todo eso es una segunda parte”.
Además de Levy Yeyati estuvieron Pablo Gerchunoff (UTDT), José María Fanelli (Udesa) y Roxana Maurizio (IIEP-UBA). Todos fir maron la carta anti-dolarizadora contra la propuesta de Javier Milei.
La coincidencia del panel fue unánime: la actual fase preparatoria para encarar un plan que baje la inflación presenta más desafíos que en 1985, 1991 o incluso 2002.
“Nunca vi un problema así. Hay un empantanamiento serio desde 2012. ¿El próximo gobierno va a pedir una baja de los salarios adicional al de los últimos dos gobiernos?”, desafió Gerchunoff.
El salario privado formal cayó hasta junio casi 3% en doce meses. Y el informal 16%.
¿Hasta qué punto hay margen como dice Gerchunoff, por ejemplo, para subir el precio firdel dólar (atrasado) y las tarifas (atrasadas) si eso implica más caída del salario? “Con el tipo de cambio anclado en $ 350 -como parece ser la pretensión oficial- y dos meses de inflación de dos dígitos, al 22 de octubre el tipo de cambio real estará más apreciado que antes de devaluarse el 14 de agosto”, dice un informe de Empiria Consultores.
Según Ramiro Castiñeira, de Econométrica, el déficit fiscal consolidado este año será 13,3% del PBI (primario + financiero + cuasifiscal).
La consultora LCG estima que "el 40% de los precios de la canasta del IPC tiene precios reprimidos".
La inflación es tan alta y vertiginosa que ni el propio Gobierno sabe donde está parado.
Sus funcionarios reconocen dificultades para medir, sobretodo en los segmentos informales, los ingresos. Lo dijo ayer por radio la ministra de Trabajo, Kelly Olmos.
Como decía Adolfo Canitrot, ex viceministro de Economía de Raúl Alfonsín: “A chapotear en el barro”. Es lo que deberá hacer Sergio Massa hasta el 10 de diciembre. Y después llegarán los bomberos a apagar al volcán.

Los planes y los economistas en Argentina acuden como los bomberos, cuando el fuego empezó y el edificio está comprometido. O sea, llegan al final de la fiesta.
Veamos ahora. La tasa de inflación de agosto (12,4%) es la más alta desde febrero de 1991 (27%), dos meses antes de la Convertibilidad.
¿Quiere decir que la próxima estabilización está a la vuelta de la esquina? Todo parece indicar que sí. Sólo que esta vez la tarea quedará para después del 10 de diciembre, la próxima administración.
La previa en estos tres meses no estará libre de desafíos. De esto se conversó ayer en el Congreso Internacional de Economía que se organiza en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, más precisamente en una mesa de economistas titulada “Superar la crisis y recuperar el desarrollo”.
“En la Argentina los intentos de estabilizar ocurren después de las crisis y hoy estamos igual”, dijo Eduardo Levy Yeyati, de la Universidad Di Tella y miembro de los equipos de Cambiemos. “Hemos tenido éxito en estabilizar en un primer momento en experiencias pasadas, el tema es que no hemos sido capaces de sostener esa estabilización y para eso hacen faltan reformas fiscales, monetarias y de acceso al crédito. Todo eso es una segunda parte”.
Además de Levy Yeyati estuvieron Pablo Gerchunoff (UTDT), José María Fanelli (Udesa) y Roxana Maurizio (IIEP-UBA). Todos fir maron la carta anti-dolarizadora contra la propuesta de Javier Milei.
La coincidencia del panel fue unánime: la actual fase preparatoria para encarar un plan que baje la inflación presenta más desafíos que en 1985, 1991 o incluso 2002.
“Nunca vi un problema así. Hay un empantanamiento serio desde 2012. ¿El próximo gobierno va a pedir una baja de los salarios adicional al de los últimos dos gobiernos?”, desafió Gerchunoff.
El salario privado formal cayó hasta junio casi 3% en doce meses. Y el informal 16%.
¿Hasta qué punto hay margen como dice Gerchunoff, por ejemplo, para subir el precio firdel dólar (atrasado) y las tarifas (atrasadas) si eso implica más caída del salario? “Con el tipo de cambio anclado en $ 350 -como parece ser la pretensión oficial- y dos meses de inflación de dos dígitos, al 22 de octubre el tipo de cambio real estará más apreciado que antes de devaluarse el 14 de agosto”, dice un informe de Empiria Consultores.
Según Ramiro Castiñeira, de Econométrica, el déficit fiscal consolidado este año será 13,3% del PBI (primario + financiero + cuasifiscal).
La consultora LCG estima que "el 40% de los precios de la canasta del IPC tiene precios reprimidos".
La inflación es tan alta y vertiginosa que ni el propio Gobierno sabe donde está parado.
Sus funcionarios reconocen dificultades para medir, sobretodo en los segmentos informales, los ingresos. Lo dijo ayer por radio la ministra de Trabajo, Kelly Olmos.
Como decía Adolfo Canitrot, ex viceministro de Economía de Raúl Alfonsín: “A chapotear en el barro”. Es lo que deberá hacer Sergio Massa hasta el 10 de diciembre. Y después llegarán los bomberos a apagar al volcán.
