En los medios

La Nación
11/12/22

Jugar por los colores de la camiseta... de otro país

El director del Departamento de Estudios Históricos y Sociales repasó los casos de futbolistas que han jugado el Mundial para un país que no es el suyo, entre ellos varios argentinos.

Por Klaus Gallo


Rogelio Funes Mori, nacionalizado mexicano, no jugó finalmente contra la Argentina / Aníbal Greco - LA NACIÓN


Las pasiones que despiertan los Mundiales de fútbol en la gente alrededor de las selecciones nacionales están a la vista de cualquiera. Los propios jugadores dicen experimentar emociones incomparables cuando visten la camiseta de su país, incluso cuando hace años no viven ni juegan en ese suelo y hasta sus hijos tienen otra nacionalidad. Pero, aunque no es lo habitual, hay muchos casos de futbolistas que han jugado el Mundial para un país que no es el suyo, entre ellos varios argentinos.

Cuando se anunció el banco de suplentes de México en el reciente partido contra la Argentina en Qatar, llamó la atención la presencia del delantero Rogelio Funes Mori, exjugador de River que hoy se destaca en el fútbol mexicano. Su hermano mellizo, Ramiro, había jugado como zaguero central en el seleccionado argentino hasta hace poco tiempo. Más de uno habrá temido que, de ingresar, fuera justo Rogelio quien marcara el gol que dejaría eliminada a nuestra selección. Pero el delantero no fue tenido en cuenta por el Tata Martino, otro connacional, y los mexicanos terminaron perdiendo 2-0.

El caso de Funes Mori no es el único de un argentino que juega el Mundial para la selección de otro país. Los primeros se remontan a los orígenes de la máxima competencia futbolera, cuando en Italia se disputó la segunda Copa Mundial en 1934. El país anfitrión, que resultó ganador del trofeo, contó con la presencia de cuatro jugadores argentinos en su plantel. Tres de ellos fueron piezas claves del equipo italiano: Luis Monti, Enrique Guaita y Raimundo Orsi, mientras que el restante, Atilio De María, solo llegó a jugar un partido.

Eran los tiempos del gobierno fascista de Benito Mussolini. La presión sobre la squadra azurra para que se alzaran con el trofeo no provenía solo de los tifosi sino, sobre todo, del mismísimo Duce. Antes de cada partido los jugadores italianos cantaban el himno nacional dirigiendo sus miradas al palco oficial mientras hacían el saludo fascista. La presión era fuerte y los jugadores argentinos no estaban al margen. Se rumorea que, pocas semanas antes del Mundial, Guaita planeaba fugarse, agobiado por la exigencia.

“Luisito” Monti, defensor de San Lorenzo que fue transferido a la Juventus de Italia, estaba más acostumbrado a ese tipo de presiones. Fue el capitán del equipo argentino en la final de 1930 en Uruguay, y es el único caso en la historia de un jugador que haya jugado dos finales del mundo para distintos países. Siempre recordaba que durante ese primer Mundial había recibido amenazas para que la Argentina no ganara la final, que en efecto perdió. Cuatro años después, en Italia, las amenazas iban en sentido inverso y bajaban directo desde las más altas esferas del gobierno del Duce. Para alivio suyo y del equipo, esta vez resultaron ganadores.

Raimundo “Mumo” Orsi se había destacado como puntero izquierdo en Independiente y también fue transferido a la Juventus. Enrique Guaita, que había brillando en una legendaria delantera de Estudiantes de La Plata, fue comprado en 1933 por la Roma, donde fue capocanonniere dos años después. Pese a sus temores, Guaita resultó fundamental durante la semifinal al convertir el único gol del partido frente a Austria. En la final contra Checoslovaquia, fue él quien habilitó a Mumo Orsi para que este marcara el gol del triunfo, el del 2-1 definitivo que le dio la copa a Italia. El aporte argentino fue crucial para la selección italiana.

Recién en el Mundial de Chile de 1962 volvió a darse que un argentino vistiera la camiseta azurra. Se trató nada menos que de Enrique Omar Sívori. El “cabezón” era para ese entonces un crack del fútbol. Había sido transferido en cifra récord por River a la Juventus en 1957, tras haber descollado para la selección argentina en la conquista de la Copa América de ese año. Un año antes del Mundial 62 fue distinguido con el Balón de Oro, premio al mejor jugador de Europa otorgado por la revista France Football (el mismo que Lionel Messi ganó en siete ocasiones).



