En los medios

Clarín
10/02/23

Pobreza: por qué las perspectivas para este año no lucen mejores

Martín González Rozada, codirector de la Maestría en Econometría, analizó la evolución de la pobreza durante 2022 y estimó la perspectiva para 2023.

Por Martín González Rozada

La medición del Indec arrojó que la pobreza está lejos de ceder.


La evolución de la pobreza durante el año pasado se caracteriza por dos períodos bien diferenciados.

Durante el primer trimestre de 2022 los ingresos totales familiares (ITF) de los cuatro deciles más bajos de la distribución crecieron, en promedio, alrededor del 63% con respecto al primer trimestre de 2021, mientras que la canasta básica total (CBT) con la que se mide la pobreza creció 43%. Esto resultó en una tasa de pobreza en ese primer trimestre de 34.5%.

A partir del segundo trimestre la situación se revirtió y el crecimiento interanual de la CBT se aceleró hasta el 64% mientras que el crecimiento del ITF de los cuatro deciles más bajos de la distribución crecieron casi 59%. Esta dinámica de ingresos y canasta impulsó un incremento de la incidencia de la pobreza que llegó al 38,4% en el segundo trimestre y dio como resultado una pobreza para el primer semestre de 2022 de 36,5%.

Durante el tercer trimestre de 2022 hubo una nueva aceleración de la inflación de la CBT que aumentó interanualmente un 74% y que fue parcialmente compensada con un aumento de los ingresos totales familiares relevados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) que en ese trimestre incluyen el aguinaldo. Esto significó una tasa de pobreza para el tercer trimestre de alrededor del 37,7% (estimada con los microdatos de la EPH publicados este viernes).

La situación durante el cuarto trimestre del 2022 no fue mejor. La CBT aumentó a un ritmo anual de 97% y la información parcial que tenemos sobre los ingresos sugiere que estos no han equiparado ese aumento (los salarios del sector privado registrado crecieron interanualmente en diciembre 93,8%).

Los datos del mercado de trabajo indican que los puestos de trabajo que han crecido en la última parte del año pasado son los de trabajadores informales y monotributistas, que son quienes se encuentran en los deciles más bajos de la distribución del ingreso.

Es poco probable entonces, que los ingresos totales familiares hayan crecido a una velocidad similar a la de la CBT debido a un aumento del número de perceptores de ingresos en el hogar. Por otro lado, la EPH del cuarto trimestre de cada año no captura el aguinaldo y eso hace que en general la tasa de pobreza en ese trimestre sea mayor a la del tercero. Estas características sugieren que la tasa de pobreza del tercer trimestre sería un piso para la que se registraría en el cuarto y muy probablemente la incidencia de la pobreza del segundo semestre de 2022 que Indec publicará en 30 de marzo esté alrededor del 40%.

Las perspectivas para el 2023 no son mejores. El Gobierno no logra controlar la inflación, que ya golpea la puerta de los tres dígitos anuales, y la actividad económica ingresó en una fase de desaceleración en septiembre del año pasado que muy probablemente se transforme en recesión durante el primer trimestre del corriente año. En estas condiciones resulta poco probable que baje la incidencia de la pobreza.