En los medios

La Nación
21/09/22

Grieta laboral: el obstáculo con el que se cruzan la mayor parte de los estudiantes universitarios argentinos

Claudia Romero, profesora de las Especializaciones y Maestrías del Área de Educación de la Escuela de Gobierno, fue consultada por las dificultades que tienen los estudiantes universitarios en el mercado laboral.


La Argentina es el país de la región en el que los jóvenes empiezan su camino laboral a menor edad.


A partir de un análisis de la empresa Bumeran, plataforma que se dedica a conectar empleados y empleadores, el 71% de las personas que en el país estudian y trabajan lo hacen en actividades diferentes a las carreras que eligieron para su futuro. De los cinco países en estudio, la Argentina es el que obtuvo un mayor porcentaje, seguido por Panamá, con un 68%; Chile, con un 65%; Ecuador, con un 59%, y Perú, con un 53%.

“Por un lado, tenemos que ver lo positivo: la multiplicidad de perspectivas, la diversidad, la posibilidad de innovar y de traer ideas de campos diferentes. Por el otro, la parte negativa es que las personas no tienen las capacidades técnicas específicas que se requieren para desempeñarse de manera inmediata”, puntualizó Alejandro Melamed, autor del libro El futuro del trabajo ya llegó (Planeta).

El estudio, llamado “Personas que estudian y trabajan”, es un mapeo regional en el que participaron un total de 5456 personas: 1707 de la Argentina, 401 de Chile, 1681 de Ecuador, 989 de Panamá y 678 de Perú. La encuesta se realizó a los usuarios de Bumeran, Laborum, Multitrabajos y Konzerta del 10 al 22 de agosto.

“En el país existe un desacople entre la oferta formativa y la demanda laboral. No hay una planificación ni incentivos positivos que direccionen la formación hacia los sectores que tienen mayor demanda”, reflexionó Claudia Romero, profesora e investigadora de la Universidad Di Tella, y agregó: “Quien estudia y trabaja al mismo tiempo necesita hacerlo de manera part time o con horarios reducidos, entonces muchas veces se ven limitados a tomar los trabajos teniendo en cuenta las condiciones más que si tiene relación o no con sus estudios”.

Sobre este punto, el análisis indica que en la Argentina el 51% de quienes estudian trabajan más de 30 horas por semana, un 18% trabaja menos de 10 horas, un 17% lo hace entre 20 y 30 horas, y un 40% entre 10 y 20 horas. “Las personas que estudian y trabajan son expertas en administrar su tiempo y coordinar diferentes tareas, habilidades muy requeridas en todo ámbito laboral. Que el 51% trabaje más de seis horas por día y mientras tanto estudie es una prueba de ello”, sostuvo Carolina Molinaro, responsable de marketing de la plataforma Jobint.

Con el Día del Estudiante como telón de fondo, es preciso remarcar que el informe reveló que en el país la edad promedio en que las personas se inician en el mundo del trabajo, en los puestos de primer empleo, es 21,5 años. En tanto, para las posiciones de nivel junior la edad promedio es de 25. Esto supone, según se especifica en la investigación, que “la Argentina es el país de la región en el que a más temprana edad los jóvenes empiezan su camino en el mundo laboral”.

Respecto de las razones por las que trabajan mientras estudian, el mayor porcentaje de las respuestas se dieron en relación con la necesidad de tener ingresos. Un 49% dijo que lo hace “porque necesita el dinero”, el 25% respondió que es para tener “independencia económica” y el 10% sostuvo que lo hace para “adquirir experiencia”.

Los estudiantes que trabajan cursan diferentes carreras. Economía, finanzas, administración de empresas o disciplinas afines aparecen en primer lugar (19%). Le siguen las carreras relacionadas con medicina, enfermería y farmacología, en el 12% de los casos; las relacionadas con tecnología, sistemas o afines (10%); docencia e ingeniería, con el 6% cada disciplina. Un 40% de los estudiantes que trabajan lo hacen durante la mitad de su formación.

En tanto, las tareas en las que se desempeñan son otras. El 16%, en la actividad comercial, ventas y negocios; el 15%, en administración, contabilidad y finanzas; el 7% lo hace con oficios propios; otro 7% en salud, medicina y farmacia; y otro 7% en atención al cliente, callcenter y telemarketing.


La mirada de los especialistas

“Para cerrar esta brecha es necesario pensar en la complementación entre el mundo empresario y el mundo académico. Muchas veces funcionan por carriles diferentes. Además, tendríamos que considerar el trabajo como parte de los procesos de graduación. Así como los médicos tienen sus residencias, muchas otras profesiones podrían empezar a pensar en la manera de aplicación de esos conocimientos en el mundo laboral”, señaló Melamed.

En tanto, Romero hizo referencia a los incentivos de las políticas laborales en función de que generen mayor flexibilidad y condiciones propicias para que todos ganen, empleados y empleadores. “En general, las personas desearían trabajar de aquello que están estudiando y eso, además de producir satisfacción personal, redundaría en beneficios para el empleador”, destacó.

No obstante, Melamed concluyó que “pensar en que una persona se dedique a lo mismo que estudia es un tema que va a quedar en segundo plano”. En este sentido, el especialista en el mundo del trabajo afirmó que lo principal es que una persona “estudie aquello que le apasiona”. Y consideró: “El estudio permite desarrollar recursos internos para adaptarse a distintos tipos de situaciones. Cada vez más vamos a ir a un sistema en el que, independientemente de lo que estudies, puedas desarrollar una capacidad de aprendizaje acelerado. Eso es lo más importante”.