Enrique Omar Sívori con la camiseta del equipo italiano Juventus. EFE/ARCHIVOARCHIVO EFE - EFE


Además de Sívori, fue seleccionado por la azurra para ese Mundial Humberto “Bocha” Maschio, otro miembro de los “Carasucias”, como se llamó a aquel equipo argentino del 57. Italia fue eliminada del Mundial 62 en la fase de grupos. Los dos argentinos que integraban el equipo no llegaron a jugar juntos ninguno de los tres partidos.

Otro argentino estrella del fútbol internacional, el legendario Alfredo Di Stéfano, fue parte de ese mismo Mundial como miembro del Plantel de España. Con 35 años seguía brillando y ya había conseguido cinco copas de Europa (actual Champions League) y dos Balones de Oro jugando para el Real Madrid. Su socio de ataque, el húngaro Ferenc Puskas, subcampeón con su país en 1954, también integraba el plantel. Pero mientras el húngaro jugó los tres partidos para España, Di Stéfano, lesionado, no jugó ninguno.



Alfredo Di Stéfano en el Real Madrid


En el Mundial de 1966, jugado en Inglaterra, el delantero entrerriano Héctor De Bourgoing fue convocado por la selección francesa. Se había destacado en Tigre y en River. Desde principios de la década de 1960 jugaba en la liga francesa y en aquel Mundial metió un gol en el único partido que jugó, en el que Francia perdió 2-1 ante Uruguay.

En el Mundial de 1978, los españoles volverían a convocar a otro jugador argentino. Rubén Cano se había destacado como goleador en Atlanta a principios de los años 70, y tiempo después fue campeón con el Atlético Madrid. Sus goles incidieron para que fuera nacionalizado español y pudiera integrarse a la Selección de ese país. Dos goles suyos, frente a Rumania y Yugoslavia, fueron gravitantes para que España clasificara al Mundial 78. Sin embargo, en ese torneo solo jugó el primer partido y España volvió a ser eliminada en fase de grupos.

Más llamativa y controversial fue la presencia de otro argentino en ese Mundial. En este caso, jugando para Perú. Ramón “Chupete” Quiroga había atajado para Rosario Central. Luego se destacó en la liga peruana y fue titular en los seis partidos que disputó Perú en el 78. Los seis goles que marcó la Argentina en ese memorable partido, que el destino quiso que se jugara en la cancha de Central, motivaron algunas suspicacias. Sin embargo, no hubo mucho que Quiroga pudiera hacer para evitar la lluvia de goles, e incluso impidió que fueran unos cuantos más.

El arquero Ramón Quiroga, argentino que jugó para Perú en el Mundial 78


Más cerca en el tiempo, se consagraron campeones mundiales con las camisetas de otro país dos jugadores de origen argentino: David Trezeguet para Francia, durante el Mundial de 1998 en ese país, y Mauro Camoranesi en el de 2006 en Alemania. Trezeguet marcó un gol en la fase de grupos y fue al banco de suplentes en la final ante Brasil, que ganaron los franceses por 3-0. En 2006, Camoranesi fue el último jugador argentino que se consagró campeón con la selección de otro país. En la final ante Francia se enfrentó a su connacional y compañero de la Juve, Trezeguet.



David Trezeguet y Marcelo Gallardo festejan un gol del Mónaco, de la liga francesa, en 1999 / LIONEL CIRONNEAU - AP

Jorge Luis Borges escribió que a la realidad le gustan las simetrías. El hecho es que en otro partido Argentina-México hubo también un argentino en el banco de suplentes mexicano. Fue en 2006 y se trató del mediocampista, ex San Lorenzo, Guillermo Franco. En ese partido de octavos de final, recordado por el ingreso de Messi en el que fue su primer Mundial y por el delicioso gol del triunfo marcado por Maxi Rodríguez, Franco no ingresó a pesar de haber sido titular en los tres partidos anteriores, al igual que Funes Mori 16 años después.

Para cerrar, un dato curioso: el único jugador argentino que vistió la camiseta de otro país contra su país de origen durante un Mundial fue Ramón Quiroga durante ese polémico partido del 78. Sin ánimo de parecer chauvinista y supersticioso, hay que decir que peor no le pudo haber ido.

Klaus Gallo es historiador. Publicó Piel de Gallina. Celebrar y sufrir River 1957-1975 y Las invasiones inglesas. Nuestros futbolistas en Inglaterra, ambos por Planeta